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Sindrome Burn Out En Docentes


Enviado por   •  5 de Mayo de 2015  •  4.085 Palabras (17 Páginas)  •  244 Visitas

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Sindrome de Burn-Out o de Agotamiento Profesional y su Relacion con el Educador.

El Síndrome de Burnout o desgaste profesional en los docentes es un problema se ocasiona por el estrés por las amplias incidencias en numerosas actividades laborales, pero que en el caso de la enseñanza, específicamente, tiene unas connotaciones evolutivas especialmente alarmantes.

El término “burnout” se podría interpretar como “quemado” y fundamentalmente lo desarrollan profesiones denominadas de ayuda o de servicios humanos (enseñanza, sanidad, servicios sociales, etc.), y se caracteriza por un agotamiento emocional extremo, la despersonalización en el trato con las personas y los clientes y la ausencia de realización personal en la ejecución del trabajo.

El malestar docente se refiere a una situación problemática que se vive en las escuelas y colegios, que afecta profundamente la actividad educativa de las mismas, y determina en gran medida las condiciones laborales adversas en las que desempeñan diariamente su labor profesional cientos de miles de profesores. Los rasgos más llamativos y sensacionalistas de esta problemática aparecen con frecuencia en la prensa (violencia en las escuelas, carencia de profesores, incremento del absentismo laboral y de las enfermedades en las escuelas, etc.), aunque otros rasgos, incluso más profundos y críticos, permanecen ocultos a los ojos del gran público, pero no por ello resultan menos importantes (creciente complejidad de las tareas docentes, los conflictos interpersonales en la escuela, las exigencias cada vez mayores que caen sobre las espaldas de los profesores, la falta de apoyo social hacia la escuela, el desprestigio social de la profesión y de sus profesionales, etc.).

Son diversas las manifestaciones que pueden darse derivadas de este síndrome, y hemos de estar alerta a todas ellas para evitar futuros problemas de salud. A continuación algunos síntomas:

• Manifestaciones mentales: La persona desgastada se siente agotada y vacía de sentimientos o atrapada en el desempeño del rol profesional. También se han descrito las vivencias de fracaso, de insuficiencia y de impotencia que conducen a baja autoestima y autoeficacia personal. Además, la persona afectada tiene una menor capacidad de tolerancia a la frustración, con tendencia a reaccionar de forma agresiva o paranoide no sólo hacia los clientes, sino hacia los compañeros de trabajo. Pueden observarse síntomas de nerviosismo, inquietud psicomotora, incapacidad para concentrarse, olvidos, etc. La presencia de burnout se considera un predictor significativo, que contribuye a la aparición y/o sostenimiento de un trastorno depresivo.

• Manifestaciones físicas: Cefaleas, trastornos gastrointestinales, dolores osteomusculares, pérdida de apetito, alteraciones sexuales y del sueño, úlceras, enfermedad coronaria.

• Manifestaciones conductuales: Se ha observado el consumo aumentado de estimulantes como café y té, así como sedantes, bebidas alcohólicas, tabaquismo y el abuso de otras sustancias tóxicas, sedentarismo, y mala dieta.

• Manifestaciones sociales: Junto con el agotamiento, las actitudes negativas hacia los alumnos son las principales características del burnout, que pueden manifestarse por: insensibilidad, excesivo distanciamiento defensivo, irritabilidad, impaciencia y ansiedad, exagerada hipercrítica y desconfianza con hostilidad. Los profesores pueden desplazar estas actitudes negativas hacia la profesión misma, la Administración educativa o hacia una parte de ella, hacia sus representantes sindicales, que les sirve como elemento neutralizador de su malestar. La persona quemada no se siente valorada o querida por sus colegas o por la Administración, y por eso se defiende pagando con la misma moneda con la que se siente él pagado.

• Manifestaciones organizacionales: Se ha observado que el burnout lleva al profesor a tomar decisiones en relación a una seria intención de abandonar la docencia, a cambiarse a otro centro educativo, incrementar su absentismo laboral, llevándose así, a una marcada disminución de su productividad individual.

Como alternativas de solución al problema, se debería impulsar y dignificar la profesión docente, lo cual para esto tendría que ser necesario un reconocimiento de las principales autoridades de la educación de las diversas dificultades y de los riesgos que implican la labor de los maestros y procurar una formación continua donde se trabajen sobre las necesidades reales de los profesionales de la enseñanza.

Como recomendaciones se sugiere que se llevaran a cabo programas preventivos que se ajusten a las necesidades específicas de la institución para mantener altos los grados de satisfacción del cuerpo docente que se verá reflejado en la calidad de su trabajo.

LEY 66´97

Artículos referidos al Educador o Docente

TITULO VI

DE LA PROFESIONALIZACIÓN, EL ESTATUTO Y LA CARRERA DOCENTE

CAPÍTULO I

DE LA FORMACIÓN Y LA CAPACITACIÓN

Art. 126.- El Estado Dominicano fomentará y garantizará la formación de docentes a nivel superior para la integración al proceso educativo en todos los niveles y las distintas modalidades existentes, incluyendo el fortalecimiento de centros especializados para tales fines. El Consejo Nacional de Educación establecerá las normas de funcionamiento que regirán los centros estatales de formación de docentes, sus requisitos de admisión y graduación y sus planes de estudios.

Art. 127.- En la formación de los docentes se desarrollará, además de la capacidad técnica y de los conocimientos en el campo respectivo, la conciencia ética en todas sus dimensiones. Para lograrlo, el nuevo docente deberá comprender la interrelación que existe entre promoción humana y desarrollo, apreciará y asumirá los valores de la comunidad, manteniendo capacidad crítica frente a ella; podrá promover un nuevo orden social, sin menoscabo de los eternos valores del bien, el amor y la justicia; valorará la formación profesional y cultural como medio de promoción social y se convencerá de la eficacia permanente de su trabajo como docente.

Art. 128.- A los fines de cultivar la constante motivación del docente hacia su propia formación profesional, cultural y realización personal, se crea un sistema de satisfactores de necesidades básicas, institucionales, laborales y sociales como incentivos y estímulos en función de los méritos académicos, de rendimiento y ubicación que será definido en el reglamento del Estatuto del Docente.

Art. 129.- Se crea el Instituto Nacional de Formación y Capacitación del Magisterio, como órgano descentralizado adscrito a la Secretaría de Estado de Educación y Cultura

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