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Trabajo practico. Diario y ficha de campo pescadores de Santiago de Tolu.


Enviado por   •  12 de Octubre de 2016  •  Trabajos  •  1.737 Palabras (7 Páginas)  •  268 Visitas

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NOMBRE

Alejandro Huertas Jaime

LUGAR, FECHA Y TIEMPO

Santiago de Tolú, Sucre. 22/9/2016. 2 horas de observación.

PREGUNTA DE INVESTIGACION

N/A

DIARIO DE CAMPO

DESCRIPCIÓN DEL CONTEXTO GENERAL DE OBSERVACIÓN (lugar, tiempo, participantes, actividades, etc)

Todas las mañanas desde que llegue a Tolú veía cerca a la orilla algunas canoas de pescadores, quienes se ubican a unos 50 metros de la playa a pescar con anzuelo. Esta playa, la cual se encuentra bastante urbanizada acoge cada mañana a docenas de pescadores, quienes salen en su bote a unos metros de la orilla, o en una lancha kilómetros mar adentro. Desde las 6:00 de la mañana empiezan a salir las lanchas y los botes, cada 5 o 10 minutos sale una nueva, algunas con 3 o 4 personas y otras con 2 o incluso 1 persona en las pequeñas canoas. La playa se encuentra ubicada a 10 minutos de Santiago de Tolú en moto, y es bastante cercana a un puerto libre en donde cargueros internacionales vienen a recoger cemento y otro tipo de mercancías. Por esta razón, a lo lejos se alcanza a ver algunos de estos buques esperando su turno. Logro ver toda esta actividad sentado desde la orilla, con varias casas a ambos lados, las canoas y lanchas salían desde al lado mío, bastante cerca. Debido a esto es que logro hablar con algunos pescadores. Faustino, de 64 años, sale en una canoa pequeña canoa a unos metros de la orilla cada vez que puede comprar una libra de camarón, la cual usa de carnada. Me cuenta que hace 15 días no salía, ya que últimamente la pesca cerca a la orilla no esta tan buena, y no tiene como ir mar adentro. Faustino se dedica al moto taxismo, y pesca de vez en cuando, a veces para vender, pero generalmente pesca lo que se come con su familia.

DESCRIPCIÓN DE LOS HECHOS CENTRALES - LO QUE ACONTECE

APRECIACIONES PERSONALES

lo que me acontece como observador/a

Generalmente, se puede ver como cada mañana los pescadores de Tolú salen en sus canoas o lanchas a pescar. En una playa a 10 minutos del centro del pueblo, en donde se encuentra un caserío el cual ha ido creciendo a través de los años.  El día de pesca inicia desde las 6 de la mañana, o para algunos un poco antes, cuando se empieza a ver lanchas y canoas saliendo cada 5 o 10 minutos. Faustino, quien es moto taxista hace unos años, también ha sido pescador desde su adolescencia, aprendió con su familia y salía a pescar en canoa o en la orilla con sus familiares. Hoy en día Faustino no logra pescar la misma cantidad que pescaba antes, y los pescados que si atrapa no son del peso o tamaño que antes veía.

Faustino me cuenta que no se logra pescar como antes se hacía debido a que la pesca industrial ha crecido mucho en el sector. Ahora Faustino busca pescar durante 4 o 5 horas lo suficiente para alimentar a su familia por 1 o 2 días. Así es como Faustino me cuenta que ha dejado de pescar en los últimos años, y lo hace de vez en cuando. Faustino se embarca en una canoa pequeña donde caben 2 o máximo 3 personas, antes de salir al agua me invita a acompañarlo y decido ir con él.

Faustino solo lleva un remo así que él se encarga de remar al sitio donde pescaremos, mientras tanto me explica cómo se coloca el anzuelo en el nylon y me señala la libra de camarones que se utilizan como carnada. “Aquí está bien” dice Faustino, mientras lanza una piedra amarrada a una cuerda, por un lado y me dice a mí que haga lo mismo con el hierro que se encuentra al otro lado. Una vez la canoa está asegurada es cuando la pesca comienza, con los anzuelos y el nylon listos solo queda colocar el camarón en estos, y así es como me explica que se le quita la “cascara” y se deja la carne, porque eso es lo único que los pescados comen. Así es como bota el primer anzuelo, a un metro aproximadamente de distancia de la canoa, me entrega uno a mí y espera que haga lo mismo. Lo lanzo, pero no llega igual de lejos, me dice “eso es de practica”. Y así es como junto con Faustino iniciamos unas cuantas horas de pesca.  

Mientras sosteníamos los anzuelos y pescábamos de a pocos, Faustino me cuenta cual pescado le sirve y cual no, debido a que es muy pequeño o simplemente no se come. Mi primera pesca fue un pescado llamado el “sapo”, el cual se infla en el instante en que lo saco del agua. Faustino saca una pequeña carcajada y dice que eso es un buen ejemplo de una “novatada”, ya que este pescado no se come porque es venenoso, y el novato nunca atrapa un verdadero pez.

Poco a poco Faustino me enseña cómo se debe pescar los peces que busca, al final lo estoy ayudando a pescar para su almuerzo familiar.  Llenando así una pequeña nevera de icopor poco a poco. Repentinamente Faustino dice que tenemos que movernos de sitio, o no nos podremos acercar a la orilla por muchas horas. Me explica que siente como la brisa se vuelve más fuerte, y por esto debe mover la canoa un poco más cerca a la orilla, de otra manera nos podríamos quedar estancados ahí.

Nuevamente me dice que me pare y suba el hierro, y es así como lo hago. Una vez recogidas las dos anclas nos movemos un poco más cerca de la orilla, esta vez me dice a mí que agarre el remo y reme hacia la costa. Tarea que parece ser fácil, pero resulta ser más complicada de lo que creía, pues el viento se pone más fuerte con cada segundo que pasa. Anclamos nuevamente cerca de donde unas gaviotas estaban pescando, Faustino dice “por acá si están picando”

Desde el día que llegue a las playas de Tolú, he podido ver como todas las mañanas las lanchas y canoas pescadoras salen a pescar. Desde horas tempranas los pescadores se embarcan y varias embarcaciones salen del caserío que se encuentra en esta playa.

Faustino muestra descontento o decepción al decir que no logra pescar como antes, después de todo la pesca era tradicional en su familia.

Creo que al invitarme a acompañarlo siente un pequeño alivio, pues inmediatamente me coloca tareas en la canoa. Lo primero que me dice es: “¿sabe nadar? Esperando un si empieza a alistar su canoa. Alistar la carnada, amarrar el hierro a la punta de la canoa, me dice que no me mueva mientras él se mueve, que mire hacia el frente, toda una tarea.

Al lograr sacar un pescado siento un poco de emoción y alivio, pues estaba ayudando a Faustino, pero me dice que este pescado no sirve y le causa gracia, lo cual derrumba mi emoción, pero todo es parte de la participación.

Creo que poco a poco logro aprender como pescar de manera correcta, pues Faustino muestra su alegría al atrapar una mojarra de buen tamaño y al ver que yo atrapo una también.

Al pararme a recoger el hierro, siento como la canoa se balancea, lo que me causa nervios. Al voltearme a mirar a Faustino tiene una cara de tranquilidad, la cual me da a mi tranquilidad.

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