Ensayo sobre el aborto en Tunez

En las últimas décadas la búsqueda de igualdad de género ha desencadenado diversos conflictos sociales debido a ideologías machistas que se han arraigado en la cultura de cada país a lo largo de la historia. Sin embargo, en la búsqueda de esta igualdad, el aborto ha sido un tema de gran debate alrededor del mundo puesto que su establecimiento y legalización han constituido un hito fundamental para la implantación y defensa de la igualdad de género en la sociedad. A continuación, se presentarán una serie de factores relacionados al aborto y cómo estos repercuten al establecimiento de una sociedad más igualitaria.

Los movimientos feministas surgidos en su mayoría en países del primer mundo han alcanzado algunos logros importantes para conseguir la igualdad de género, como lo sin el voto femenino y la aceptación de las mujeres en instituciones de educación superior. El objetivo actual de este movimiento se centra en otorgarle más derechos a las mujeres en cuanto al control de su cuerpo, lo que se ve representado por la lucha para la legalización del aborto.

Al estudiar el estado de la equidad de género en el mundo, encontramos una irregularidad muy alta, sobre todo en ciertos países de África y Asia Occidental donde las sociedades se mantienen gracias al predominio de ideologías patriarcales y machistas, lugares donde la mujer no tiene acceso a la educación o participación social. Es por esto por lo que, en la búsqueda para establecer la igualdad en el mundo, países como Túnez (el cual posee una ideología democrática desde 1973) destacan y sirven como ejemplo para los demás, debido a que los tunecinos consideran que la mujer es un actor social importante, la cual bajo una buena educación se convierte en fuente de trabajo y ejerce control de su propio cuerpo. Por estos motivos el gobierno promueve la creación de clínicas destinadas a la mujer, donde estas tengan a su disposición métodos anticonceptivos y puedan acceder al aborto de forma legal y completamente financiado por el estado, si así lo deseasen, para que de esta manera tanto hombres como mujeres tomen control de su cuerpo y de su vida para tomar las decisiones correctas que favorezcan a su crecimiento personal. Estos derechos van de la mano de una educación sexual e inclusiva lo que conlleva a que las mujeres dejen de ser vistas como el sexo débil y se les permita el acceso a derechos como educación, a divorciarse, a abortar, a votar y a postularse a cargos públicos e inclusive a exigir salarios iguales a los de los hombres, lo que favorece a que se mejore su calidad de vida.

El aborto es un tema que surgió de la lucha por la igualdad de género debido a que antiguamente se dieron casos en los que la presencia del hombre en caso de no desear el embarazo obligaba a las mujeres a tomar la decisión de abortar, pero en su ausencia, la presión generada sobre la mujer tomaba una postura patriarcal y de condena hacia las acciones tomadas por esta.

Sin embargo, con el paso del tiempo el aborto ha pasado de ser un tema importante de la discusión en los centros de poder para surgir como un tema de salud pública de suprema importancia. Estudios médicos llevados a cabo alrededor del mundo arrojaron que el aborto es un grave problema de salud pública. Según cifras emitidas por la Organización Mundial de la Salud se estima que hay 42 millones de abortos al año en todo el mundo y la mitad de estos son clandestinos o ilegales. En países como Estados Unidos, a pesar de que el aborto es legal desde 1973, la tasa de mortalidad materna por abortos clandestinos sin la adecuada salubridad es casi del 40% con respecto al resto de causas. Según estudios, los abortos “inseguros” causan aproximadamente 70,000 muertes maternas al año y 99% de estos se dan en los países del tercer mundo. Esto se debe principalmente a que a menudo sólo las mujeres de mejores condiciones económicas pueden pagar un aborto seguro, mientras que las de bajos recursos tienen abortos en condiciones no seguras, lo que trae consigo consecuencias atroces para la mujer y para su familia. Esto genera un nuevo problema social: el aborto no solo debería de ser legal, sino que, en pro de igualdad, el estado debe formar parte de este cambio y apoyar con financiamiento porque el aborto clandestino o “inseguro” es una causa de mortalidad materna prevenible. Los hombres juegan un papel clave en esta situación, porque son sociedades en donde el machismo tiene mucho peso. En América Latina y el Caribe, por ejemplo, se registran los más elevados números de casos de abuso contra la mujer en comparación al resto del mundo, pero a su vez existe una importante resistencia política hacia la legalización y establecimiento del aborto, a pesar de que la tasa de muerte materna por abortos clandestinos es elevada.  

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