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Educación Libertadora


Enviado por   •  20 de Septiembre de 2014  •  2.225 Palabras (9 Páginas)  •  229 Visitas

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En la educación liberadora, nadie educa a nadie, tampoco nadie se educa a sí mismo, los hombres se educan en comunión, influidos por el mundo. El educador ya no es solo el que educa, sino que, en tanto educa es educado a través del diálogo con el educando, quien al ser educado, también educa. Así, ambos se transforman en sujetos del proceso en el que crecen juntos y en el cual los argumentos de la autoridad ya no rigen. Ésta es comprendida como un proceso y no como un acto mecánico de la mente. No se debe juzgar a las personas predominantemente por su inteligencia. La razón está siendo superada por la comprensión. El conocimiento no se construye sólo con la razón, sino también en base a sensaciones, emociones e intuiciones.

La pedagogía liberadora sienta sus bases de una nueva pedagogía en completa oposición a la educación tradicional. El objetivo esencial de la educación, es liberar a la persona de las supersticiones y creencias que le ataban, y liberar de la ignorancia absoluta en que vivían; transformarla a su estado de dignidad y humanismo mas no uniformizarla ni reproducirla a lo pasado, tampoco someterla, tal como ocurre en la educación tradicional que ha imperado varios siglos. Se fundamenta en la toma de conciencia, es decir sus estructuras mentales.

El presente ensayo tiene la finalidad de analizar las situaciones y tendencias educativas actuales desde el punto de vista de la educación liberadora tomando en cuenta las evaluaciones estandarizadas (Pisa, Enlace y evaluación universal a los docentes).

Cabe mencionar que mediante la teoría liberadora, el educando se siente sujeto de su pensar, puede discutir su pensar, su propia visión del mundo circundante. Aquí es importante la comprensión, pues, el educando es crítico por tanto su acción lo será también. En la labor educativa liberadora destaca la liberación de la dominación y el esclavismo imperante; cambiar y transformar la estructura mental; enfrentar con un pensamiento crítico y no ser un ente pasivo.

El papel que desempeña el educador en la Pedagogía Liberadora es dialogar con el educando en franca amistad, así obtener los temas generadores y de interés y no debe presentar su programa el educador como símbolo de imposición.

El educador tiene como prioridad ayudar al educando a lograr un punto de vista cada vez más crítico de su realidad, con la alta responsabilidad que este acto requiere.

Al mismo tiempo, tanto el educando como el educador aprenden mutuamente, nadie es más en la pedagogía liberadora, la cual critica el reducir este proceso a depositar datos y conocimientos en la mente de los educandos así como trata de superar y erradicar las tendencias individualistas y competitivas.

El maestro progresista jamás separa el contenido de los métodos; no se puede entender la práctica educativa solamente a partir del maestro, del alumno, del contexto, del contenido, del método porque la práctica educativa es una totalidad. Involucra un conjunto de piezas de aprendizajes que forman un objeto real.

En el contexto de ésta perspectiva pedagógica, el educando debe ser capaz y consciente de su realidad y cambiar su estructura mental para su transformación y liberación mediante un pensamiento crítico de su realidad circundante. Está comprometida en formar hombres y mujeres que sean fuertes para pensar y obrar; hombres y mujeres que sean amos y no esclavos de las circunstancias; hombres y mujeres que posean amplitud de mente; hombres y mujeres que posean claridad de pensamiento y valor para defender sus convicciones.

Una de las teorías que se relaciona con la Liberadora es la Progresista con el autor Snyders que se refiere a un concepto de educación en el cual se juntan las actitudes de confianza en los niños como capaces de participar del mundo, construyendo, paulatinamente, concepciones más amplias y coherentes sobre la realidad. A través de ésta educación progresará el niño, expresará e integrará propias experiencias e intentos, por esto absorberá conocimientos, los incorporará y transformará.

El maestro, según Freire, debe manejar un método de enseñanza dentro del contexto de la práctica educativa. Debe tener imaginación, aprovechar situaciones, usar e inventar técnicas, crear y utilizar medios que propicien la actividad y el diálogo con los educandos, mucho más cuando el proceso de enseñanza aprendizaje se produce en condiciones no favorables.

Para verificar que el maestro es competente en los aspectos mencionados anteriormente, en las últimas dos décadas los docentes frente a grupo, directivos y docentes en funciones de apoyo técnico pedagógico de educación básica, han sido evaluados mediante pruebas estandarizadas realizadas nacional e internacionalmente.

Una de ellas es la prueba Universal a los docentes, orientada a contribuir a través de una evaluación diagnóstico-formativa de los participantes, a la mejora de la eficacia de sus prácticas de enseñanza que impacten en el aprovechamiento escolar de los alumnos del Sistema Nacional de Educación Básica, con cuatro objetivos principales , en primer lugar ofrecer a los docentes diagnósticos de sus competencias profesionales, así como del logro académico de sus alumnos, en segundo lugar focalizar los trayectos de formación continua en las áreas de oportunidad detectadas a través de los diagnósticos de los participantes, en tercer lugar orientar y consolidar la calidad y pertinencia de los trayectos formativos y de los programas académicos de Educación Básica y Normal, a través de los resultados obtenidos y por último generar estrategias oportunas que ayuden a los docentes en su desempeño profesional, redundando así en el logro académico de los alumnos y en la mejora de la calidad de la educación entrando al Acuerdo de la OCDE donde su único objetivo es fortalecer los sistemas educativos y mejorar las condiciones en las que muchos docentes trabajan, atraer, preparar y desarrollar una fuerza de enseñanza de mejor calidad.

El objetivo de las escuelas es propiciar espacios para la convivencia, la formación en valores y el reconocimiento del entorno, y es en este sentido, donde todos los criterios, programas, proyectos y actividades contempladas en el proyecto escolar de cada institución deben apuntar al logro de estos fines.

Por tanto, toda acción educativa debe evaluarse, por ser tal vez el aspecto más descuidado de la educación, ya que la limitamos a la aplicación de pruebas escritas que pretenden medir “lo que los estudiantes han aprendido”, desconociendo sus procesos de aprendizaje.

Díaz Barriga (1990) menciona que “La evaluación incluye actividades de estimación cualitativa o cuantitativa, las cuales se consideran imprescindibles, pero al

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