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GESTION DE LA CALIDAD


Enviado por   •  4 de Agosto de 2014  •  1.518 Palabras (7 Páginas)  •  202 Visitas

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HACIA UNA MEJOR CALIDAD DE NUESTRAS ESCUELAS

SYLVIA SCHMELKES

En esta lectura Silvia Schmelkes plantea retos, problemáticas y un sinnúmero de necesidades que tenemos en ámbito educativo, desde el quehacer tradicional de las escuelas de nuestros tanto como en maestros y directores y que se tienen que rendir cuentas a dos tipos de clientes, por un lado, el propio sistema educativo, a través de sus autoridades, desde las más inmediatas como director, supervisor hasta las más lejanas.

Alguna vez hemos experimentado directamente las dos fuentes de exigencias: las que vienen de arriba y las que vienen de abajo. Hemos visto en clases que se hacen varias pruebas para analizar cómo van los resultados en general en lo que respecta a mejoras en las aulas, sean llamadas pruebas ENLACE, o PISA. Sin embargo, poco es lo que de verdad se hace por monitorear estos resultados, ya que las autoridades se conforman con escuchar números positivos; hay que hacer el análisis profundo de cuántos de los niños terminan su educación básica, e incluso llegar más allá; cuántos de ellos saldrán preparados con las competencias necesarias para la vida.

La evaluación también es un factor que se menciona dentro del ambiente de aprendizaje para el logro de la calidad. Y también habla de que estas planeaciones se deben hacer en equipo, y creo que es correcto, ya que una sola persona no puede ver todas las caras que nos presentan las aulas, ya que estas están llenas de factores diferentes y necesidades diferentes.

Por mi parte creo que las evaluaciones nos dan un panorama gris y triste, de que nos falta mucho por invertir en educación, no en infraestructura, sino en los maestros, en los contenidos, y en las maneras de enseñar, en general podemos decir que hay una tendencia muy clara y muy explicable, aunque no por ello correcta, de considerar de manera fundamental las presiones que nos vienen de parte del sistema educativo, a veces descuidando nuestra atención sobre nuestros alumnos, sus padres y la comunidad, quienes a menudo no se encuentran en capacidad de plantear sus exigencias en este sentido. Por desgracia, estas presiones que nos vienen de parte del sistema educativo no siempre tienen que ver con la calidad de los aprendizajes que estamos logrando.

Y si pensamos las cosas a fondo, podremos fácilmente reconocer que la razón de ser del docente y de la escuela es la comunidad a la que sirve y, en forma directa, los alumnos. No en balde cuando hablamos de beneficiarios no mencionamos, entre ellos, al propio sistema educativo. Si cumplimos con los alumnos y con sus padres, seguramente cumpliremos también con las exigencias del sistema educativo. Pero lo contrario no necesariamente es cierto. Podemos seguir el programa al pie de la letra, estar al día en el calendario de lecciones, llenar todas las formas de concentrado de calificaciones, altas y bajas que el sistema nos exige y, al mismo tiempo, estar descuidando el aprendizaje real entre nuestros alumnos. Es natural que si estamos más preocupados por cumplir con el sistema que con nuestros alumnos, nos interese poco vincularnos con los padres de familia y con la comunidad.

En cambio, si nos centramos en nuestros alumnos y nos preocupamos por su aprendizaje, inmediatamente reconoceremos la importancia de relacionarnos de forma estrecha con los padres de familia, y estaremos de acuerdo en que la comunidad puede apoyar al mejor logro de los objetivos propuestos.

Nuestra obligación es rendir cuentas de los resultados de nuestro trabajo a nuestros beneficiarios, a todos ellos: alumnos, padres, empleadores, escuelas de niveles subsecuentes y, en último término, a la comunidad más amplia. No podemos esperar a que nos pidan cuentas para rendirlas, porque esto es lo que hemos estado haciendo durante mucho tiempo y ello no ha conducido a la calidad. Debemos rendir esas cuentas. Al hacerlo, estaremos mejorando también las capacidades de nuestros beneficiarios de exigirlas. La exigencia es el motor principal de la calidad. Desde luego, también tenemos que rendirle cuentas al sistema educativo, a través de sus autoridades. Pero no habrá problema. Si satisfacemos a nuestros verdaderos beneficiarios, estaremos cumpliendo con el sistema educativo.

Es necesario que como futuros docentes empecemos a crear una conciencia crítica y autocrítica como lo establece Schmelkes ya que sólo así podremos saber en qué estamos fallando y la manera de solucionarlo. Estas críticas deben ser siempre constructivas, no solamente hacer comentarios sobre nuestros compañeros porque no caen mal, sino porque vemos en ellos la capacidad de mejorar en el trabajo que están realizando, también debemos de aceptar todo lo que opinen de nosotros

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