“Teoría y práctica de la micropolítica en las organizaciones escolares”

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NOMBRE DEL ALUMNO (A): Carmen Yanira Morán Ramírez.

CARRERA: Maestría en Educación.

NOMBRE DEL CATEDRÁTICO: Mtro. José Enrique Álvarez Solano.

NOMBRE DE LA ASIGNATURA: Dirección de Instituciones Educativas.

NOMBRE DE LA ACTIVIDAD: Reporte de lectura “Teoría y práctica de la micropolítica en las organizaciones escolares”

FECHA DE PRESENTACIÓN: 02 de octubre del 2020.

El presente reporte, muestra los aspectos más importantes analizados de la lectura “Teoría y práctica de la micropolítica en las organizaciones escolares” de la autora Teresa Bardisa Ruíz, en donde a grandes rasgos, se evidencia cómo es que en las instituciones educativas también están muy presentes rasgos de la política a menor escala que como comúnmente la conocemos.

Se hace necesario mencionar que como en todo, debe haber una organización para lograr cumplir los objetivos planteados de una manera eficaz, y la escuela no puede quedarse atrás. En esta, existe una jerarquía de actores educativos, en donde todos y cada uno de ellos tienen una función primordial. De arriba hacia abajo se encuentra el director del plantel, en algunas instituciones cuentan también con subdirector y asesor técnico pedagógico, después están los docentes, asistentes educativos, secretaria y personal de limpieza.

Para algunas instituciones lo anterior puede resultar un problema, ya sea por la cantidad de personas en el equipo de trabajo o incluso por la falta de alguna de ellas.

Los centros escolares resultan ser muy complejos, ya que contienen diversidad de factores que pueden hacerlos atractivos o no para un puesto de poder (directivo). Influye desde el lugar donde se encuentra la escuela, número de alumnos, número de grupos, número de docentes, incluso hasta el edificio en sí. Sin embargo en la actualidad no basta con solo querer dirigir una escuela, hoy en día se debe realizar un procedimiento para poder ganar un lugar como estos y en eso también está relacionada la política.

En las instituciones, como ya se mencionó, se tienen varios niveles de jerarquía, lo que es entendible como varios niveles de poder, sin embargo es como un engrane, en donde todos dependen de todos, por lo que es muy común ver negociaciones incluso sin tener que mencionarse.

La toma de decisiones es sin lugar a dudas por lo que se compite en la guerra de poderes, ya que el director no es autónomo en la elección de una u otra opción. Depende mucho de la dinámica a la que ya estén acostumbrados a trabajar en cada plantel. Sin embargo, cada cambio de director es una oportunidad para hacer las cosas como deben hacerse, dependerá ya de este y su relación y comunicación con los miembros de su colectivo.

Cada escuela que existe en el país forma parte del rompecabezas del sistema educativo, en el que tarde o temprano se presentan diversidad de grupos de intereses comunes en donde se ve el estira y afloja ante peticiones a las que se puede o no ceder para lograr beneficios de diferente índole, y en las que se busca que ambas partes resulten ganadoras.

Se sabe que el poder en un plantel lo ejerce el director, sin embargo no siempre sucede así, ya que dentro de una escuela también existen los grupos con intereses comunes, lo cual puede resultar un obstáculo ante los intereses, en este caso del directivo. Lo anterior se da también porque somos un país democrático, en donde se respeta la mayoría o así debiese ser y esto puede jugar en ocasiones en contra del ideal de la autoridad escolar.

Es importante mencionar, que el director no es la parte más alta de la jerarquía en cuanto a puestos educativos, es decir, el director también recibe órdenes de actores educativos superiores y en muchos de los casos, pareciera que va solo dirigiendo un barco en donde no cuenta con una brújula que le diga cómo o qué hacer para lograr llegar a tierra firme.

Des de mi perspectiva, un director en un momento dado llega a convertirse en todólogo, y debe buscar por sí mismo la salida, en ocasiones llendo contra corriente o infringiendo faltas de las que por su conveniencia sus superiores se hacen de la vista gorda.

Aunado a lo anterior, surgen otras limitantes al trabajo directivo, tales como las malas costumbres o la comodidad a la que ya están acostumbrados algunos docentes, como por ejemplo a la falta de rendición de cuentas, en donde de manera implícita ni el profesor se mete en terreno del director ni viceversa, esto lo ven como un “respeto” ante el trabajo de cada parte, sin embargo se cae en el confort y en acciones en donde los únicos afectados son los alumnos, ya que el director puede no llegar a supervisar las acciones que implementan los docentes para el mejoramiento del aprendizaje de los grupos y también los docentes no están enterados de las acciones o incluso no son tomados en cuenta para  decisiones que pudieran beneficiar o perjudicar según sea el caso a la comunidad escolar.

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