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No hay bienestar social sin ciudades felices


Enviado por   •  24 de Junio de 2022  •  Ensayos  •  1.341 Palabras (6 Páginas)  •  65 Visitas

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No hay bienestar social sin ciudades felices

Chang Toledo, María Marjorie

Lima se encuentra dentro de las ciudades más congestionadas del mundo, específicamente en el tercer puesto y es la segunda con mayor demora por viajero en el año 2019 (Calatayud et al.). Uno de los vehículos que las personas más usan para trasladarse en la ciudad es el transporte público y según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de usuarios que hacen uso del transporte interurbano regular por autobús en distancias inferiores a 50 km, aumentó en un 34,2% en el mes de septiembre del presente año, a comparación del 2020, en el que el número de pasajeros era de 26 169. Sin embargo, en épocas pre pandemia, la cantidad de usuarios en el mismo mes varía de 50 000 a 51 000 (Instituto Nacional de Estadística, 2021). No obstante, si en el presente año se incrementó la cantidad de usuarios, ¿cómo será en los próximos? Esta información estadística ayuda a observar la relación inversa de la gestión del transporte público con la congestión vehicular. Es decir, a mayor control de la gestión vehicular, menor será la congestión del tráfico de vehículos y viceversa. En este ensayo, con base en el curso llC Life Sciences, Health and Medicine, Psicología Positiva, se explicarán las razones por la cual la mala gestión del transporte público por parte de los gobernantes peruanos impacta negativamente en el bienestar social de los ciudadanos, arrebatando el derecho de su libertad. 

  

Una de las razones, por la cual afecta a las personas el mal manejo de la congestión vehicular, es la administración de los recursos en infraestructura vial en el Perú. Esto quiere decir que, falta mejorar el desarrollo de proyectos viales y el mantenimiento o conservación. Además, las pobres conexiones entre calles, jirones o avenidas provocan que los vehículos tengan menos opciones de ruta para llegar a su destino, resultando en un transporte más caótico (Alberto & Guzmán, 2011; Román Huacho & Saldaña Romero, 2018).

Otras de las razones es que los usuarios del transporte público no se sienten satisfechos con el viaje por la mala coordinación y comunicación para planificar el sistema del transporte, retraso como escasez de autobuses y la gran aglomeración de usuarios, la inexistencia de un horario establecido de la llegada y salida del transporte, inseguridad, semáforos ineficientes, las horas de trabajo y estudio perdidas, entre otros (de Vecchi, 2015). La ciudad de Lima que tiene este sistema de gestión, ocasiona que en los usuarios florezca emociones negativas como una actitud agresiva, reactiva, conllevando esto a una alteración del estado mental de los pasajeros. Esto se evidencia en las definiciones que brinda la Psicología Positiva enfocada en las ciudades felices.  

La Psicología Positiva es una ciencia que investiga sobre que procesos son los que ayuda al ser humano al pleno bienestar personal y cómo podemos influenciar nuestro alrededor para que haya un impacto positivo (Gable & Haidt, 2005). Por ello, hay un área de investigación dentro de este enfoque sobre las ciudades felices, que se refiere a realizar prácticas en políticas públicas que contribuyan al bienestar de los ciudadanos, entre algunas que se mencionan son, invertir el dinero sabiamente y la libertad de tomar decisiones. Al referirnos sobre el dinero, se refiere a invertirlo en el bienestar personal como social, por ejemplo, creando calles y avenidas para caminar, andar en bicicleta, servicios públicos eficientes, entre otros. Por otro lado, la libertad en la toma de decisiones hace mención a que actividades podemos escoger que nos generen un bienestar, como tener rutas cortas del trabajo a casa o pasar el menor tiempo en el transporte para acudir a una reunión y llegar a tiempo (Univerisdad Tecmilenio, 2018).  

Comentado lo anterior, si uno se pone a pensar en las experiencias que ha tenido cuando ha tomado el metropolitano, el tren, buses, micro buses, tal vez recuerde que la experiencia no ha sido tan agradable. En algún momento hemos tenido emociones de ira, angustia, rencor, ansiedad, miedo, estrés, frustración, entre otros; y si nos enfocamos más a profundidad, todas esas emociones son una carga en el día a día de los usuarios. Sin pensarlo, esta negatividad va influenciando en el ánimo de la persona, en la manera cómo va a rendir en su día, en la satisfacción que va a tener al llegar a su centro de estudios o trabajo, en cómo va a ser su actitud con los demás, si tendrá motivación para realizar las actividades que estaban planeadas o no. Todo aquello se acumula y ocasiona un cansancio mental, por lo que, si uno no reconoce que estas experiencias están deteriorando su calidad de vida, lo conlleva a tener arranques de ira, ansiedad y depresión a largo plazo (Capron & pérez lópez, 2016).

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