SOCIEDAD DE CONOCIMIENTO

LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO Y LOS DESAFÍOS DEL MAESTRO UNIVERSITARIO

Doctora Ximena Romo MSC:

(Por asuntos de agilidad lectora no se ha tomado en cuenta equidad de género en el presente artículo)

RESUMEN

Hace doscientos años atrás, a partir de la Revolución industrial (1 850), el hombre ha tratado de facilitar las labores cotidianas; constantemente ha ido desarrollando creativamente nuevas maneras de lograr este cometido, y es así que ha surgido una ola de inventos mejorando la calidad de vida.

En esta situación, la formación del docente universitario se ha convertido en un pilar importante en una realidad social, económica, política y cultural en donde prima el ser humano como elemento esencial para la competitividad y el progreso de “la sociedad del conocimiento”, razón por la cual, las instituciones educativas superiores urgen de docentes con conocimientos didácticos y pedagógicos que les asistan para responder a los varios problemas que se presentan durante el proceso enseñanza-aprendizaje, y no suficiente con eso, al mismo tiempo dirija a sus estudiantes a salir avantes a los desafíos de un mundo globalizante.

Este presente trabajo analiza la trascendencia que tiene en el profesor universitario, el conocimiento pedagógico y el contenido de su asignatura para realizar un desempeño acorde a las exigencias de la actualidad, sin dejar de avizorar el futuro.

Palabras claves: Sociedad del conocimiento, globalización, conocimiento pedagógico

Al siglo XXI se lo ha identificado por constantes cambios que están surgiendo en el mundo, en lo social, económico, político, cultural, tecnológico, educativo, laboral, y en otros campos más; se lo conoce como la era de la información a nivel global (quien la controla y quien accede a ella tendrá las mejores oportunidades), las llamadas redes sociales expresan el intercambiante mundo de la comunicación y conectividad a bajo costo; además del proceso influyente, llamado según el Fondo Monetario Internacional (FMI, 2006) la globalización, considerada una interdependencia económica creciente del conjunto de países del mundo, provocada por el aumento del volumen y la variedad de las transacciones transfronterizas de bienes y servicios, así como de los flujos internacionales de capitales, al tiempo que la difusión acelerada de generalizada de tecnología.

Y si se han dado cuenta, el mundo está pasando de una sociedad industrial a una sociedad del conocimiento, entendiéndose a esta, según la Organización de los Estados Americanos (O.E.A, 2013) como: al tipo de sociedad que se necesita para competir y tener éxito frente a los cambios económicos y políticos del mundo moderno. Asimismo, se refiere a la sociedad que está bien educada, y que se basa en el conocimiento de sus ciudadanos para impulsar la innovación, el espíritu empresarial y el dinamismo de su economía.

Lo anteriormente dicho, implica cambios en varios campos y más aún en el campo educativo, específicamente en las universidades, y en el trabajo que realizan los docentes y uno de esos retos será preparar nuevas generaciones de docentes para que sean competentes en seleccionar, actualizar y utilizar el conocimiento en un contexto específico, capaces de aprender en diferentes ámbitos y modalidades y que puedan entender el potencial de lo que van asimilando para que puedan adecuar el conocimiento a situaciones nuevas y puedan transmitir todas esas experiencias a sus estudiantes.

El maestro universitario en la actualidad juega un papel preponderante en la formación integral y holística de los estudiantes debido que, en él recae la gran responsabilidad de obtener profesionales idóneos que afronten a los retos de la nueva “sociedad del conocimiento; como lo dicen Flores y Flores ( 2 012), las demandas y efectos de la globalización y la internacionalización de los fenómenos y procesos geopolíticos y socioeconómicos se extienden con fuerza en la región y el mundo desarrollado”, de ahí que es contundente que la educación se convierta en la base del progreso.

El avance de la sociedad del conocimiento incita a los docentes en general y en los universitarios, específicamente, una constante actualización del conocimiento que ya posee y la adquisición de nuevos que le permitan mejorar en su formación. Para algunos autores, como por ejemplo Carro (2000) dicho conocimiento se ha de basar, fundamentalmente, en el saber hacer, en conocer la enseñanza y todo lo que ello implica, en conocer en profundidad la materia que va a enseñar, puesto que en su aula debe difundir las teorías más punteras del momento.

La docencia universitaria requiere de docentes entendidos de teorías y estrategias tanto pedagógicas como metodológicas, además de habilidades para desarrollar la enseñanza de una forma adecuada; ser capaz de formular una autocrítica de su

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