Los Asilos Capitulo 4 , Michael Foucault "Historia De La Locura En La época Clásica"

Michael Foucault

Historia de la locura en la época clásica!,

México; Fondo de cultura económica.

(1 edición, 1967, tercera reimpresión, “Colombia”, 2000). Pag. 190-236. IV, nacimiento del acilo).

Este fragmento de la obra “Historia de la locura en la época clásica” del autor Michael Foucault, más específicamente el capítulo número 4 que toma como referente para el correcto análisis el trasfondo del termino denominado asilo y su nacimiento, dando como finalidad dar a conocer al lector la transformación de dicha palabra “asilo” con el pasar de los años.

Luego de tanta ignorancia humana ante un gran problema, denominado desde un punto de vista social; locura, se decide dejar un paso atrás en pequeña parte la ignorancia, al reconocer finalmente la carencia de cordura como una enfermedad, la cual puede ser tratada de manera correcta como cualquier otra falencia humana, ofreciendo solución a algo que una sociedad desconocía como problema.

Transportándose al siglo XVIII, esta terrible enfermedad, perteneciente a la raza humana, la cual parecía mofarse de una manera descarada y despectiva de lo que se denomina como razón, se halla esperanza en una lejana comunidad que habitaba en la ciudad de York (La comunidad de los quaqueros), con el señor Samuel Tuke como principal líder, al oponerse con las arbitrariedades que posee el encierro y el aislamiento de una sociedad.

Tuke asigno a los denominados locos un establecimiento en el campo, tenía ventanas sin rejas, jardines, un “paisaje muy agradable”, cultivos y cría de animales. Toda esta tranquilidad permitía recrear fines terapéuticos que hicieran sentir a los enfermos libres, al regresarlos a ese entorno natural alejado de la sociedad, que según Tuke afectaba la estabilidad mental del ser humano y al mantenerlos en un espacio rural ellos volvían a su naturalidad al tener contacto íntimo con la tierra al realizar las diferentes actividades con la ausencia de restricciones existentes.

Por otra parte el gesto liberador del señor Pinel, en Bicêtre donde él respondía a otras concepciones de como reparar un daño que lograba hacer a los seres humanos parecer desconectados del mundo real, al oponerse a aquellos tratos inhumanos en aquel asilo que más bien podía denominarse una prisión donde se aislaba a los hombres con el contacto de la humanidad, donde la luz era escasa, las condiciones de las habitaciones (celdas) eran precarias entre otros muchos factores que solo desencadenaban resultados nada favorables en quienes habitaban allí.

En Bicêtre el salvajismo de sus internos era más que notable notar desprenderse no solo de su cordura si no de la naturaleza que da ese toque humano en los ojos de cada individuo,

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