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LA SEGURIDAD SOCIAL Y EL SOCIALISMO SIGLO XXI


Enviado por   •  22 de Junio de 2014  •  1.803 Palabras (8 Páginas)  •  499 Visitas

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA

UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MISIÓN SUCRE

ALDEA: U.E. Gral. ISAÍAS MEDINA ANGARITA

IX SEMESTRE SECCIÓN “U”

CÁTEDRA: SISTEMA DE PROTECCIÓN SOCIAL

PROFESORA: ABOG. TERESA OLIVEROS.

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LA SEGURIDAD SOCIAL Y EL SOCIALISMO SIGLO XXI

Alumna:

Villalobos Santana, María Virginia

C.I. 12330140

Ciudad Ojeda, junio del 2014.

INTRODUCCIÓN

El sistema de Seguridad Social constituye un elemento imprescindible y un objetivo esencial de la sociedad moderna como sistema de protección pública de cualquier situación de necesidad y para todos los ciudadanos.

Este informe tiene como finalidad conocer más sobre este tema “Seguridad Social y el socialismo del siglo XXI”, la realidad venezolana, en sus diferentes dimensiones, económica, política, ambiental o cultural, tiene sus propios rasgos, definiciones, idiosincrasia, sus manifestaciones autóctonas con las que debe construir sus nuevas relaciones sociales.

La seguridad social y el socialismo en el siglo XXI

Dos palabras que expresan el camino a recorrer para diseñar la nueva seguridad social bolivariana son, a juicio, contexto y participación.

La realidad venezolana, en sus diferentes dimensiones, económica, política, ambiental o cultural, tiene sus propios rasgos, definiciones, idiosincrasia, sus manifestaciones autóctonas con las que debe construir sus nuevas relaciones sociales.

Conocer con exactitud la realidad es algo más que una suma objetiva de datos facilitados por los diferentes indicadores. La realidad es también subjetiva, porque depende de cómo cada uno y cada una de nosotros la ve, la vive y la siente. Es por ello que para tener un diagnóstico fiable de la sociedad los datos cuantitativos no son suficientes. Tiene que ser el pueblo, la comunidad, quien señale cuáles son sus impresiones, cómo valoran sus capacidades y de qué manera proponen la satisfacción de sus necesidades.

El pueblo venezolano tiene que ir asumiendo, en su dimensión jurídica, el protagonismo que la Constitución le reconoce. Desde luego, mediante sus formas de manifestación consuetudinaria. Pero también mediante un proceso real de elaboración participativa de las leyes. Este proceso debe partir de un diagnóstico popular, de abajo hacia arriba, donde los diputados y diputadas de la Asamblea Nacional sean auténticos voceros y voceras de la comunidad. La Ley debe ser el fruto articulado de la sistematización de las propuestas del pueblo, sin que pueda limitarse este proceso a realizar consultas esporádicas sobre textos previamente elaborados, por mucho que estas se hagan en la calle.

El artículo 86 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela al consagrar la seguridad social como servicio público, al que tiene derecho toda persona, estableció que… “el Estado tiene la obligación de asegurar la efectividad de este derecho, creando un sistema de seguridad social…”, el cual “… será regulado por una ley orgánica especial. La ley especial ha sido promulgada y está vigente, pero el Sistema de Seguridad Social no se implanta como lo ordena la Ley.

La Seguridad Social, tal y como se conoce, fue concebida por el sistema capitalista. El nuevo modelo no puede servir para suplir las deficiencias y fracasos sociales del capital, sino para garantizar derechos sociales contribuyendo a la emancipación. Debe entenderse que hay una corresponsabilidad entre la persona beneficiada y la comunidad organizada, sujeto colectivo que debe asumir el verdadero protagonismo de la nueva Seguridad Social.

La comunidad sabe mejor que nadie quién se encuentra en situación de necesidad, quién dispone de recursos, quién cumple con sus obligaciones colectivas y, cuando sea posible, utiliza su capacidad de trabajo para convertirse en sujeto activo. La comunidad es el sujeto orgánico que, de modo paulatino, debe encargarse de plantear cuáles son sus necesidades colectivas, sus capacidades, ejerciendo la gestión y el control sobre los recursos públicos.

En todo caso, es evidente que la reforma de la Seguridad Social no puede modificar por sí sola las estructuras económicas que sostienen el sistema capitalista. Podrá contribuir, basada en los principios de universalidad, emancipación/corresponsabilidad y participación protagónica, siempre y cuando se acompañe de otras reformas profundas que afecten al sistema financiero, fiscal y a la creación de un nuevo modelo de desarrollo productivo endógeno y de carácter social, entre otras. Si la reforma viene sola, puede seguir contribuyendo a mantener al capitalismo, en un proceso que en el marco del neoliberalismo se llama ahora flexi seguridad

El contexto social con el que dar forma a la nueva Seguridad Social debe ser, por estas razones, fruto de un diagnóstico participativo.

Creo que a estas alturas del proceso es necesario un análisis profundo de la labor realizada en materia de política social. Es importante observar el camino recorrido por las leyes aprobadas y por la actuación del Gobierno, para ir dotándoles de un funcionamiento más armónico, partiendo del diagnóstico social al que antes hice referencia. El proceso actual de revisión, rectificación y reimpulso es un espacio adecuado para construir un nuevo mecanismo de Seguridad Social.

La primera reflexión ha de situarse en la Constitución de 1999 y, como punto de análisis, evaluar si el modelo constitucional

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