Violencia Y Falta De Comunicaciòn
rsuarez8522 de Agosto de 2013
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La comunicación, conflicto y convivencia en la escuela secundaria en el conurbano Bonaerense.
Investigación cualitativa.
Objetivos:
Conocer si existen situaciones conflictivas con desenlaces violentos entre los diferentes agentes institucionales.
Reconocer situaciones que frecuentemente generan violencia y problemas en la comunicación.
Establecer si existen obstáculos internos o externos, para la incorporación y desarrollo de los Acuerdos Institucionales de Convivencia.
Explicar el concepto de apertura, Flexibilidad Institucional e incorporar nuevas estrategias superadoras de conflictos o facilitadoras de la convivencia escolar.
Preguntas:
¿Cuál es la percepción general que tienen los actores sociales de la comunidad educativa de Grand Bourg, Del Partido de Malvinas Argentinas sobre las reacciones violentas que se producen a diario en el aula o en otro lugar de la escuela? ¿Por qué piensan que se produce?
¿Cómo se da la comunicación entre los distintos agentes que interrelacionan en la institución? ¿Puede ello tener relación con los problemas de convivencia escolar?
El AIC se desarrolla con normalidad ¿Que obstáculos encontraron los agentes de la institución para la incorporación y desarrollo del mismo?
¿Conocen los miembros de la comunidad educativa Grand Bourg, si existen posibles estrategias superadoras de conflictos o facilitadoras de la convivencia escolar y que mirada sostienen sobre la incorporación de herramientas innovadoras?
Marco Teórico:
La investigación sobre la violencia escolar nos propone establecer los alcances e intensidad de ciertos fenómenos que encontramos dentro de la caracterización de la violencia en las escuelas. Un aspecto fundamental tiene que ver con el esclarecimiento de las relaciones entre los aspectos teóricos de los comportamientos violentos dentro de escenario escolar. Esto se debería traducir como clave escolar de la “violencia social” • (Observatorio argentino de violencia en las escuelas). Svampa lo atribuye al ingreso inequitativo. A la perdida de ascenso social, inestabilidad y vulnerabilidad laboral, precarización de los servicios sociales gratuitos de provisión estatal. Nos encontramos con nuevas subjetividades, Duschatzky y Corea, dice que son refractarias a los mecanismos habituales de socialización y a las formas establecidas de socialización. Que funcionaron de modo predecible durante un tiempo a partir de supuestos y expectativas que difícilmente conserven intactas su vigencia en estos nuevos escenarios.
Justificación:
En nuestra investigación tomamos por un lado a Lidia Fernández, quien nos explica a la institución como formadora de cultura y la importancia del desarrollo adecuado de las relaciones y por el otro a la incorporación del Acuerdo Institucional de Convivencia y los obstáculos para su implementación. Esto refiere a crear nuevas estructuras que garanticen la inclusión, permanencia de nuestros jóvenes, en un ambiente adecuado y saludable en lo que refiere a convivencia con otros. Por ello mencionamos, luego del trabajo de campo, la sugerencia de la incorporación de nuevas herramientas facilitadoras de resolución de conflictos (Mediación) y de Educación para la Paz.
Alumnos, docentes, padres, son protagonistas de diferentes hechos de conflicto, marcados por la intolerancia a las diferencia, la falta de diálogo, la desautorización o el autoritarismo, entre otros factores. Factores que fragmentan las relaciones en las Instituciones acarreando dificultades, en algunos casos se convierten en amenazas severas a la integridad humana.
Es común observar por un lado en la práctica cotidiana, en las escuelas, el individualismo, la competencia y los criterios verticalistas de estructuras obsoletas que respondían a modelos de contextos sociales totalmente diferentes a los actuales y por otro lado nos encontramos inmersos en problemáticas sociales de profunda violencia, además de familias fragmentadas, ausentes que generan falta de hábitos, valores para una buena convivencia.
La resolución 1709/09 de la Dirección General de Cultura y Educación brinda una de las oportunidades que proporciona la transformación educativa para valorar a la escuela como unidad que reflexiona sobre sus problemas y que tiene la facultad de diseñar nuevas estrategias de resolución. El Acuerdo Institucional de Convivencia, del que habla la reciente resolución, sirve en tanto sea posibilitador de cambios y transformaciones, es el ejercicio vivo de acciones que intentan acercarse a una mejor convivencia institucional. Mediante el trabajo en equipo que prioriza las cuestiones pedagógicas, la institución se hace cargo del problema, generando mecanismos que mejoren los aprendizajes de todos los alumnos y un clima de convivencia democrática entre todos los responsables de la elaboración de un AIC: cuerpo docente, alumnos, equipo directivo, padres y demás participantes de la vida Institucional.
