Sociologia y esi

                       Trabajo Acreditable N°3

Institución: I.S.F.D N°2

Carrera: Profesorado de Educación Física

Cátedra: Sociología

Profesor: Parada Raul

Alumno: Rivera Maximiliano

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Resumen: En esta monografía a partir de una experiencia propia en las prácticas de residencia, se busca llegar a una respuesta de los comportamientos de los alumnos y alumnas en clase de educación física, repasando un poco la historia de la misma y llegando a una conclusión de cómo puede actuar la escuela y el rol que debe tomar el área de la educación física.

En una de mis clases de residencia como profesor de educación física, me tocó estar de acompañante de mi dupla pedagógica, donde ella era la encargada de dictar la clase y yo estaba afuera, como un observante y a disposición si ella me necesitaba.

Transcurrieron los minutos, los y las estudiantes jugaban normalmente, en uno de los juegos, puntualmente uno llamado “las colas” donde le objetivo el quitarle la colita al equipo rival, que esté casi dicha colita es una tira de soga que se cuelga en el costado del pantalón y que se extiende desde la cintura hasta la rodilla.

Escucho un comentario de parte de un alumno hacia la profesora, que en este caso era mi dupla, donde el niño le grita “Profe no le puedo sacar la colita, se la puso en la concha”, yo me gire inmediatamente hacia donde estaba el niño, este mismo se dio cuenta de lo que había dicho y se lo noto muy preocupado, pidiéndole disculpas a la profesora por ese comentario.

La niña la cual sufrió dicho comentario se sintió tan incómoda que se sacó la colita y se fue a sentar a una esquina del patio, donde con una cara de vergüenza y unos ojos lagrimosos a punto de llorar, se quedó toda la clase.

Yo en ese momento me sentí bastante incómodo con la situación, conozco a ese alumno y se noto que lo dijo inconscientemente y que estaba muy arrepentido, pero también conozco a la alumna y ella es un poco tímida y le cuesta sumarse a las actividades de educación física.

En mis tres años de formación, jamás me prepararon para este tipo de situaciones, nunca se me pasó por la mente que en una clase de Educación Física de 6to grado sucedería algo así, eso me llevó a pensar lo siguiente, ¿Por qué suceden este tipo de situaciones? ¿Cómo intervenir? ¿Quién tiene la culpa? el alumno? el profesor? la escuela? los padres? la educación física?.

No vendría mal recordar un poco la historia de la educación física y de cómo fue cambiando con el tiempo.

El Sistema Argentino de Educación Física, fue creado por Enrique Romero Brest, se instaló en la escuela primaria argentina con mucha fuerza. Fue una combinación de ejercicios sin aparatos y juegos distribuidos y aplicados con un criterio fisiológico, fueron las bases de la gimnasia metodizada. Esta propuesta, se extendió durante las primeras cuatro décadas del siglo XX, tuvo un importante papel en la construcción de cierta feminidad y de cierta masculinidad. Diferentes finalidades, actividades, ejercitaciones, métodos y cualidades que pretendía educar de una forma desigual a alumnos varones y alumnas mujeres.

Este ideal femenino, vinculado con la maternidad, principalmente enfocado en las prácticas corporales: su fin era la eugenesia, la gracia, la honestidad, la delicadeza y la elegancia en los movimientos. Al mismo tiempo que se indujo ese tipo de femineidad, se sancionó todo aquello que estuviese vinculado con supuestos deseos indecentes. Para lograr todo esto se dictaron ejercicios físicos que trabajaban ciertas partes del cuerpo como la pelvis y el abdomen.

Por otro lado el ideal de masculinidad, vinculado con una personalidad fuerte, emprendedora y dirigida al espacio público. Es decir, a la formación del ciudadano. En este contexto, la masculinidad no fue sinónimo de paternidad sino de ciudadanía. El ciudadano que se persiguió por medio de los ejercicios físicos debía caracterizarse por tener, y por ende aprender, las siguientes características: carácter enérgico, valentía, decisión, valor, voluntad, energía, coraje, disciplina y dominio de sí. Al mismo tiempo que se indujo ese tipo de masculinidad se intentó prevenir aquellos comportamientos que se suponían desviados o anormales, como ser miedoso, cobarde.

Esta división de las prácticas lúdicas continuó reforzando la construcción de cierta masculinidad y femineidad. En tanto los juegos para mujeres estimularon lo pasivo, la suavidad y no fuertes contactos corporales, los juegos de los varones incitaron a una mayor actividad, lucha y contacto corporal.

A mediados de los ochenta, tanto en los planes oficiales como en los curriculares de las escuelas, se notó un pequeño cambio, ya que el problema de los géneros por primera vez se comienza a ver de otra manera. En programas de la década los ochenta, tales como el Diseño curricular para la educación primaria común del año 1986.

Si bien no hace más que reconocer y seguir reforzando la separación de las clases junto con ciertas actividades, ejercitaciones, juegos y deportes según el sexo, a la vez se reconoce,aunque sea mínimamente, la cuestión del género.

Esas consideraciones tienen que ver con la ampliación a las mujeres de la oferta deportiva así como lúdica y de ciertos ejercicios físicos, en la que el fútbol y dependiendo del caso, el handball, el softbol o el básquet, fueron los mejores ejemplos, construyeron un escenario diferente. El hecho de que los varones hayan permitido a las mujeres participar en los mismos deportes, por un lado, confirmó un poder firme de control masculino y por el otro lado, generó una situación de sometimiento. Por otra parte, y más allá de ello, la educación física femenina continuó reafirmando las cualidades femeninas incluyendo que también los profesores enseñaban a los varones y las profesoras lo hicieron con las mujeres.

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