Financiamiento de la educacion.
kiaritabonoEnsayo3 de Mayo de 2016
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UNIVERSIDAD NACIONAL “PEDRO RUIZ GALLO”[pic 1][pic 2]
FACULTAD DE CIENCIAS HISTORICO SOCIALES Y EDUCACION
-Especialidad Educación -
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- CURSO : Economía de la educación
- DOCENTE : Carlos Vásquez Crisanto
- INTEGRANTES :
Blas torres Sandra Paola Isabel
Esquen Agapito Marilyn
- Fecha : 07 de Diciembre del 2013
Financiamiento de la educación
La educación es la base del desarrollo en cualquier país del mundo la cual representa el motor de cualquier política económica y social, seria y responsable, por la generación de conocimientos y destrezas intelectuales que desarrolla en las personas; las únicas capaces de lograr un crecimiento económico y protagonizar el cambio hacia la modernidad y eficiencia en el bienestar y calidad de vida que requerimos.
Es por ellos que el financiamiento que hacen los gobiernos de América Latina y del Perú en el sector educativo, es un factor importante para mejorar la calidad, cobertura y equidad de la educación. La prioridad en la asignación de los recursos, está destinada en primer término al nivel básico, seguida del nivel medio superior y por último las Instituciones de Educación Superior.
El presupuesto de la educación en el pago de nómina del gasto educativo fortalece aspectos como: la infraestructura educativa, el profesorado e investigación. Por tal motivo, es necesaria la aplicación de nuevas formas de financiamiento que coadyuven a mejorar el desarrollo de la educación.
En este artículo se busca contribuir al análisis y reflexión sobre la importancia que tiene el financiamiento de la educación en América Latina y en el Perú.
Las características de los países de América Latina son muy similares en cuanto a lengua, economía, comercio, religión, cultura, y un régimen de gobierno basado en un sistema democrático de elección popular. En este sentido, los países latinoamericanos tienen en común que reciben financiamiento del estado, por esta razón se consideran en este análisis.
En América Latina, los modelos predominantes de asignación de recursos están basados históricamente en la “negociación”; es decir, inician este trabajo a partir del presupuesto anual del año anterior y supeditado a la capacidad de gestión de quien lo tramita. Estos modelos de negociación dejan fuera a conceptos de eficiencia y calidad al interior de las instituciones.
Uno de los problemas en educación de América Latina es ampliar la cobertura; esto no es fácil, implica asignar más recursos a los colegios y universidades públicas existentes, así como crear nueva infraestructura. El crecimiento de la educación privada ha logrado disipar en parte esta situación; esto genera un nuevo problema, la necesidad de supervisar la calidad de la educación que ofrecen algunas instituciones de este tipo.
El reducido presupuesto que recibe la educación, la inequidad en la distribución de los recursos, así como la falta de claridad en la aplicación del presupuesto, hace muy necesario legislar en este sentido y lograr que se cumplan las leyes ya existentes; es decir, ya que el estado no ha sido capaz de incrementar el financiamiento acorde a las necesidades para su desarrollo, la supervisión y rendición de cuentas se vuelve un factor muy importante en la aplicación del presupuesto.
El análisis del financiamiento de la educación en América Latina plantea algunos de los problemas básicos de la crisis global y de las perspectivas de desarrollo de la región. No se trata como en los países centrales de una situación estable, en la que ya están decididas las cuestiones fundamentales y en donde hay que optar por la asignación de pequeños porcentajes de los recursos totales para uno u otro fin. En el caso de América Latina está por definirse el marco conceptual del financiamiento, que dependerá del estilo de desarrollo que se adopte. En el caso específico de la educación, deberá determinarse cómo se insertará en el contexto social y económico global, y, en especial, cuál será la estructura del gasto según los tipos de enseñanza que se desee privilegiar, así como los recursos que se le asignarán, dados la estructura institucional, el sistema fiscal y los agentes sociales comprometidos.
El asunto de los estilos de desarrollo y la educación, que constituye el «telón de fondo» del problema. Algunos indicadores de la situación y de los gastos en educación de los países de América Latina. En el tema específico del financiamiento, se pasará revista a los provenientes del sector público, de las familias, de las comunidades locales, de la educación privada y del financiamiento internacional. Se expondrán las soluciones alternativas, que dependerán del estilo de desarrollo que se adopte, que en síntesis se refieren al aumento de los recursos y de la eficiencia en su uso, o a la disminución de la cobertura y calidad de la educación y de su pago por el sistema fiscal o por los usuarios.
La situación de crisis económica y social que sufre América Latina muestra alternativas políticas, desequilibrios económicos e inequidades sociales. En el plano político, se discute la función del Estado y las posibilidades de participación. En lo económico, se plantean desequilibrios entre importaciones y exportaciones, entre ahorro e inversión, entre ingresos y gastos públicos, entre la demanda y la oferta de trabajo, entre la capacidad instalada y la utilizada. En lo social, se manifiestan inequidades en la nutrición, en la distribución del ingreso, en el empleo, en los servicios de salud, educación y saneamiento y en la seguridad social. En el plano específico de la educación, se discute el ideal educativo, la calidad y cobertura de las prestaciones, su vinculación con el mundo del trabajo, su grado de descentralización y la forma de financiamiento.
