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Parcial domiciliario individual correspondiente a la Unidad II

bauwerTrabajo24 de Mayo de 2017

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Evaluación de la cátedra Historia Americana y Argentina II, 2.D. –[pic 1][pic 2][pic 3][pic 4]

Departamento de Historia del ISP Joaquín V. González

Parcial domiciliario individual correspondiente a la Unidad II

La plebe urbana porteña en el decenio emancipatorio

(1810-1820)

Asonadas, motines y movimientos del pueblo

Alumno: Bautista Bailo

DNI: 30312803

Turno: Vespertino

Jefe de cátedra: Daniel Omar De Lucia

Jefe de trabajos prácticos: Alejandro Pisnoy

Profesora adscripta: Adriana Dora Oger

Ayudante alumno: Lucas Ricci Marchand

Puntos a desarrollar

    1. En base a la lectura de los textos de Raúl Fradkin y Gabriel Di Meglio intentar definir la especificidad del proceso que el primero de ambos autores define como “ciclo de los tumultos” y el tipo de acontecimientos que el segundo de ellos define como “Movimientos del Pueblo”. Señalar elementos comunes y diferencias entre ambos tipos de movimientos.

     2. En base al texto de Pilar González enumerar los ámbitos de sociabilización política de la elite y de la plebe. Señalar los espacios donde podrían coexistir parcialmente elite plebe y aquellos en donde las fronteras sociales son más marcadas.

    3. En base a las fuentes seleccionadas, y con el apoyo de la bibliografía, señalar las características específicas que diferenciarían el accionar y los objetivos de dos actores  claves en el proceso de agitación política en los años revolucionarios: a) los alcaldes de barrio del Cabildo y; b) los tribunos u oradores de café y de los clubes políticos; c) los cuadros militares.

    4. Tomando como base las fuentes y con el apoyo de la bibliografía intentar una caracterización de los movimientos de abril de 1811, de septiembre de 1811, de octubre de 1812 y de abril de 1815. Para realizar dicha tarea tomar como ejes: a)  cuales de estos movimientos parecen haber contado con una participación mas indiferenciada de la población y en cuales parece haber predominado el elemento plebeyo; b) en cuales el elemento militar parece haber sido mas determinante y cuales se corresponden mas con las características de un movimiento cívico militar.      

 

    5. En base al trabajo de Di Meglio sobre “la palabra de Manul” tratar de aislar aquellos elementos del discurso de este soldado liberto que puedan constituir una lectura de la realidad total o parcialmente distinta a la de la elite urbana como balance del decenio revolucionario.

    6. Tomando como referencia el Manifiesto del Gobierno publicado por el segundo triunvirato en la Gaceta (22/10/1812) analizar y emitir una opinión sobre las siguientes cuestiones: a) en que términos concebían los sectores mas radicales de la elite patriota la participación y representación popular en los procesos políticos?; b) es perceptible en la apelación a la legitimación popular que hacen los miembros del triunvirato una diferenciación en términos clasistas o de estratificación social de la masa de la población?; c) que peso le podemos atribuir a la repercusión de los hechos bélicos de la guerra patriota como presión sobre la opinión publica y los humores populares dentro del proceso político de la ex capital virreinal?            

    7. En base al análisis de la bibliografía emitir una opinión sobre si los efectos concretos de la politización de la plebe militarizada en el decenio revolucionario se encontraban contenidos en los limites de la socialización a través de las milicias (“ciudadano-soldado”), como plantea Pilar González, o si se terminó desbordando ese marco.    

    8. En base al trabajo de análisis de la bibliografía y las fuentes del presente trabajo emitir una opinión fundamentada sobre la hipótesis de Tulio Halperin Donghi de  “movilización limitada de la plebe”. De lo que se trata es de opinar sobre si el panorama que trazan los autores y los documentos analizados confirma o alcanza para cuestionar, total o parcialmente, el análisis de Halperin Donghi sobre el grado de subordinación de la plebe a la conducción de la elite patriota.

1.

