Revista el maestro. El proyecto educativo de Vasconcelos

Una idea de hombre

José Vasconcelos tiene una idea –precisa en fines y acciones- del rumbo que debe tomar el desarrollo educativo y cultural del país. Se trata de un proyecto dirigido a realizar una refundación de nuestra patria sobre otros cimientos que los del pensamiento positivista, elitista y colonizador característico de la política cultural del periodo porfirista. Vasconcelos tiene clara dos cosas: la primera, que es necesario generar y convocar a un proceso de pacificación y unificación nacional que permita que cada hombre de este país tenga un lugar y, la segunda, que dicho proceso solo puede producirse a partir del Estado, responsable.

Para alcanzar estas metas es necesario además de promover otras acciones como la construcción de escuelas, la campaña de alfabetización o la promoción de las bibliotecas proporcionar al pueblo un instrumento de “autoeducación” que le permita acercarse al pensamiento cultural de la época y a ciertos conocimientos prácticos y útiles para mejorar su vida cotidiana.

El proyecto educativo de Vasconcelos

Se trata de un proyecto de estructura simple pero de aplicación complicada. Es necesario crear tres departamentos que contemplen todos los institutos de cultura: un departamento escolar responsable de la enseñanza científica y técnica en todos sus niveles; un departamento de Bellas Artes que agrupe todas las escuelas de arte, conservatorios, museos y edificaciones artísticas y, finalmente, un departamento de bibliotecas responsable de dotar de directrices de lectura, bibliotecas y libros a todo el país.

Lo escolar y los maestros

A cargo del departamento escolar queda primero el profesor Roberto Medellín a quien, por intervención de Álvaro Obregón, sustituye Luis Massieu más conocedor del magisterio al que Vasconcelos en sus impulsos retóricos que denotan desprecio y poco conocimiento del normalismo, hiere varias veces en su susceptibilidad. De este departamento depende la enseñanza técnica, que está en un primer momento a cargo del propio Luis Massieu, y la educación primaria y normal, dirigidas por el profesor Francisco Cesar Morales.

Así, se establece en la Universidad una organización y gobierno centralista y vertical como el de la propia secretaria. La crisis de la Escuela Normal Preparatoria de 1923 que Vasconcelos pretende resolver ocupando el mismo lugar de Director al tiempo que sus funciones de Secretario, mueve a los universitarios, entre ellos Bernardo Gastelum y Ezequiel Chávez, a impulsar la autonomía universitaria.

Desde que es nombrado Rector, Vasconcelos tiene plena conciencia de la problemática que significan las funciones y obligaciones del departamento escolar. La lucha revolucionaria no solo se ocupó del asunto educativo como prioritario de esto que el nivel de escolaridad de 1920 fuera menor al nivel de escolaridad de 1910 sino que, además, genero una involución respecto de los avances logrados por Justo Sierra durante su gestión.

Parece necesario comenzar todo a partir de nada, de ahí la grandielocuencia y tono funcional de las empresas que inicia. Sin embargo, es necesario señalar que si bien los avances son tantos estos se deben, principalmente, a los maestros que los hay y muy buenos egresados de las escuelas normales creadas durante el porfiriato último y cuidadas a iniciativa de Justo Sierra.

Los maestros y maestras encuentran en el gobierno de Obregón y su apoyo irrestricto a la Secretaria de Educación y su responsable, la posibilidad de desarrollo, acción y compromiso que la época les reclama. La escuela activa de John Dewey, fundan la revista Educación, esta publicación constituye el espacio de construcción teorico-metodologica que sobre la acción docente que da en aquellos años.

Así, lo escolar funciona, como ha sido siempre, por los maestros, la obra educativa es, siempre, un producto colectivo de tiempos largos y aspiraciones sociales decantadas. La revolución da a los maestros como otras revoluciones a otros intelectuales nuevos aires, nuevos bríos, nuevas posibilidades de acción comunitaria, nuevas libertades que les permita remover viejos obstáculos, pero no nuevos saberes.

Las bellas artes

En 1915 durante el gobierno de Carranza se presenta para su discusión un proyecto de ley que establece la creación de una Dirección General de Bellas Artes que tendrá como misión desarrollar todos aquellos factores que el arte requiere en su evolución necesaria para adquirir fisonomía nacional y propia, esta idea nunca cristaliza del todo y, en 1918, la falta de recursos económicos hacen que la dirección sea suprimida sin haber elaborado una propuesta dirigida al rescate de los valores artísticos nacionales y propios.

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