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Fracaso Escolar Y Marginalidad Educativa


Enviado por   •  14 de Noviembre de 2012  •  2.895 Palabras (12 Páginas)  •  1.931 Visitas

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ENSAYO

“Fracaso Escolar y Marginalidad Educativa y Social”

Cátedra: Perspectivas y Problemáticas Pedagógicas

Profesor: Rodolfo Sánchez

Estudiante: Pino Claudio

Curso: 3° T.T.

Instituto: I.S.F.D. N° 9

Introducción:

El tema que se desarrollara en este ensayo es el fracaso escolar y su relación con la marginalidad. El fracaso escolar es un fenómeno que se presenta en las instituciones educativas. La frecuencia con que se presenta puede variar, pero es prácticamente un hecho constante en la vida de las escuelas el que uno o más de sus alumnos no concluyan sus estudios y dejen de asistir a ellas. Esto significa en muchos casos la pérdida de la oportunidad de obtener una educación formal íntegra, o por lo menos, un aplazamiento para recibirla

La mera presencia de la escuela plantea una serie de problemas e interrogantes que es preciso comenzar a considerar ¿Ella se debe a las demandas sociales de los grupos marginales, o es más bien la consecuencia de alguna necesidad de la sociedad global? Tanto las demandas corno las respuestas, ¿corresponden a intentos de integración cultural o son, ellas también, expresiones marginales de ambos contextos culturales? ¿Cuál es la dinámica efectiva que se establece en la escuela, definida así como un ámbito de contacto entre la ‘cultura de la pobreza’ y la cultura de la sociedad global?

Así el análisis del rechazo o exclusión escolar cuestiona la función misma de la escuela:

¿Es realmente la función del sistema educativo ofrecer igualdad de oportunidades y de desarrollo personal a todos los individuos, o por el contrario su función es seleccionar, discriminando, a fin de ajustarse a un modelo social que necesita de la reproducción de los distintos sectores de la población? ¿Debe reproducir o transformar?

Es por ello que creo importante abordar este tema, para tratar de responder estos interrogantes y mediante una auto reflexión atribuir las responsabilidades a quienes corresponda (si al docente, escuela, gobierno o nosotros la sociedad), o mejor aún tener dicho conocimiento para “yo” docente tener no sólo la mirada crítica sino actuar frente a dicha realidad.

Desarrollo:

Con respecto a la marginalidad, las teorías educacionales pueden ser clasificadas en dos grupos. En el primero tenemos aquellas teorías (no críticas) que entienden que la educación es un instrumento de igualación social, por lo tanto, de superación de la marginalidad.

En el segundo grupo están las teorías (críticas reproductivas) que entienden que la educación es un instrumento de discriminación social, luego, un factor de marginación.

Las teorías no-críticas ven a la marginalidad como un accidente, una desviación dentro de una sociedad armoniosa. Así, la pedagogía tradicional considera que la causa de la marginalidad es la ignorancia, por lo tanto la educación corrige tal ignorancia. Para la pedagogía nueva es el rechazo la causa de la marginalidad, de modo que la educación debe ser capaz de integrar a los alumnos. Por último, la pedagogía tecnicista plantea que se margina al incompetente, al que no se adapta al proceso educativo, suponiendo que de la organización del proceso educativo depende la eficacia de la educación, y no tanto de los agentes que participan en ella.

En cambio, para las teorías critico-reproductivas, la sociedad se constituye a través de contradicciones que tienen como resultado necesario a la marginalidad. La educación no sería capaz de superar la marginación, no corrige el “desvío”, sino que (re)produce la marginación y la supuesta desviación es en realidad la verdadera dirección. Los marginados serían las clases dominadas (los trabajadores en la sociedad capitalista). La educación sería un instrumento de la burguesía para perpetuar sus intereses, su ideología, a la vez que contrarrestar la ideología del proletariado. La educación tendría por efecto la disimulación de las condiciones de marginalidad, es decir, las propias condiciones de las relaciones de producción capitalista.

Considero adecuadas las críticas a la noción de “compensación” de dicho proyecto educativo, en tanto que compensar supone dar beneficios a cambio de perjuicios que no se pueden corregir. La educación compensatoria (que no es ni siquiera educación, sino que mera compensación educativa) supone que la educación no es el problema, que no margina, sino que iguala las condiciones sociales. El problema está en factores externos a la educación y que acaban por neutralizar la eficacia de la acción pedagógica (lo cual no es mentira), de modo que las instituciones educativas deben compensar la falta de alimentos, seguridad, afecto, etc. Es decir, la escuela debe ampliar sus horizontes más allá de los que es la educación misma. La educación se debe hacer responsable de problemas que no son educacionales.

Pero a todo eso, yo agregaría una crítica respecto a quienes normalmente impulsan dichos proyectos compensatorios. Estos son, en su mayoría, programas estatales o gubernamentales, es decir, llevados a cabo por el Estado o a través de él. Pero el Estado, al igual que la escuela, es un aparato capitalista, un instrumento de la burguesía. Y si entendemos que la “educación compensatoria” amplía los horizontes de la escuela, y que esta es un aparato ideológico al servicio de los intereses de las clases dominantes, tenemos por consecuencia que el Aparato Ideológico del Estado más efectivo, puede extender enormemente su campo de acción, es decir, puede inculcar la ideología burguesa más allá de la escuela.

Con respecto a las relaciones entre maestros y alumnos, Inés Castro expone que “La presencia de diversos esquemas culturales dentro del ámbito escolar, dificulta la interacción dinámica de los sujetos a partir de un lenguaje simbólico compartido. Con frecuencia, los esquemas culturales presentes en las escuelas –el del maestro y el del alumno–, son incompatibles. Esto hace que la relación pedagógica se ritualice, llevándose a cabo un sin fín de actos formales carentes totalmente de significación”, por lo que con ello se fomenta el desinterés y la falta de motivación para asistir a la escuela.

Entonces, la sucesión de distintos eventos tales

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