Reseña de integracion

SCHON, Donald (1998). El profesional Reflexivo. Cómo piensan las profesiones cuando actúan. Paidós Barcelona. Prefacio y primera parte: Conocimiento profesional y reflexión desde la acción. Página 9 al 73

En el texto se expone la crisis de las profesiones,  tras el fracaso del modelo de la racionalidad técnica, el cual sentaba sus bases sobre la teoría positivista  incapaz de dar respuesta a las demandas sociales  de la práctica de los  profesionales en los diferentes escenarios de la sociedad, por lo cual el autor  plantea un modelo de reflexión desde la acción en el que se propone una permanente búsqueda de alternativas de acción ante las diferentes situaciones que puedan presentarse cuando se actúa sobre algún fenómeno en particular, lo que requiere ser reflexivo y contar con la capacidad de replantearse las alternativas y el sentido de la acción las veces que sea necesario con el fin de construir estrategias y dar un sentido a la acción en miras de adaptarla al requerimiento de la sociedad.

Sin duda alguna los profesionales se han hecho esenciales para dirigir la sociedad, debido a que constantemente se acude a ellos para tratar de solucionar los problemas, sin embargo se considera que algunos  han fracasado en el terreno de la acción y otros han perdido confianza en sus conocimientos, en la medida que no logran adecuarlos al plano de lo real y de allí que  muchas de las soluciones propuestas por profesionales han sido el detonante de más problemas, que lleva a pensar que estos agentes están en medio de una crisis de confianza y legitimidad  donde ha quedado atrás la pretensión  de un monopolio de conocimiento y control social que a su vez ha generado el declive de la autoimagen profesional.

En este sentido se observa como el modelo de la racionalidad técnica se ha quedado corto para responder a las demandas sociales emergentes, dado que en el se plantea  un  cuerpo general de conocimiento, donde el conocimiento real es aquel  que yace de las teorías y técnicas de la ciencia básica y aplicada, en donde se desarrollan  habilidades   en el uso de la teoría y la técnica para la resolución de problemas específicos, sin dejar lugar a las situaciones  de la realidad compleja y cambiante,  dado que este tipo de racionalidad es la herencia del positivismo,  que a su vez plantea que  el progreso esta en crear tecnología,  y no en buscar alternativas de acción, por lo que  la profesión se considera el vehículo  de las ciencias para el progreso y el conocimiento práctico no tiene lugar en esta doctrina.  

De igual manera desde la perspectiva de la racionalidad técnica, la práctica profesional es considerada un proceso de resolución de problemas dados por el profesional, quien  es él que da un sentido a partir de las situaciones problemáticas inciertas, decidiendo que hacer  desde su experiencia a partir de  ensayos e intuición para no caer en la tecnicidad; sin embargo existe un vacío entre el conocimiento profesional y las demandas de la práctica, por ello es necesario la habilidad con la que cuente el profesional para  adoptar el conocimiento convergente  y transformarlo en servicios profesionales  adaptados a los requerimientos del cliente.

De esta manera y tras el uso de dicho modelo, la incertidumbre y la inestabilidad se presentan como un desafío para la práctica profesional,  teniendo en cuenta que el campo de la acción es amplio y diverso, y es por esta razón que se percibe escaso el conocimiento. De allí la importancia de seguir investigando,  dado que la sociedad cambia permanentemente y se requiere adaptabilidad a situaciones emergentes para cumplir con las expectativas y demandas tecnológicas de la sociedad, en última instancia se necesita habilidad de diseñar un futuro   deseable  y pensarse en formas de llevarlo a cabo.

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