Chile, Actor o Marioneta

Chile, Actor o Marioneta

Durante la época de la guerra fría, existieron dos bloques ideológicos a nivel mundial existiendo una polarización política entre los años sesenta y comienzos de los años setenta. Los países abogaban a una doctrina frente a las dos potencias de ese período, que se disputaban el control del mundo: EE.UU y la Unión Soviética. En Chile se era testigo y, a la vez, parte de estas tensiones tanto ideológicas como políticas del siglo XX.

En términos de Fermandois, “[…], norteamericanos y soviéticos se multiplicaran en sus esfuerzos por promover en Chile políticas que estuvieran acordes con la lectura que hacían de sus propios intereses”. En este punto, se habla de un Chile como un simple peón de esa época, pero con ciertas condiciones que impone a las potencias mundiales de ese entonces, como se expone en este extracto:

“Hemos construido la imagen de nosotros mismos a partir de una sociedad donde la voluntad política, la voluntad de Estado como espacio público, ha sido un ingrediente básico de la vida colectiva y de la inspiración de individuos y grupos”.

En el transcurso de la imposición de ideas, el país no estaba convencido de que se velaba por los intereses y progreso del estado en cuestión, si no de jugar por sus propios intereses. Pero a la vez, se habla de cómo Chile ha dependido de los acontecimientos globales al estar inmerso en un sistema internacional^[1], que influyo en ese lapsus de tiempo de manera explícita en los aspectos sociales, económicos y políticos. En este escenario, la sociedad chilena se politizo, agudizando fuertemente las disputas ideológicas entre sus propias fuerzas políticas chilenas, coincidiendo en el panorama mundial.

La posición geopolítica de Chile no representaba ni una oportunidad o amenaza de gran magnitud para los países en disputa, no así como Cuba para la URSS. Lo que si era de importancia en el país más austral del mundo, era el valor político que emulaba el gran marco global. La idea de una extensión de la influencia soviética en la administración del país como arma desestabilizadora para EE.UU en plena guerra fría logro despertar el interés de esta ponencia mundial en el país pequeño.

Los documentos desclasificados constituyen elocuente prueba del sentimiento de impotencia de los norteamericanos por no poder influir en el desenlace de Chile, a pesar de los recursos y las esperanzas colocados en sus políticas.

Sin duda, el caso chileno constituyo un momento de la crisis norteamericana y esto se apreció por medio de la unidad popular “La anti-utopía del gobierno militar”. Debido a lo sucedido, EE.UU, buscara intervenir en la desestabilización de Allende y esto lo realizara por medio de la CIA. Este asedio norteamericano será la principal herramienta para la caída de Allende, serán los militares quienes serán manipulados por Washington.

El embajador Korry aporto con detalles sobre el círculo cercano de Kennedy y en su decisión de política exterior hacia Chile sobre considerar la mejor alternativa para gobernar, según el presidente norteamericano, por encima de otras preferencias existentes en ese entonces.

La guerra fría afecto la manera de ver los sucesos ocurridos en el país desde lo social hasta en lo económico, o eras “rojo”; entendiendo como comunismo, o eras “azul”, entendiendo como capitalismo. El extremismo de esta polarización restringía la emancipación que se buscaba, la cual de cierta forma, solo era una lucha por el poderío económico y político mayor de estas dos ponencias. Para EE.UU, la “ayuda” que brindaba a Latinoamérica como forma de contener el avance socialista o la influencia rusa se traducía en dictaduras fascistas que destruyeran toda resistencia e impusieron los modelos económicos “correctos” siguiendo las ideas del capitalismo.  

En el contexto de Chile, está inserto en los parámetros globales de esta guerra que tiene las características peculiares mencionadas anteriormente en América Latina con el enfrentamiento entre EE.UU y los intereses de la coalición Cuba-URSS; en esta asociación el papel más importante dentro del continente lo va a tener Cuba, el cual dentro de sus intereses se encuentra crear focos subversivos que se opongan a esta imposición de dictaduras fascistas.  Estas ideas se enmarcaban en una influencia radical de lucha, contra la burguesía nacional capitalista y contra el imperialismo extranjero, que debido a la proximidad hacia el bloque rojo, se hacía más notorio las consecuencias la guerra fría. En respuesta al apoyo en la lucha contra el capitalismo, nació el MIR en Chile. Esto se contrarresto con la creación de la Alianza para el Progreso manipulada por EE.UU, la cual su único objetivo era el control de la revolución cubana y su influencia en toda Latinoamérica, tocando temas como lo eran la pobreza, la corrupción o la sociedad agraria, un discurso lleno de promesas para cautivar los países sudamericanos.

La reforma agraria mayormente desarrollada en el gobierno de Eduardo Frei Montalva fue solventada por el gobierno de Estados Unidos o más bien la Alianza para el Progreso. Desde esta perspectiva, no existía una real motivación por abrir la mentalidad chilena hacia una conciencia de clase, si no que más bien, vistas como iniciativas destinadas a bajar la presión de un movimiento popular concebido como una amenaza bajo el entendido de estar ya plenamente instalados en una lógica de guerra fría. Por ello, parte importante de las reformas agrarias iniciadas en los años sesenta privilegiaron políticas más bien de compromiso pactadas como las “soluciones” para los problemas de la propiedad agraria, cuyo objetivo era precisamente disminuir las presiones y los conflictos rurales, pero sin plantear una verdadera modificación estructural, en lo que respecta a lo social, pero de gran impacto y relevancia en lo que concierne al impulso económico productivo capitalista que se quería promover por medio de estas reformas.

La elección de Salvador Allende consiguiente al gobierno de Frei, fue un eslabón para declarar la emancipación de Chile con respecto a EE.UU, y de esa forma, acercarse a URSS. Pero, Estados Unidos no iba a dejar gobernar a un marxista en medio de la guerra fría, sus ideas estaban fuera de todo lo que proyectaba el bloque azul. Los ideales se asocian a una mayor intervención del estado, lo que contribuía a un progreso en las luchas sociales integrando la conciencia de clase en su modo de gobernar. Sin embargo, la intervención norteamericana apoyará todo intento por derrocar a la presidencia por todos los medios brindando cuantiosa sumas económicas solapándolo como una ayuda para el país que se sometía al  “mayor mal de todos”, obstaculizando el buen manejo del gobierno de turno en los temas país, como el abastecimiento de comida. En ese entonces, el populismo mediático creo realidades por medio de la transmisión de información, pero que no todas eran ciertas, por ejemplo; que se llegaría a una guerra civil si seguía ese tipo de gobierno, lo que si se ve la historia de Chile, las guerras civiles no han sido frecuentes en los periodos de tensiones políticas o sociales.

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