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Los sueños de Akira Kurosawa: La importancia de la Naturaleza en Japón y la crítica de su destrucción

Esmeralda Sitlale Clemente CatongaEnsayo8 de Marzo de 2022

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Esmeralda Sitlale Clemente Catonga.

Diplomado de Cine, Filosofía y Literatura.

Ensayo Final de Filosofía de la Naturaleza y Cine.

Los sueños de Akira Kurosawa: La importancia de la

 Naturaleza en Japón y la crítica de su destrucción.

1.- Introducción

En el presente ensayo se dará una noción de la Naturaleza en Japón explicando el animismo y el shintoismo y a partir de este conocimiento junto con las propuestas de Philippe Descola y Maderuelo Javier y  Henry Thoreau se analizará la personificación de lo no humano, la perspectiva occidental del paisaje por Japón, y la crítica a la cultura que destruye la naturaleza de la película Los sueños de Akira Kurosawa (Akira Kurosawa, 1990); tomando las siguientes historias en el largometraje: “Llueve y brilla el sol”, “El huerto de duraznos y la Fiesta de la Muñeca”, “Cuervos”, “El Demonio lastimero” y “La Aldea de los molinos de agua” .

2.- Un acercamiento a la noción de Naturaleza en Japón: Animismo y Shintoismo.

Federico Lanzaco Salafranca en su artículo Shintoísmo: El camino de los dioses de japón (2013) nos simplifica la complejidad de la cultura japonesa basada en cuatro filosofías: confucionismo, budismo zen, taoismo y el shintoismo que se fusionan en la actitud que tienen los japoneses hacia lo que los rodea, especialmente a la Naturaleza (2).

La corriente filosófica que nos interesa en este ensayo es el shintoismo, el pensamiento más animista y cerca de la noción de la naturaleza más inherente a Japón, pues es la primera religión autóctona del país, además de considerarse como ideología política nacionalista y espiritual de todos los tiempos (1).

Los grupos inmigrantes que dieron origen a varios países en Asia y en especial al país del sol naciente, se maravillaron por la belleza del entorno; Lanzaco cita a Anesaki Masaharu (1873-1949) mediante su obra Mitología japonesa, para explicar que el aspecto suave y encantador, las brumas primaverales, montes, ríos, lagos, acantilados, flores de cerezo, se podían visualizar como seres semicelestiales por la impresión que les causaba. La sensibilidad de estos pueblos también provocó una influencia que persiste hasta nuestros días en la literatura, especialmente la poesía (4).

        En el shintoismo, se venera en la sacralidad a los kami, llamado así a los seres superiores al hombre común que pueden ser rocas, montañas, árboles, principios de fuerzas o leyes naturales o incluso personajes importantes de clanes, héroes.

El animismo, en palabras de Philippe Descola está basado en que es una continuidad entre humanos y no humanos:

El animismo es la creencia de que los seres naturales están dotados de un principio espiritual propio y que por lo tanto, es posible para los hombres establecer con estas entidades contactos de un tipo particular y generalmente de manera individual, como relaciones de protección, seducción, hostilidad, alianza o intercambio de servicios (…) el animismo es también una objetivación de los no humanos en la medida que confiere a éstos no sólo disposiciones antropocéntricas, es decir un estatus de persona generalmente dotada de palabra y que posee afectos humanos, sino también atributos sociales: la jerarquía de posiciones, de comportamientos fundamentados en el parentesco y el respeto a ciertas normas de conducta. Los sistemas animistas constituyen una simétrica inversa a las clasificaciones totémicas, en la medida misma en que no utilizan a los no-humanos para pensar el orden social, sino que, al contrario, se sirven de las categorías elementales de las prácticas sociales para pensar la relación entre los hombres y los no-humanos. (Repensando la Naturaleza. Encuentro y desencuentros disciplinarios en torno a lo ambiental 160)

3.- Análisis de la película Los sueños de Akira Kurosawa.

