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Maltrato Y Abuso Infantil


Enviado por   •  16 de Agosto de 2013  •  16.123 Palabras (65 Páginas)  •  419 Visitas

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Introducción

Las personas menores de edad (menores de 18 años) constituyen, uno de los grupos sociales más vulnerables, debido a su condición de inmadurez física, intelectual y emocional, junto con las consecuencias sociales que conlleva su dependencia económica y su falta de experiencia en los más variados aspectos. El abuso sexual intantil, por parte de un adulto es, aprovechándose de esta situación, uno de los actos más deplorables que sufren los infantes, debido a que atenta contra sus garantías individuales y sus derechos humanos, además de que pone en riesgo su salud física y mental.

Los actos que atentan en contra de la integridad física y sexual de una niña, un niño, o un adolescente, interrumpen y afectan su sano desarrollo psicosexual, causando problemas graves en la vida futura del menor, lo cual puede manifestarse en inseguridad, baja autoestima, problemas para relacionarse, todo lo cual, aunque grave, forma parte de las consecuencias manejables. Sin embargo, si los hostigamientos y/o los ataques son persistentes y no hay nadie que dé soporte al menor las consecuencias pueden ser tan graves que lo lleven a que, al convertirse en adulto, repita los mismos actos de que fue víctima.

La psicología, al igual que el derecho, la sociología, la medicina y otras ciencias, se ha interesado en el estudio de este grave problema. Pero, entre los diversos enfoques, se ha gestado una confusión con relación a la definición de los siguientes términos: pedofilia, paidofilia, paedofilia y pederastia, y a las diferencias específicas que existen entre éstos.

No obstante, somos conscientes de que lo más importante es el estudio de los problemas sociales, familiares y psicológicos, así como las implicaciones penales que se gestan alrededor del abuso sexual infantil. Cuestiones, todas ellas, abordadas a lo largo del presente estudio, no sólo por un interés profesional, sino por un compromiso ético con los actores sociales involucrados, directa o indirectamente, con esta lamentable, pero innegable realidad.

Sin embargo, para el delito que nos ocupa, y de acuerdo con el tipo penal de abuso sexual infantil, consideraremos solo hasta los doce años de edad, para que se pueda dar el encuadramiento de la conducta, a lo descrito en el tipo penal por el legislador.

EL MALTRATO INFANTIL

Es una enfermedad social, internacional, presente en todos los sectores y clases sociales; producida por factores multicausales, ínteractuantes y de diversas intensidades y tiempos que afectan el desarrollo armónico, integro y adecuado de un menor, comprometiendo su educación y consecuentemente su desenvolvimiento escolar con disturbios que ponen en riesgo su sociabilización y por lo tanto, su conformación personal y posteriormente social y profesional.

Por lo tanto; es un problema de interés comunitario, por lo que la sociedad en su conjunto tiene la responsabilidad legal, moral y ética de asumir un protagonismo activo en todas sus formas, con el objeto de organizarse y hacer frente a este problema.

En la cotidiana realidad y en la mayoría de los casos, las víctimas no encuentran una respuesta adecuada en las instituciones oficiales que paradójicamente deberían brindar contención y ayuda para cortar con el ciclo de la violencia.

Un niño es maltratado o sufre abusos cuando su salud física y su seguridad o su bienestar psicológico se hallan en peligro por las acciones infligidas por sus padres o por las personas que tienen encomendado su cuidado. Puede producirse maltrato tanto por acción como por omisión y por negligencia. Se considera que hay cuatro tipos de maltrato. Maltrato físico es cualquier lesión causada al niño como consecuencia de golpes, tirones de pelo, patadas, pinchazos propinados de manera intencional por parte de un adulto. También están los daños causados por castigos inapropiados o desmesurados. Es difícil distinguir cuándo termina la imposición de la disciplina mediante castigos físicos "razonables" y cuándo comienza el abuso. Quien utiliza el castigo físico argumenta que lo hace como último recurso, cuando otras alternativas correctoras menos expeditivas (y que entrañan mayor esfuerzo por parte de los padres), como las explicaciones y otros castigos o amenazas menores han demostrado su ineficacia. No tiene intención de lesionar, sólo pretende corregir una conducta inadecuada. Pero, con la excepción del "pequeño azote a tiempo"(considerado por muchos padres como necesario, aunque pervive el debate social al respecto), que es disculpable sólo cuando el niño se muestra refractario a cualquier otra forma de corrección, el castigo físico es un atentado contra la dignidad y la autoestima del niño, y puede causarle graves daños emocionales.

ANTECEDENTES DEL MALTRATO INFANTIL

Diversos historiadores coinciden en señalar que durante siglos los niños fueron criaturas muy susceptibles al abuso parental e incluso medidas más drásticas aún. Durante siglos los niños eran vistos como propiedad de los padres o del estado, por ejemplo la ley romana le adjudicaba pleno poder al padre sobre el destino de su hijo: este podía matarlos, venderlos u ofrecerlos en sacrificios.

El infanticidio era materia muy común y rutinaria en países tales como Egipto, Grecia, Roma, Arabia y China. En la edad media la situación no era mucho mejor, en muchas ciudades de Europa la pobreza era tal que los niños se convertían en un gasto oneroso para los padres, lo que motivaba a muchos de estos a abandonarlos o mutilarlos. Durante la revolución industrial, los niños de padres que provenían de estratos bajos de la sociedad, solían ser obligados a trabajar en tareas pesadas. Frecuentemente estos eran golpeados, no se les daba de comer o se les sumergía en barriles de agua fría como castigo de no trabajar con más rapidez y afán.

A finales del siglo XVIII comienzan a notarse ligeros cambios que conducen al reconocimiento de los daños psicológicos de este tipo de abuso. En 1959 se establece la declaración de los derechos del niño, y en 1989 la convención de los derechos del niño, dichas normas recogen los principios mínimos que deben ser garantizados a las personas menores de 18 años. Así la preocupación por los derechos del niño transciende la preocupación local e interno y se ha convertido en los últimos años en una preocupación internacional. En nuestro país el maltrato infantil constituye un tema de interés creciente, lo que ha motivado el surgimiento de diversas iniciativas en ámbitos diversos, que incluyen aspectos legales, sociales, médicos - asistenciales y psicológicos entre otros.

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