Desperdicio de alimentos
Daniela RanApuntes12 de Octubre de 2023
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DESPERDICIO DE ALIMENTOS
Cuando hablamos del desperdicio de alimentos, nos referimos a aquella merma que se da sobre los procesos de la cadena de alimentación, es decir, desde su producción hasta el consumo final. Esto significa una gran problemática, debido a que se genera como su nombre lo dice, el desperdicio de alimentos que puede llegar a personas que tienen un acceso limitado a la alimentación.
Esta merma, puede darse de una forma accidental o intencional, pero a final de cuentas, significa una limitación de la cantidad de alimentos, debido a su disminución, lo que, por ende, es una menor disponibilidad para todas las personas como ya mencionábamos anteriormente. Este documento tiene como finalidad, recabar la información necesaria para entender la problemática del desperdicio de alimentos en un contexto mundial y nacional, buscando las alternativas necesarias para impactar de una manera a reducir este tipo de impactos.
La Organización de las Naciones Unidas Para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha generado dos definiciones distintas para tratar de abordar la problemática, ya que, como tal, no se ha definido una conceptualización muy exacta:
“La pérdida de alimentos es la disminución de la cantidad o calidad de los alimentos como consecuencia de las decisiones y acciones de los proveedores de alimentos en la cadena, sin incluir la venta al por menor, los proveedores de servicios alimentarios y los consumidores.
El desperdicio de alimentos es la disminución de la cantidad o calidad de los alimentos como resultado de las decisiones y acciones de los minoristas, los servicios alimentarios y los consumidores.” (Arozarena, 2020)
Es decir, dentro de la generación de desechos de alimentos podemos encontrar la pérdida, que es por decisiones de los productores, por ejemplo, por no cumplir con ciertos estándares de calidad para el consumo humano, por no tener ciertas características, por el ataque de una plaga, e incluso porque no se vean bien para venta; del otro lado, el desperdicio como tal, se enfoca en aquellos lugares donde se comercializan, con razones como fecha de caducidad, por no ser comprada (en el caso de los que las venden); en el caso de los servicios alimentarios y los consumidores, es recurrentemente a razón de que se compran los alimentos, se almacenan pero no se les destina un uso, y por las características de que se echan a perder o llegan a su fecha de consumo máxima, se optan por tirarlos a la basura.
“Las pérdidas de alimentos en los países industrializadas son tan altas como en los países en desarrollo, pero hay que tener en cuenta que en los países en desarrollo más del 40 % de las pérdidas de alimentos se produce en las etapas de poscosecha y procesamiento, mientras que en los países industrializados más del 40 % de las pérdidas de alimentos se produce en la venta minorista y el consumo. Los consumidores de los países industrializados desperdician casi la misma cantidad de alimentos (222 millones de toneladas) que la producción de alimentos neta total del África subsahariana (230 millones de toneladas).” (FA, 2011)
Las razones por las que se desperdician los alimentos pueden venir de muchas variables: “el mal tiempo, los problemas de procesamiento, la sobreproducción y los mercados inestables provocan la pérdida de alimentos mucho antes de que lleguen a las tiendas, mientras que la sobrecompra, la mala planificación y la confusión sobre las etiquetas contribuyen al desperdicio de alimentos en las tiendas y en los hogares.” (Procuraduría Federal del Consumidor, 2022)
Por ejemplo, en los hogares, algunas de las razones por las que se desperdician estos alimentos son, el deterioro de alimentos es decir cuando se almacenan de manera incorrecta, o que su fecha de expiración llega; la preparación excesiva, cuando se cocina o sirve de más, y no se terminan las preparaciones, quedando las sobras que la mayoría de las ocasiones terminan con desechos; las compras excesivas, por ejemplo, la no planificación de las compras puede ocasionar que se compren alimentos que no se suelen consumir con regularidad que no se ajustan a los distintos planes de alimentación de las familias, por lo que terminan siendo desechados.