La redacción del Acuerdo Institucional de Convivencia (AIC) sostiene en primer lugar la finalidad educativa, referente principal de las normas internas de esta Institución. Es objetivo de la misma educar para el crecimiento personal y la participación responsable de los alumnos, favoreciendo el ejercicio de la libertad, el compromiso, el diálogo para la superación de conflictos y la valoración de las diferencias.
Explica Lidia Fernández, que una institución es en principio un objeto cultural que expresa cierta cuota de poder social. Se refiere a las normas-valor que adquieren fuerza en la organización social de un grupo o a la concreción de las normas-valor en establecimientos, la institución expresa la posibilidad de lo grupal o colectivo para regular el comportamiento individual.
El nacimiento y el acontecer del sujeto humano se producen en una trama de relaciones y sucesos pautados por instituciones de diverso nivel de generalidad y pregnancia que, paulatinamente y por el proceso de socialización, pasan a formar parte del interior de la subjetividad y a funcionar como un regulador social interno.
(…)”Las instituciones funcionan como un código que, por su capacidad de proponer significados establecidos, permite hacer orden y concierto en la masa del estímulo social.”(…)
Violar los marcos que estas establecen, desviarse de ellas, contestarlas críticamente, no acarrean sólo el riesgo del castigo externo e interno de la autoridad.
Significan, además, correr el peligro de ser desmembrado del cuerpo grupal y también de derivar hacia una posición irreversible de extranjero (ese que queda despojado de la posibilidad de poner organización y atribuir sentido a los estímulos sociales).
“El esquema descriptivo que estamos utilizando alude a: (…)
_ Una tensión inevitable entre los deseos de los individuos y la necesidad de amoldarlos a la forma social admitida.
_ Otro conjunto de producciones culturales destinadas a convencer y generar la decisión que exige el sacrificio del deseo individual en pro de la estabilidad colectiva.
Incluyamos un nivel de complicación. Las instituciones que preservan la subsistencia del conjunto social son también maneras de preservar la particular forma como se ha distribuido el poder para el uso privilegiado de bienes económicos, sociales y culturales.
A los riesgos que conlleva el desobedecer los modos de ver y hacer que ellas pautan, se suma entonces el peligro que acarrea la reacción y la venganza de los grupos, las personas o sectores que se ven amenazados por ese poder o cuestionados en sus derechos.
Cuando las instituciones se singularizan en la forma de una unidad organizacional concreta –los establecimientos institucionales– definen un espacio gráfico, imaginario y simbólico en el que, por jugarse las tensiones antes señaladas, el sujeto humano encuentra a la vez un lugar de seguridad, pertenencia y desarrollo que contiene en el mismo ámbito la enajenación, la exclusión y el sufrimiento.
Cada establecimiento institucional configura un ámbito en donde se reproduce en parte la configuración social general y en donde se generan formas peculiares de organización e instituciones singulares que las legitiman y garantizan. De hecho tienen en el concierto social un grado relativo de autonomía que les permite especificarse y diferenciarse como un ámbito capaz de generar una cultura singular.
Un nuevo orden de significados, reglas y valores debe generarse para garantizar la persistencia de los modos de funcionamiento que aseguran la vida del establecimiento.
Ellos, por supuesto, se asientan en cierta división del trabajo y una asignación diferencial de poder. Generan los propios y configuran, así, un nivel más sofisticado de tensiones: las que provienen de la renuncia a aspectos del proyecto personal en función del proyecto institucional, y las que provienen de la microdinámica del poder entre los diferentes grupos y sectores funcionales.
Las instituciones son producciones de la vida social que aseguran la persistencia de las condiciones garantes de su continuidad en la modalidad y dirección que funciona como legítima. Como esta modalidad legítima contiene la particular solución que la historia del conjunto ha dado a los problemas de la subsistencia y a los de la distribución de privilegios para el uso de distintos bienes, de hecho las instituciones sociales se convierten en la garantía de su persistencia.”(…)
Así como esta autora y tantos otros con diferentes enfoques la idea de nuestra investigación es acompañar las nuevas formas de intervención en una convivencia adecuada para
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