UN ACERCAMIENTO A UNA REALIDAD CASI INCOSEVIBLE

UN ACERCAMIENTO A UNA REALIDAD CASI INCOSEVIBLE

Todos los días pasamos por alto un millón de acontecimientos que se desarrollan junto a donde vivimos, estudiamos o donde solemos estar en un día cualquiera: de manera casi precisa existe ante nosotros una especie de venda que nos hace ajenos o simples espectadores frente a una realidad que ya no se puede negar en este caso nos referimos al Comercio sexual. Por esto mismo en la clase de gerencia y sociedad se busco la manera de realizar una salida donde por algún momento pudiéramos dejar de lado los prejuicios existentes y entráramos de manera desinteresada a un mundo del que mucho se habla pero del que poco se conoce, de este modo lo que buscamos es dar a conocer nuestras percepciones y experiencias en un recorrido que logro tocar varias fibras y cambiar varias de nuestras opiniones.

El recorrido inicio el jueves 9 de septiembre hacia las 4 de la tarde todos manteníamos las mismas expectativas a pesar de que algunos parecían tener más confianza a causa del conocimiento previo del sector era evidente que todos íbamos en busca de algo podrían ser respuestas, o el querer quedarnos con una imagen que recordaríamos para siempre; el profesor junto con su grupo de trabajo nos dio las instrucciones pertinentes, eran claras y no muy complejas sin embargo a muchos nos llamo la atención el hecho de no poder mirar a nadie a la cara como lo dijo el profesor “ no les gusta que las miren a la cara algunas se sienten atacadas y contestan mal, otras se vuelven agresivas” era una advertencia que de antemano nos hacia entender que de alguna manera nos enfrentábamos a un peligro, que estas mujeres tenían sus propias reglas y que tendríamos rápidamente que adecuarnos a el mundo que ellas mismas habían construido.

Al iniciar el recorrido no se veía nada que uno no hubiera conocido o visto anteriormente en un recorrido de bus o en un paseo por el centro de Bogotá, habitantes de la calle o personas pidiendo dinero sin embargo al seguir bajando por la 19 empezamos a ver cómo nos empezaban a repartir volantes donde se ofrecían servicios de señoras, señoritas y jóvenes ofrecían cualquier cantidad de combos “ para todo gusto, para toda ocasión” con este anticipo empezamos a introducirnos en calles donde ya se empezaba a percibir un ambiente distinto. En la primera esquina encontramos una mujer ya mayor tenía unos 50 años aproximadamente traía un atuendo que no mostraba mucho una falda con una camisa cualquiera, en su mano había un cigarrillo y la mencionamos por que al ser la primera que vimos nos impacto su actitud ya que parecía esperando un cliente pero como si en el fondo ya no esperara nada mas de la vida.

Al introducirnos mas ya entramos a donde había no una sino varias mujeres en esta zona todas eran mayores, no se vestían de manera muy insinuante quizás por el mismo paso de los anos pero aun así su actitud era coqueta y con palabras o gestos vendían de alguna manera su cuerpo que aun así desgastado era su mayor patrimonio, la imagen fue impactante a uno le cuesta pensar que personas a las que comúnmente tu llamarías señoras quizás de la edad de nuestras mamas estaban en la calle, uno se cuestiona ¿que las llevo a terminar en esta esquina?, ¿qué paso con sus familias? ¿tendrían hijos?, ¿o son acaso el producto de una sociedad excluyente? que las termino dejando como única salida la prostitución.

Con el paso de el tiempo el panorama no era muy distinto pasamos por una calle donde encontramos unos travestis y donde recordamos como a uno de nuestros compañeros se le insinuaron intentando tocarlo, pero de igual modo era algo a lo que sabíamos que estábamos expuestos, continuando llegamos a una tienda donde entramos a tomar algo, y vimos también otra imagen que nos causo conmoción eran dos travestis pero ya muy mayores de unos 60 anos unos de ellos al contestar como se encontraba respondió “ caliente como una perra” era extraño ver a personas de tanta edad en estas condiciones lo que nos hizo pensar que la prostitución no tiene límites ni de edad ni de tiempo.

Después llegamos a la zona de las llamadas “enrejadas” estas mujeres permanecen detrás de unas rejas pues la zona donde están ubicadas es prohibida para ejercer la prostitución, por ello tienen que esconderse pues su mayor temor es ser víctimas de los grupos de limpieza social, sin embargo por lo que era tan temprano muchas de ellas estaban por fuera de las rejas, suponemos que para atraer mucho más a los clientes, ya que a esas horas sus servicios no son tan demandados, fue así como siguiendo con el recorrido llegamos a la zona donde se encuentran la mayoría de bares , discotecas y prostíbulos , donde entre los más conocidos están La Piscina , El Castillo y Hoollywood, en este lugar lo que más nos impacto fue ver una gran cantidad de mujeres muy jóvenes y hermosas, que transitaban por estas calles exhibiendo su cuerpo con muy poca ropa, otras se situaban en frente de los bares y bailaban mientras un grupo de hombres las observaban desde una cafetería, la reflexión que tuvimos en ese momento fue la de pensar por qué mujeres de este tipo tienen que vender su cuerpo en vez de dedicarse a otras labores, ya que tienen toda una vida por delante y seguramente muchas oportunidades que otras mujeres mucho mayores que se prostituyen no tienen, la respuesta a dicho cuestionamiento está en que la ambición se apodera de estas mujeres pues evidentemente por sus cualidades físicas su trabajo es de los más demandados y en una noche pueden llegar a tener aproximadamente unos 15 clientes los cuales se convierten en un gran ingreso , el cual no se podría comparar con otros trabajos

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