Esto ha generado un problema a escala mundial, ya que no sólo nos referimos a aquellos actos en cierta localidad, si no que es un fenómeno que ocurre a lo largo y ancho del mundo, generando una verdadera problemática, como nos dicen los reportes de la misma FAO:
“A nivel global, entre un cuarto y un tercio de los alimentos producidos anualmente para consumo humano se pierde o desperdicia. Esto equivale a cerca de 1 300 millones de toneladas de alimentos, lo que incluye el 30% de los cereales, entre el 40 y el 50% de las raíces, frutas, hortalizas y semillas oleaginosas, el 20% de la carne y productos lácteos y el 35 % de los pescados.” (Benítez, s.f.)
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Esta problemática, es de una gran magnitud, incluso cuando existen los esfuerzos, incluso definidos en los objetivos de desarrollo sostenible, en el objetivo 12, y la meta 2.3: “De aquí a 2030, reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita mundial en la venta al por menor y a nivel de los consumidores y reducir las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y suministro, incluidas las pérdidas posteriores a la cosecha” (Naciones Unidas, s.f.)
En un contexto más cercano, hay datos que mencionan que, en el caso de América Latina y el Caribe, “se estima 6% de las pérdidas mundiales de alimentos y, cada año se pierde y desperdicia alrededor del 15% de sus alimentos disponibles, aun cuando 47 millones de sus habitantes todavía viven día a día con hambre.” (Procuraduría Federal del Consumidor, 2022)
En México, por ejemplo, de acuerdo con el Banco de Alimentos de México (BAMX), organización de la sociedad civil sin fines de lucro, un tercio del alimento producido se desperdicia, lo que equivale a 38 toneladas por minuto, que bien podrían alimentar a 25.5 millones de personas con carencia alimentaria. (Procuraduría Federal del Consumidor, 2022)
Es decir, en nuestra región más cercana existe ya la problemática de personas que no están bien alimentadas o nutridas por restricciones que encuentran en su camino al acceso a los alimentos; mismos que en otros pasos de la cadena, se están desperdiciando y botando a la basura sin ver que este es un problema controlable y que de recuperar los alimentos, podrían contribuir a este hecho de la falta alimentaria para un gran sector de la población; este punto no lo podemos limitar únicamente a los alimentos, si no todas las consecuencias que trae detrás como la tierra de recursos, como energía, suelo, semillas u otros insumos que son necesarios para producir estos alimentos.
Al no cumplirse con la meta, de la reducción del desperdicio de alimentos, se sigue propagando las problemáticas que mencionaba, por ejemplo “el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) calcula que entre el 8 % y el 10 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero están asociadas a alimentos que nunca se consumieron.” (Procuraduría Federal del Consumidor, 2022) Es decir, no se limita a la cuestión alimentaria únicamente, como hemos mencionado, si no que se tiene un impacto en todo el entorno en el que esta problemática se desarrolla.
Es decir, el desperdicio de alimentos, no es solamente una preocupación social, en donde destaca el hecho de que muchas personas no tienen acceso a estos alimentos; si no que se desperdicia agua y energía, los cuales son recursos esenciales en la producción: desde el cultivo, cosecha, y la transformación de alimentos, ya que muchos, no completan el ciclo productivo, llegando a parar a basureros, donde se produce metano al descomponerse, esto, como vimos, significa un alto número de emisiones de efecto invernadero.
Esto, consideramos, se vuelve un problema mucho más grande dado el hecho de que la población de igual manera crece considerablemente y los productores de alimentos con tal de atender esta demanda cultivan y producen más alimentos, lo que, si no está planeado de una forma adecuada, puede ser una medida contraproducente al generar un mayor índice de desechos.
Ahora bien, existen propuestas de soluciones como la donación de alimentos para darle un destino positivo al exceso de alimentos, y que lleguen a personas en una situación desfavorecida que no tienen un acceso directo a la alimentación; “La mayoría de las donaciones de alimentos se realizan a través de bancos de alimentos u otras organizaciones no gubernamentales de beneficencia que recuperan los excedentes de alimentos y redirigen a comedores de beneficencia, refugios y despensas comunitarias, etc. para alimentar a las personas de bajos ingresos que padecen inseguridad alimentaria”. (Procuraduría Federal del Consumidor, 2022)
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