Reseña Del Documental" La Bestia, El Tren De La Muerte"

Reseña del documental

“La Bestia, el tren de la muerte”

Alumna: Biagetti Carla.

Profesora: González Estela.

Fecha de entrega: 24/10/14

“La Bestia, el tren de la muerte” es un documental que muestra como cada año alrededor de 200.000 migrantes ilegales, centroamericanos y sudamericanos, toman trenes de mercaría para alcanzar la frontera con Estados Unidos en busca de realizar sus sueños y proyectos. Muchos de ellos no sobreviven al viaje debido a las condiciones inhumanas en las que viajan. Sufren las inclemencias del tiempo, hambre, frió y lo que es aun peor los abusos de las autoridades y los narcos.

Adolescentes, niños y mujeres son quienes más sufren en esta peligrosa ruta que puede prolongarse durante varios días, y en la que las mafias -entre ellos los denominados Zetas y Maras- cometen robos, secuestros y asesinatos, pero también violan a mujeres o las obligan a prostituirse.

Un patrón común que comparten todos y que los obliga a partir en busca de buenas condiciones de vida y trabajo es la pobreza que vive la mayoría de la población como consecuencia de diversos factores como desempleo, injusto reparto de la riqueza, carencia de educación, explosión demográfica (familias numerosas) y fragmentación de las familias debido a la frágil economía . Los que lleva a las personas a abandonar a sus familias con la esperanza de proveerles una vida mejor.

El documental plantea que en el trayecto de los trenes hay muchísimos puntos de peligro y muy pocos oasis de descanso. Entre estos últimos existen los albergues que se encuentran a lo largo de la ruta del ferrocarril que son atendidos, en su mayoría, por las llamadas ¨patronas¨, fieles católicos y sacerdotes quienes les dan comida, compañía y sobre todo apoyo psicológico. Uno de los mas conocidos en México es el Cura Alejandro Solalinde: un cura activista pro derechos humanos.

En diversos foros, Solalinde ha hablado de las situaciones de discriminación que sufren los migrantes centroamericanos y que se expresan en actos de violencia. En el documental, Pedro Ultreras recoge esta declaración -entre varias- a cámara: “El problema de todos los que caen en el tren, que los matan, que los asaltan, es que de muchos de ellos nunca se sabe y nunca se sabrá. Pero no hay nadie que los reclame. Si cae una persona no la identifican, no la reclaman, se va a la fosa común y nadie sabe ni sabrá nunca nada. Es el Tren de la Muerte porque nadie sabe, y no sólo el tren sino la Ruta en sí, verdad. ¿En qué país vivimos? Es increíble que en México, que firma tantos tratados y contra la tortura y no sé cuánto, estamos viviendo estas cosas tan terribles. Desgraciadamente nuestros funcionarios, nuestros altos funcionarios, ni pasan hambre ni se exponen, no corren riesgos y no sienten lo que está pasando exactamente con nuestros hermanos del Sur”.

De esta manera el documental plantea la existencia de estas personas y centros de ayuda como fundamental y como como la única presencia de defensa de los migrantes, lo que marca una ausencia evidente de otras voces.

Avanzado el film también se le da lugar para que testimonien personas que vivieron en carne propia el viaje y sufrieron caídas con el tren en marcha. Se les da voz por medio de los testimonios de Eva García Suazo y Manuel J. Canales, que narran a cámara cómo perdieron las piernas o se quebraron la espina dorsal. Ambos, con discapacidad física y en silla de ruedas, hablan del tren y de las operaciones que tuvieron pero sobre todo nos interesa las coincidencias entre estos testimonios

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