La elección de alternativas y la prioridad que se asigne a la solución de cada desequilibrio e inequidad dependen del criterio que se adopte. La divergencia de puntos de vista se plantea cuando se jerarquizan los problemas, se establecen relaciones de causalidad y se fija una secuencia para su solución. Aquí entran en juego las diferentes visiones que se tienen de la realidad y las distintas orientaciones ideológicas que, a su vez, se concretan en la elaboración de diversos escenarios.
El deterioro de la educación en el continente se refleja en la baja calidad, la disminución del gasto público y de los presupuestos de educación en muchos países, en la precarización de las condiciones de trabajo de los profesionales de educación y en el estancamiento o poco avance del acceso a la educación. Se constata un retroceso que amplia la brecha entre situación vigente y las metas de los gobiernos y de los organismos internacionales.
En este contexto, los sistemas educativos enfrentan muchas dificultades para responder de forma efectiva a las demandas de una sociedad cada vez más compleja y desigual, sin garantizar el debido acceso a las diferentes etapas y modalidades de educación, sin garantizar tampoco la permanencia y el derecho de aprendizaje de la gran mayoría de estudiantes, así sean ellos niñas y niños, jóvenes y adultos. A pesar de algunos avances en relación con el acceso en educación primaria en América Latina en las décadas pasadas, su baja calidad reprodujo las desigualdades e inequidades, profundizando la exclusión social, política, económica y cultural en el continente, afectando de manera perversa a las poblaciones más marginales. Además, los indicadores asumidos actualmente por los organismos internacionales no se refieren a los graves problemas de educación en nuestro continente y especialmente en la región latino-americana.
Asumimos la calidad de la educación como un concepto político en disputa en la esfera pública y que debe tener relación con los contextos, necesidades y desafíos de desarrollo social de una región, de un país o de una localidad. La calidad es un proceso que exige inversiones financieras a largo plazo, participación social y reconocimiento de las diversidades y desigualdades culturales, sociales y políticas que están presentes en nuestras realidades. Optamos por una calidad que reconozca a las personas como sujetos de derechos, con inclusión cultural y social, relacionada con la calidad de vida, que contribuya al respeto y reconocimiento de la diversidad, al avance de la sostenibilidad planetaria y de la democracia, y a la consolidación del Estado Social de Derecho como modelo político que consolida este proyecto social.
El déficit latino-americano nos muestra el precario desarrollo de la educación, sin alcanzar todavía la alfabetización completa de las personas adultas y el acceso general de niñas, niños y jóvenes en el sistema escolar hasta la educación superior. América Latina se inserta obligatoriamente en el modelo de globalización neoliberal enfrentando un déficit del 10 % de analfabetismo y un 40% solamente en escolaridad básica, sin contar la educación superior en donde la brecha es mucho más grande en relación con otras regiones y continentes.
La reducción de la agenda global de educación. A partir de la década de los años 90, la agenda global de educación viene sufriendo un fuerte retroceso. Las metas se volvieron más tímidas y los plazos para el cumplimiento han sido extendidos (pasaron del 2000 al 2015), el financiamiento ha sido limitado y se ha mermado su cobertura y responsabilidad general, restringiéndola y estimulando la focalización de las políticas públicas, destinadas especialmente a grupos, países y regiones más excluidos del planeta, para lo cual, la Iniciativa del Fast Track (vía rápida) constituye un perfecto ejemplo de esa lógica. De esta manera, no se garantizan las condiciones concretas para el desarrollo y la consolidación de la educación como política pública universal.
Parte de las metas de Dakar 2000 significaron un retroceso en relación con las metas y el enfoque de Jomtien en 1990. A su vez, las Metas del Milenio (Septiembre 2000), Incluyeron sólo dos metas de educación y la redujeron al acceso a la educación primaria obligatoria. Las Metas del Milenio deberían permitir un tratamiento más contextual izado y menos sectorial de la educación, reafirmándola como eje del desarrollo, pero limitando su acceso a la educación primaria, vuelve a verse esa lógica reduccionista de la agenda internacional de la educación.
Sobreposición de Planes e instancias internacionales de educación. En el escenario internacional existe un conjunto de iniciativas y planes destinados a mejorar la situación de la educación en el mundo, de los cuales hace parte el Grupo de Alto Nivel de Educación Para Todos; sin embargo, cada uno tiene sus respectivas metas y cada uno es fragmentario; no siempre hay coherencia entre ellos, presentándose incluso un conflicto entre algunos de sus enfoques y apuestas. Para ilustrar esto, en América Latina están funcionando seis diferentes iniciativas y cada una con metas específicas. Esta situación general de dispersión de esfuerzos y de recursos, de sobreposición, falta de efectividad y de transparencia, además de desarticulación al nivel nacional, genera también numerosas dificultades para la participación e incidencia de la sociedad civil, entre ellas, el acceso a informaciones estratégicas.
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