Develar La Esencia Del Educador Para Desarrollar Maestros

MAGÍSTER EN EDUCACIÓN CON MENCIÓN EN DISEÑO CURRICULAR BASADO EN COMPETENCIAS

Asignatura: Bases epistemológicas de la educación Profesora: Monserrat Polanco M.

ENSAYO

DEVELAR LA ESENCIA DEL EDUCADOR

PARA DESARROLLAR MAESTROS

Resumen

La formación de los profesores es un tema de relevancia hoy en día. En diferentes partes del mundo se hacen esfuerzos para desarrollar docentes que respondan a los requerimientos de la sociedad actual, la mayoría de las acciones apuntan a capacitaciones instrumentales, lamentablemente la esencia del profesor se ha extraviado en ese camino. Este artículo posiciona las virtudes del educador como los elementos distintivos y esenciales en su formación y quehacer, posicionándolos en un lugar de privilegio a lo largo de su carrera universitaria.

Palabras claves: Virtudes, heteronomía, maestro, formación.

I.- Introducción

El presente artículo quiere develar la importancia de la virtuosidad del profesor, en pos de un mejoramiento de la labor docente. Contextualiza la problemática a nivel global, dando cuenta de las recomendaciones de algunas instituciones extranjeras sobre la formación del profesorado a nivel mundial, y precisa o aterriza en Chile con el proyecto de fortalecimiento de la formación inicial docente (FFID) Ávalos (2002) . La ausencia del discurso del virtuosismo en la formación del profesor, es una voz de alerta para todos aquellos que centran los esfuerzos solo en la implementación de herramientas, haciendo su apuesta en lo instrumental y olvidándose de la naturaleza humana de la educación.

II.- Hipótesis

La educación es del hombre y para el hombre. Está a su servicio para desplegarlo en su expresión de humanidad, labor que requiere ser desempeñada por un maestro “empoderado de virtudes para la educación”, no solamente inteligencia, dominio de la especialidad, estrategias de aprendizaje, métodos evaluativos, etc., sino también, de la convicción de sus creencias que lo llevó a su vocación. Para formar al maestro hay que develar la esencia del educador.

III.- Desarrollo

Durante la década de los noventa se levantaron varios diagnósticos a nivel internacional en el área de la educación, que indicaban la necesidad de posicionar de manera relevante el tema de la formación inicial de los docentes. A medida que transcurría el decenio comenzaban a difundirse algunas medidas respecto de dicha formación, como por ejemplo es el caso de la recomendación N1 de la Conferencia Mundial de Educación de 1996 quien llamó a “atraer a la docencia a los jóvenes más competentes” citada por Ávalos (2002) . Chile no estaba ajeno a esta realidad, y también develo falencias del sistema de formación docente desde las mismas instituciones, como lo señala Ävalos (2002) , las cuales, indicaban a nivel de curriculum de formación docente“ la sobrecarga curricular; el exceso de cursos sin contenidos articulados entre sí, respecto a las estrategias de enseñanza y de formación docente “frecuente utilización de metodologías de enseñanza expositivas”, por otro lado, la calidad de los docentes formadores “la edad promedio de los docentes era de 55 años, indicando escaso recambio generacional y por otro lado solo el 40% tenía estudios de postgrado, finalmente algunas instituciones reconocieron que no disponían de metodologías claras de evaluación para determinar la calidad del desempeño de los futuros egresados. La información anteriormente descrita fue levantada en el marco del Programa de Fortalecimiento de la Formación Inicial Docente FFID que se comenzó a desarrollar en las instituciones de educación superior a comienzos de 1998, y que desplegó gran cantidad de recursos humanos y económicos, y aún así desde las voces de sus coordinadores, “se tiene la sensación de haber modificado sólo el cascarón y de tener que hacer mucho todavía para mejorar la médula de estos programas” Ávalos (2002) .

¿Por qué este programa solo llegó a la epidermis de su objetivo?, los indicios que dan cuenta de esta situación hay que buscarlos en las falencias mencionadas por las 32 instituciones participantes, o mejor dicho, hay que buscarlo en aquello que no está, un vocablo muchas veces difícil de definir, pero llamado con facilidad a la hora de reunir en un solo concepto, la entrega, la convicción, la ejemplaridad, la perseverancia, etc., me refiero a la vocación del docente, aquello que lo hace distintivo en su quehacer,

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