Reseña documental: NUNCA INVISIBLES: MUJERES FARIANAS, ADIÓS A LA GUERRA

Reseña documental: NUNCA INVISIBLES: MUJERES FARIANAS, ADIÓS A LA GUERRA.

Laura Martínez Arévalo.

El documental es una compilación de vivencias narradas por mujeres excombatientes de las FARC, que anduvieron las selvas de Colombia y se asieron de las armas durante mucho tiempo. Por medio de este documental, se pone de manifiesto sus inicios en esta guerrilla, su postura sobre el Acuerdo de Paz y las experiencias desde la entrega de las armas.  Estas mujeres que hacen parte del Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) de Bogotá y de una vereda del Tolima, venían de hacer un trabajo conjunto sobre temas relacionados con perspectiva de género y memoria histórica; gracias a la coyuntura que se abrió en el marco del Proceso de Paz de la Habana, proceso que permitió la concepción de un proyecto que visualizara la iniciativa  de abordar el rol del conflicto, desde sus propias historias mostrando un panorama con un color más vívido de los más de cincuenta años de conflicto armado colombiano y el papel que ha jugado la figura femenina en medio de este.  

Los espacios que se dan para estos diálogos de reconciliación y reconstrucción de la historia nacional han sido muy pocos, por lo cual no había surgido un proyecto que visualizara el aspecto humano y sobre todo, el de la mujer inmersa en la guerra, permitiendo así entrever lo más sensible de estas personas; sus conflictos internos, sus temores y sueños, historias que son ajenas a la mayoría de los colombianos pero que se convierten en una iniciativa que permite la sensibilización y concienciación del conflicto; quienes, cómo, para qué y por qué hacen parte de estas voces que narran la historia de Colombia desde otra perspectiva.  

Este documento se refiere en especial a la historia que narra Marina, una excombatiente de la Columna móvil Jacobo Arenas de la guerrilla de las FARC-EP, quien es oriunda del Caquetá e inicia su relato desde su niñez y el contacto agresivo que tuvo con el conflicto. Uno de sus recuerdos más tristes de niñez es el de un combate en su vivienda, donde observó y vivió en carne propia la angustia y desolación que trae la guerra.  No es extraño que en cada narración de Marina y de otras excombatientes este muy presente la falta de educación; algunas con suerte alcanzaron a hacer el primer año de bachillerato. Marina cuenta con gran tristeza que solo alcanzó a hacer segundo de primaria, no da explicaciones de ello, pero se nota por su congoja que es una historia que le cuesta sacar de la garganta.  

Marina decide irse a las filas guerrilleras alentada por su hermano Nelson, quien llevaba dos años en la milicia. Como era apenas una adolescente y no estaba haciendo nada en su casa, tomó la determinación de irse a buscar un nuevo horizonte. Marina zarpó hacia un rumbo desconocido, pero que le producía gran curiosidad. Y no, no todo puede ser gris en esta historia; Marina entró a la guerrilla con pie derecho, la milicia le daría la oportunidad que la vida en sociedad no le otorgó. Empezó a estudiar enfermería, labor clave en medio del conflicto y en la cual según narra ella, se desempeñaba muy bien.  

Durante toda la entrevista Marina permite ver su parte más frágil. Es una mujer de temple de acero, pero no por eso insensible. Sus memorias le traen lágrimas porque como las de muchas otras farianas, han sido grabadas a sangre y fuego, y es ahí en medio de la remembranza donde expone uno de los puntos importantes de esta iniciativa: el reconocimiento del trabajo de la mujer en la guerrilla.  

Las mujeres han sido participantes activos en el conflicto colombiano, principalmente en grupos armados como las FARC-EP, siendo en algunas ocasiones forzadas y en otras voluntariamente como en el caso de los testimonios del documental.  Algunas personas creen que la guerra es solo para los hombres; no, las mujeres también combaten y están en toda la facultad de hacerlo de manera igualitaria que los hombres. De hecho, según el testimonio de Pablo Catatumbo, un líder muy importante de la guerrilla de las FARC-EP, el 40% de los combatientes eran mujeres. No solo lo dice este máximo líder, sino también Marina y sus compañeras excombatientes. Las mujeres en ocasiones eran más tenaces que los hombres a la hora del combate, sus vidas en la milicia, según ellas, no era la que retratan algunos medios de comunicación, en la que se dice que las mujeres son maltratadas y violentadas en muchos aspectos de su vida.  

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