Procesos colectivos y acción social

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A medida que el ser humano interactúa y se integra a nuevos grupos sociales, va adquiriendo ciertos parámetros de comportamiento. Desde niño se reciben normas, costumbres y valores morales, introyectados por los padres hermanos y familia primaria pero ¿Qué sucede, cuando ese mismo individuo se integra a la multitud, a una masa psicológica?

Pareciera que el inconsciente individual aflora en cada poro del cuerpo, la represión desaparece y el ser humano al sentirse parte de algo, realiza actos que jamás hubiera cometido de manera individual.

El impacto de lo colectivo sobre lo individual es sin duda muy profundo, a tal grado que la heterogeneidad  (objetos que no tienen relación o similitud entre sí) se llegan a olvidar  las diferencias sociales, religiosas, de costumbres, tradiciones e incluso de educación. Para entender mejor lo anterior, trataremos de interpretar el pensamiento de Gustavo Le Bon con la ayuda de Sigmund Freud.

Diversos psicólogos sociales han estudiado los fenómenos que se producen de los seres humanos reunidos en masa, multitud, muchedumbre etc. Algunos de los fenómenos estudiados muestran la inhibición del yo  dando paso a una expresión colectiva en donde afloran las emociones y se cometen actos impensables.

Estos estudios también han demostrado que aun que las personas no conozcan los nombres de los fenómenos en los que se ven inmersos, conocen el alcance que tienen las acciones realizadas en el anonimato de los grupos.

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El anonimato que ofrecen las masas permiten a los individuos son definidos en esta lectura. Estando inmersos en las masas se puede apreciar que la multitud es influenciable, crédula y carente de sentido crítico, de ahí que el líder dirige a la masa.

Cuando una masa está reunida con emociones a flor de piel y la vulnerabilidad psicológica y el número de asistentes en estas reuniones permiten el anonimato, se acrecienta la posibilidad de que un líder incite a cometer actos violentos y agresivos. Es importante también mencionar y reconocer que la moralidad de las multitudes puede ser muy elevada llegando al desinterés y espíritu de sacrificio, realizando los actos más nobles.

Cuando las personas han sido sobreexcitadas pueden ser influenciadas con mayor facilidad, esto es peligroso ya que pueden cometer actos ilícitos en nombre de la causa, si están del lado de la ley, amparan esos actos bajo su protección, pero cuando están del lado contrario son fuertemente juzgados y castigados por las acciones cometidas

En cada matiz, sea cual sea, existe una continuidad en cuanto a sus miembros. Los integrantes que la componen, están conscientes del objetivo de la masa y aunque no lo parezca, las masas son agrupaciones organizadas, dirigidas y estimuladas para conseguir un fin común.

La identificación es pieza importante y clave en este enlace que une a personas muy diferentes tomando en cuenta y como modelo a otro, esto es muy marcado en las agrupaciones políticas ya que los lideres conocen los métodos para impulsar a los participantes a  realizar acciones que beneficien o perjudiquen la causa por la que las personas están reunidas.

La información antes, durante y/o después de las aglomeraciones, un factor clave en el desarrollo de estas, ya que esta comunicación dictamina el origen y  camino que se llevara a cabo.

El rumor como comunicación colectiva

Es necesario mencionar que la comunicación, en muchos casos, puede no ser verídica, incluso puede devenir de un rumor que genera miedo, angustia y pánico, poniendo alerta a las masas, que a su vez redistribuirán el rumor insertando sus perspectivas y opiniones sobre el rumor.

Estos rumores se distribuyen de boca en boca replicando la información de persona en perdona.

Cuando el rumor ya se encuentra esparcido, puede ser detenido pero la manera en la que se detendrá será mucho más lenta y en muchos casos las personas no creerán que la información sea falsa.

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