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FEMINICIDIOS EN EL PERÚ EN LOS ÚLTIMOS CINCO AÑOS


Enviado por   •  7 de Noviembre de 2017  •  Apuntes  •  2.668 Palabras (11 Páginas)  •  308 Visitas

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FEMINICIDIOS EN EL PERÚ EN LOS ÚLTIMOS CINCO AÑOS

¿Qué es un feminicidio?

Es aquel crimen cometido por hombres en contra de mujeres de manera física, verbal, sexual, económica, emocional o institucional. La persona que comete el delito puede ser un conocido o desconocido, pero en ambos casos, son el extremo de variadas formas de discriminación hacia la mujer que se refleja en el maltrato, los insultos, el desprecio, el abandono, la hostilidad y la degradación.

Existen tipos de feminicidio, tales como:

  • Feminicidio infantil:
  • Es el asesinato a niñas por parte de sus padres, familiares o personas que actúan en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder que le otorga su situación adulta sobre la minoría de edad de la niña.
  • Se considera feminicidio infantil aquella agresión de una niña hasta los 14 años de edad.
  • Feminicidio intimo:
  • Asesinato y/o agresión a una mujeres cometido por el hombre con el que la víctima mantenía una relación íntima o familiar, ya sea su marido, exmarido, novio, exnovio o amante. 
  • Feminicidio no intimo:
  • Aquel asesinato cometido por un hombre desconocido con quien la víctima no tenía ningún tipo de relación, es decir, existe una agresión sexual que culmina en asesinato de una mujer a manos de un extraño. 
  • Feminicidio por ocupación estigmatizada:
  • Mujeres asesinadas y/o abusadas por el trabajo que desempeñan ya sea como meseras, bailarinas, prostitutas entre otros, es decir, son agredidas por su género y al desempeñar estos oficios se vuelven más vulnerables.

Causas:

  • Causas familiares:
  • Celos y desconfianza: que la mujer sea celada u hostigada por su pareja,
  • Entorno patriarcal: cuando la mujer está sometida bajo el poder del hombre.
  • Supuesta infidelidad: el hombre por sus celos
  • Causas sociales:
  • Machismo: el hombre se cree superior a la mujer.
  • Educación desigual: cuando los roles asumidos varían según el sexo de la persona.
  • Alcoholismo y drogadicción: el hombre al estar bajo los efectos de estas sustancias comenten infracciones sin pensar.
  • Causas culturales:
  • Cultura: creencias y costumbres sobre los roles domésticos.

Consecuencias:

  • Muerte de mujeres en edad productiva.
  • Traumas y depresión en familias.
  • Orfandad de los niños y niñas.
  • Sociedad violenta.
  • No existe un control de cómo manejar las relaciones interpersonales.
  • Poca expectativa de vida en pareja y familia.

Estadísticas en el Perú de victimas del feminicidio:

        Según el Ministerio de la Mujer:

  • En 2016,  ha registrado 124 feminicidios y 258 tentativas.
  • En enero del 2017 se han registrado 8 feminicidios y 25 tentativas. La mayoría ocurrió en Lima Metropolitana (3 feminicidios y 8 tentativas). Las otras regiones con más incidencia de estos crímenes son Arequipa (1 feminicidio, 4 tentativas), Ancash (1 feminicidio, 3 tentativas), Puno (1 tentativa y 1 feminicidio) e Ica (3 tentativas).

[pic 1]

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A continuación un gráfico del total de víctimas según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI):

  • Año 2011-2016.

[pic 3]

  • Número de víctimas por departamentos.
  • Por desgracia donde hay mayores casos de feminicidios es en la capital, Lima, ocupando el primer lugar.

[pic 4]

Haciendo una comparación con los documentos de la Doctrina Social de la Iglesia, nos habla de la mujer de la siguiente manera:

  • Mulieris Dignitatem (JUAN PABLO II):

6. Hemos de situarnos en el contexto de aquel «principio» bíblico según el cual la verdad revelada sobre el hombre como «imagen y semejanza de Dios» constituye la base inmutable de toda la antropología cristiana[22]. «Creó pues Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó» (Gén 1, 27 ). Este conciso fragmento contiene las verdades antropológicas fundamentales: el hombre es el ápice de todo lo creado en el mundo visible, y el género humano, que tiene su origen en la llamada a la existencia del hombre y de la mujer, corona todo la obra de la creación; ambos son seres humanos en el mismo grado, tanto el hombre como la mujer; ambos fueron creados a imagen de Dios. Esta imagen y semejanza con Dios, esencial al ser humano, es transmitida a sus descendientes por el hombre y la mujer, como esposos y padres: «Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla» (Gén 1, 28). El Creador confía el «dominio» de la tierra al género humano, a todas las personas, tanto hombres como mujeres, que reciben su dignidad y vocación de aquel «principio» común.

17. Hagamos ahora objeto de nuestra meditación la virginidad y la maternidad, como dos dimensiones particulares de la realización de la personalidad femenina. A la luz del Evangelio éstas adquieren la plenitud de su sentido y de su valor en María, que como Virgen llega a ser Madre del Hijo de Dios. Estas dos dimensiones de la vocación femenina se han encontrado y unido en ella de modo excepcional, de manera que una no ha excluido la otra, sino que la ha completado admirablemente. La descripción de la Anunciación en el Evangelio de San Lucas indica claramente que esto parecía imposible a la misma Virgen de Nazaret. Ella, al oír que le dicen: «Vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un Hijo a quien pondrás por nombre Jesús», pregunta a continuación: «¿Cómo podrá ser esto, pues yo no conozco varón?» (Lc 1, 31. 34). En el orden común de las cosas la maternidad es fruto del recíproco «conocimiento» del hombre y de la mujer en la unión matrimonial. María, firme en el propósito de su virginidad, pregunta al mensajero divino y obtiene la explicación: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti», tu maternidad no será consecuencia de un «conocimiento» matrimonial, sino obra del Espíritu Santo, y «el poder del Altísimo» extenderá su «sombra» sobre el misterio de la concepción y del nacimiento del Hijo. Como Hijo del Altísimo, él te es dado exclusivamente por Dios, en el modo conocido por Dios. María, por consiguiente, ha mantenido su virginal «no conozco varón» (cf. Lc 1, 34) y al mismo tiempo se ha convertido en madre. La virginidad y la maternidad coexisten en ella, sin excluirse recíprocamente ni ponerse límites; es más, la persona de la Madre de Dios ayuda a todos —especialmente a las mujeres— a vislumbrar el modo en que estas dos dimensiones y estos dos caminos de la vocación de la mujer, como persona, se explican y se completan recíprocamente.

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