Y ¿Qué hay de las apuestas?

Y  ¿Qué hay de las apuestas?

Desde la antigüedad, las actividades físicas han representado una gran fuente de entretenimiento y ocupación del tiempo libre, buscando conservar la salud y equilibrio corporal. Pero poco tiempo después de practicarse actividades físicas o deportivas (como se conoce hoy en día), salieron a la luz los juegos de mesa, que en su mayoría mostraban la destreza mental de un individuo. Luego de un tiempo, las personas se cansaban de jugar algo y ya; así que mejor se decidió colocar algo de por medio, una cantidad de un producto en especial, para motivarse a jugar y el ganador podérselo llevar todo. Aún en nuestros días se realiza, y se conoce como apostar, y nace todavía la incógnita  de por qué apostar hace mas emocionante una actividad y provoca adicción. Falta responder esta pregunta y citar cosas acordes a ella.

Una apuesta “es una forma de juego basado en el azar, del que se espera obtener algún beneficio”.1  Las personas siempre la han practicado en los juegos que se realizan en los casinos, especialmente en el póker, y en otros derivados a este, como lo es el blackjack, el 21, el baccarat (punto blanco), el póker a 3 cartas, a 4 cartas y en pirámide; además de la ruleta, tragaperras (tragamonedas), el red dog, el pachinko, el keno y el bingo, los cuales son muy habituales en estos lugares.^[1]2  Sin dejar atrasado algo, un casino “es una instalación que alberga y tiene capacidad para ciertas actividades de distintos tipos de juegos de azar”.3  Estos comúnmente son construidos conjuntamente con hoteles, restaurantes, tiendas comerciales, cruceros turísticos y otras atracciones, haciendo que la gente se acerque más a ellos. La ley de la región dicta la prohibición o no de apostar en los casinos^[2] que se ubiquen en ella.

Sigue faltando otro significado para aclarar lo que se ha venido diciendo, y esto es, los juegos de azar, los cuales se han convertido en los juegos de las probabilidades (probabilidad o estadística matemática), en los cuales “las posibilidades de ganar o perder no dependen de la habilidad del jugador, sino exclusivamente del azar (casualidad, acaso)”.4  Aunque también se mide en la cantidad de jugadores que vayan tras el mismo objetivo, que entre menos jugadores hayan, mayor son las probabilidades de ganar. En casi todas estas actividades se acostumbra apostar, poniendo en práctica, la suerte y la agilidad de los jugadores.

Las personas que se sumergen en el azar y en el apostar, están dejando parte de su propia dignidad en estas actividades, ya que en ocasiones las ejecutan de manera ilícita. Muchos practican estos juegos como diversión o con expectativas económicas. Sin embargo, cuando se coloca algo de por medio, como dinero, los esfuerzos por ganar aumentan, se sobrepasan límites propios y se realizan actos sin medir consecuencias, tal es el caso de los deportes; y en los juegos de mesa, el jugador expone su tabla personal de posibilidades y hasta en ocasiones hace trampa, todo con tal de ganar el monto colocado entre las partes involucradas. En estos casos, es más acorde decir que el apostar en una actividad, aumenta la adrenalina, mas que expresar que la hace más emocionante, siempre y cuando sea con un fundamento económico y no de entretenimiento.

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