En Niños De Estratos 1 Y 2, De Bogotá, Es Indispensable Un Plan De Nutrición Estable

Luz Hernández.

Bogotá es una ciudad con aproximadamente 7 millones de habitantes, de los cuales el 11,6% viven en pobreza y el 2% en pobreza extrema, 1 donde unos 230.000 niños sufren desnutrición extrema y es la zona de Colombia donde hay más prevalencia en el retraso en talla de los niños menores de 5 años con un 16.4%, a pesar de que más de 638.000 estudiantes de todas las localidades de la ciudad se benefician con refrigerios, desayunos y almuerzos.2 Pero en contraste se puede ver que Bogotá es una de las regiones que presenta el porcentaje más alto de niños con sobrepeso en el país; lo que puede explicarse, en parte, por la falta de una correcto y debido ejecutamiento de planes para la nutrición en los menores. Así pues, me pregunto ¿los niños bogotanos de escasos recursos, estratos 1 y 2, están cubiertos por un plan de nutrición efectivo?

Antecedentes

Aunque la alimentación y la nutrición de la población de la ciudad de Bogotá han ocupado la atención de distintos sectores de tiempo atrás, su posicionamiento en la agenda pública del Distrito Capital, de modo continuado y persistente, es relativamente reciente. Inició con el marco del sistema de Naciones Unidas que constituyó el núcleo de las decisiones políticas y los planes de acción en esta materia, luego la Cumbre Mundial a favor de la Infancia, 1990, y la Conferencia Internacional de Nutrición, 1992, marcaron el camino por el cual circularían las acciones en materia de alimentación y nutrición. Todas ellas tienen por estrategia común potenciar la relación virtuosa entre nutrición y salud, con especial énfasis en las acciones dirigidas a los niños y las mujeres gestantes y lactantes, y que a partir de eso el Distrito adoptó en 1993 planes como Plan de Promoción, Protección y Apoyo a la Lactancia Materna y el desarrollo de la Estrategia de Hospitales Amigos de los Niños.

Desde entonces, la promoción y el apoyo a la lactancia materna , la reducción de las tasas de mortalidad infantil por diarrea, infección respiratoria y desnutrición, y la disminución de la deficiencia de micro-nutrientes, en especial de hierro, y de la anemia en mujeres, niños y niñas , habrán de ocupar un importante lugar en las acciones de salud pública.

Más adelante, a principios del 2003, la capital adopta el Plan de Alimentación y Nutrición con el fin de “integrar acciones dirigidas a poblaciones específicas [que procuren] la suficiencia, inocuidad, accesibilidad a los alimentos [y] disminuyan la vulnerabilidad alimentaria de la población, con el fin de [...] superar problemáticas nutricionales independientes y/o concomitantes con patologías de alta prevalencia en [...] el Distrito Capital”. 3 Así pues, ejes como la lactancia materna, la higiene, hábitos de vida saludable, y en general la seguridad alimentaria fueron implementados en este programa.

Ya en el 2008, bajo el lema “Bogotá Sin Indiferencia. Un Compromiso Social Contra la Pobreza y la Exclusión”, se inicia el programa Bogotá sin Hambre, que “responde por el estado de nutrición de la población e integra las preocupaciones por el acceso y la disponibilidad de alimentos.” 4

Actualmente se desarrolla, bajo el programa “Política de amor”, “Bogotá bien alimentada”, una iniciativa que pretende generar una atención familiar a la niñez entre los 0 y 3 años de edad, logrando fortalecer la capacidad nutricional de los menores, conjuntamente con la implementación de la Jornada Única Escolar de ocho horas diarias para estar al pendiente del desarrollo de los menores.

¿Por qué es necesaria una nutrición

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