Como ya hemos descrito y explicado en el apartado anterior, el shintoismo es un elemento muy importante en la cultura japonesa, sus características animistas son singulares a comparación de la noción de Naturaleza en Occidente; en el naturalismo se basa en que “la creencia de que la naturaleza existe, es decir, que ciertas entidades deben su existencia y desarrollo a un principio diferente del azar y de los efectos de la voluntad humana.” (Descola 2013, Capitulo7, 161) o una perspectiva más “bucólica” como la de Henry David Thoreau (quien busca en la naturaleza “el paraíso perdido”), no son compatibles con el totemismo, el animismo y el analogismo que “aparecen como representaciones intelectualmente interesantes, pero fundamentalmente falsas, como simples manipulaciones simbólicas de ese campo específico de fenómenos que denominamos naturaleza” (Descola 2013, Capitulo 7, 161).

En este apartado procederemos a analizar la película Los sueños de Akira Kurosawa (1990), un largometraje dividido en ocho historias distintas pero que en todas está presente la naturaleza animista, el goce visual del paisaje y la naturaleza con tintes occidentales, ya que Kurosawa también está influenciado por artistas europeos, y por último una invitación para reflexionar qué estamos haciendo con la naturaleza debido a los avances científicos y cómo afecta al ser humano.

3.1. Personificación de lo No humano

        Se habla de personificación en el sentido animista que propone Descola: “animismo es también una objetivación de los no humanos en la medida que confiere a éstos no sólo disposiciones antropocéntricas, es decir un estatus de persona generalmente dotada de palabra y que posee afectos humanos, sino también atributos sociales: la jerarquía de posiciones, de comportamientos fundamentados en el parentesco y el respeto a ciertas normas de conducta.”.

En la primera historia de la película, “Llueve y brilla el sol”, el shintoismo no solamente venera a los kami que tienen su origen en las montañas o las flores de Cerezo, si no en todo que esté más allá del alcance de un ser humano común (por eso a los héroes o personas honorables se les puede considerar uno si lo amerita), esta historia nos cuenta del fenómeno meteorológico sobre el que hay sol y llueve al mismo tiempo, en occidente, México lo conocemos como “Está pariendo la zorra” mientras que en Japón es la celebración de las bodas de los zorros ya que estos animales están relacionados al fuego (la luz del sol que se ve entre las montañas) y cuando termina un fenómeno así se dice que siempre en el camino de la procesión hay heces de zorro. Además, está vinculado a las bodas de los japoneses y la representación en la película (como en las procesiones reales en su honor) los zorros están antropomorfizados. Y la molestia de los zorros por el niño, es que estos rituales son sagrados, por eso debe ir a pedir perdón para que su madre lo vuelva a recibir.

En la segunda historia “El huerto de los duraznos” se encuentran personificados el árbol de durazno y el festival del día de las muñecas en los espíritus que se encuentra el niño al encontrarlos en un terreno similar al del hinamatsuri que se encuentra en su casa y que simbolizan las jerarquías (como las ramas de un árbol). El hombre (emperador) que se encuentra en la cumbre habla directamente con el niño y le reclama su descontento, pues la relación del Festival con el huerto del árbol de durazno de la familia es inherente (Akira Kurosawa, 00:17:11 – 00:17-20), llegan a ser lo mismo. Si no hay árboles de durazno, no hay festival (00:17:21).

Como otro elemento de personificación son la atribución de características humanas a lo “no humano”, las muñecas experimentan sentimientos de enojo, tristeza, impotencia arrepentimiento y comprensión tal y como el niño contesta ante la burla de los espíritus en los minutos 00:17:38 al 00:18:29.

3.2. El paisaje a través de Van Gog

        En la historia “Cuervos” construye un entendimiento de la visión de occidente sobre la naturaleza; un estudiante de arte se encuentra en una exposición de las pinturas de Vicent Van Gogh. El estudiante se detiene a ver “El puente de Langlois” (1888), un cuadro con matices costumbristas y que se acerca al goce estético del paisaje idealizando la vida de las lavanderas que a parecen en la pintura. Nuestro protagonista se adentra en la pintura, por medio de un sueño, se acerca a las lavanderas y pregunta por el autor de la obra haciendo que las barreras de comunicación no existan. Las mujeres le responden le contestan y le dicen la ubicación de Van Gogh agregando de forma burlesca que el hombre ha estado en un manicomio.

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