Di Meglio, en su texto ¡Viva el Bajo Pueblo!, pone el acento en los movimientos del pueblo luego de la revolución de mayo de 1810, pero sin dejar de nombrar que se venían desarrollando desde 1806 y 1807 que fueron los años de las invasiones inglesas y donde la participación del pueblo tuvo su origen en las milicias urbanas. Pero 1810, se da una politización de los lugares donde frecuentaba el bajo pueblo, como lo llama Di Meglio. Estos lugares de sociabilidad como las esquinas, pulperías, plazas y mercados, serán las bases para la participación política de una clase que había sido casi marginada de los ideales revolucionarios llevados a cabo generalmente por las elites criollas.

Los movimientos del pueblo se van a dar de maneras diferentes, generalmente en formas de resistencia o reclamo por los derechos violados que desencadenaran una inédita practica de acción plebeya, a través de acciones colectivas llevadas a cabo por motines en defensa de derechos ultrajados, oposición al aumento del precio del pan, los reclamos por atropellos o para mejorar sus condiciones en el ejército y evitar las deserciones que eran muy común como forma de protesta. Pero no toda la participación fue violenta sino que también se daba el caso a partir de 1811 de la concurrencia de estas clases populares a las celebraciones públicas llevadas adelante por el cabildo y que eran beneficiosas tanto para las clases subalternas como para los miembros de las elites criollas que iban en busca de la legitimación de su poder político.

Por lo que se puede decir que no solo fueron las autoridades las que imprimieron su lógica en el proceso revolucionario, sino que también los miembros de la plebe urbana pusieron sus características a este nuevo proceso político que estaba comenzando.

Raúl Fradkin, prioriza el concepto de “tumultos” y le concede una función central dentro del desempeño político de la plebe, ya que a través de los mismos, las clases subalternas intervenían en el proceso político que se estaba gestando, legitimándose como una cultura política.

El autor los define como movilizaciones de la gente común que se hacía presente en las calles mediante el escándalo y el desorden, disparando armas de fuego, utilizando fuegos de artificios, hacer sonar las campanas de la iglesia, etc. El objetivo estaba en expresar ciertas peticiones o disconformidades en relación con alguna autoridad vigente, que podría ser un juez, un alcalde, un comandante militar, etc. Básicamente estos tumultos expresaban la opinión del pueblo acerca del gobierno y sus maneras de actuar, acerca de la justicia y los derechos. Por esta razón, e autor considera que las formas tumultuosas y de acción colectiva de la gente plebeya constituyeron un ámbito de configuración política en el proceso revolucionario.

Los tumultos estaban compuestos por la tropa, los vecinos (alcaldes de barrio, oficiales, suboficiales, tenientes) y la plebe, es decir que representaban un conjunto formado por el pueblo y el populacho. Pero sin dejar de lado el sector rural formado por la campaña donde también se conocen tumultos de peones, labradores, jornaleros frente al cabildo de Lujan.

Los elementos comunes que podemos encontrar entre ambos movimientos son más abundantes que las diferencias que existen entre ellos. En ambos caso se puede decir que la acción colectiva de la plebe marco un comienzo en cuanto a la participación política de las clases subalternas en el proceso político revolucionario, aunque muchas veces no en forma directa, si indirectamente a través de las protestas y reclamos llevados a cabo en contra de alguna medida del gobierno que los perjudicaba. Como las protestas por los derechos violados que ambos movimientos llevaban presentando peticiones frente a las autoridades gubernamentales. Otra situación que los une es el sentimiento anti peninsular que estaba emergiendo cada vez con más fuerza debido a los lugares ocupados por los españoles en la administración pública, el comercio, la posición social, etc. Que generaban malestar en las clases populares que iban ganando protagonismo a través del ejército y las milicias. De ahí que los tumultos y los llamados “movimientos del pueblo”, o sea la politización popular no parece haber sido  un resultado posterior a la militarización sino que fue parte de ella desde un comienzo.

En cuanto a las diferencias podemos indicar, la forma de llevarse a cabo. La formación del tumulto debía ser escandalosa y multitudinaria, exteriorizar el clamor general, y hacer sentir la voz del pueblo y el populacho. En cambio los movimientos del pueblo se llevaban a cabo generalmente bajo la subordinación de una autoridad como el cabildo y los alcaldes de barrio o algún grupo de la elite criolla.

Otra diferencia que se puede marcar es que el ciclo tumultuoso se extendió hacia la campaña y a los diferentes sectores del mundo rural, sobre todo en el periodo rosista, no así el movimiento del pueblo que tuvo un carácter más urbano y militar.

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