EL PERFIL DEL DOCENTE COMO FORMADOR DE VALORES

En la sociedad actual se visualiza una crisis de valores, las problemáticas sociales han crecido a un grado alarmante. Problemáticas como la violencia, la corrupción, el narcotráfico, los secuestros, la discriminación, entre muchas mas son bien conocidas en México, no es novedad oír sobre ellas, hemos escuchado de ellas desde mucho tiempo atrás, tanto que nos acostumbramos a ellas, claramente esto señala una crisis de valores.

No podemos negar que el individuo de hoy identifica plenamente la bondad de actuar siguiendo las reglas de valores universales, sin embargo también es claro que hoy en día el individuo actúa pensando en el bien propio dejando el bien común en un segundo plano.

Entre las generaciones mas jóvenes se está sembrando la idea de actuar según la propia conveniencia, pues es bien sabido que todos actúan así, y que las personas que se les considera triunfadores son conocidas por sus actos de corrupción.

El paradigma de lo que es el progreso se ha transformado, en los jóvenes de hoy es entendido como el logro económico, el reconocimiento social, las adquisiciones materiales, etc. Esta idea esta sobrepasando la ideología del progreso social como la mejoría de la calidad de vida.

Ante esta situación ¿cuál es la función de la escuela?

De manera general la función de la escuela es entendida por la mayor parte de la población, de manera informal se tiene la idea que la escuela debe educar, enseñar, capacitar, en general ayudar al hombre a ser mejor.

Como en muchas otras cosas la escuela y mas específicamente el maestro es protagonista en la transformación social, es el encargado de modificar la ideología de aquellos que están a su cargo.

Para ser maestro y tener a cargo un grupo es necesario adquirir un perfil profesional que acredite que el individuo esta capacitado para llevar a cabo la misión de educar, sin embargo el cursar una licenciatura, posgrados, diplomados, etc. , no garantiza el buen desempeño de un docente.

He tenido la fortuna como muchos aquí presentes de observar la tarea docente de cerca, pues entre familiares, amigos y conocidos gran parte de mi vida he convivido con maestros y muchos coinciden en una cosa: Ser maestro no se aprende en la universidad, ni en las escuelas normales, ser maestro se aprende en las aulas al momento de ejercer la profesión.

Es claro que el docente a adquirido un papel protagónico en la construcción de conocimientos, sin embargo la labor docente no debe limitarse al logro de metas académicas, la labor docente profundiza mas en la formación humana ya que implica educar integralmente a las personas tratando de ofrecer las posibilidades para formar individuos que se orienten hacia una ciudadanía democrática, donde los valores como la igualdad, la libertad, la solidaridad, el respeto y el respeto dignidad humana adquieran forma y presencia en actitudes y comportamientos concretos.

Por ello requiere de acciones que favorezcan el desarrollo de competencias cívicas y éticas en los educandos como:

Fortalecer el ambiente de convivencia en el aula y escuela hacia el respeto a las diferencias, la resolución de conflictos mediante el dialogo, el conocimiento mutuo y la formulación de acuerdos compartidos.

Potenciar la idea de democracia, como forma de vida que contribuye a la convivencia respetuosa, solidaria y equitativa entre personas como criterios para una vida mas justa y armoniosa.

En fin, una serie innumerable de acciones que el docente debe ejecutar dentro de su espacio que desencadenen el denominado “efecto carambola” en el cual los valores se construyan entre todos y se vuelvan a reconstruir

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