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Sociología De La Educación Emilio Tenti Fanfani


Enviado por   •  14 de Marzo de 2012  •  2.762 Palabras (12 Páginas)  •  4.081 Visitas

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En lo que aquí nos interesa, sucede que la relación entre el sociólogo y los fenómenos sociales tiende a ser una relación de sujeto a objeto. En otras palabras, el sociólogo mira la realidad social como si estuviera allí para ser observada, estudiada, analizada. La escuela, por ejemplo, para un investigador (sociólogo o miembro de otra disciplina) vendría a ser, primariamente, una especie de fenómeno-objeto de análisis. En cambio para el profesor, el maestro, o el director de escuela, ésta no es básicamente un objeto de estudio, sino otra cosa. El sociólogo de la educación, tiene la responsabilidad de enriquecer el conocimiento heredado acerca de estos fenómenos. Esa es su tarea y por eso la educación se convierte en su objeto de análisis. Pero esta no es la función del profesor y del maestro. Ellos son profesionales de la educación, son especialistas de otra disciplina, la pedagogía, y como agentes sociales tienen la responsabilidad de planificar, organizar y conducir un proceso de aprendizaje. En esto ocupan la mayor parte de su tiempo y es esta tarea la que define la especificidad de su función social. Y si necesitan conocer el mundo de la escuela, sus procesos, sus vinculaciones con otras dimensiones sociales, no es para hacer avanzar ese conocimiento sino para actuar mejor y ser más eficientes en su trabajo en el aula y/o la institución.

El maestro es un usuario del conocimiento acumulado por las distintas tradiciones sociológicas nacionales e internacionales. Por eso sería errado que los profesores de los cursos de sociología de la educación enseñaran de la misma manera a alumnos futuros profesores que a alumnos futuros sociólogos. En este segundo caso se justifican los desarrollos epistemológicos, el estudio sistemático de autores y corrientes teóricas, la historia de la disciplina, etc. En una institución de formación docente el profesor de sociología de la educación tiene que seleccionar algunas respuestas que la sociología da a ciertas temáticas relevantes para entender los procesos, agentes e instituciones educativas y sus vinculaciones con el resto del la sociedad.

La relación profesor alumno es una práctica social y como tal, también tiene todas las cualidades de la interacción social en general, otro objeto predilecto de los sociólogos. En la interacción el maestro usa niveles más o menos relevantes de autoridad, es decir, que no se trata de una relación entre iguales, sino que algunos tienen recursos que los otros no poseen. A su vez, el alumno también tiene sus propios recursos de poder, puede colaborar o no con el profesor. La relación también puede estar caracterizada por dosis variables de cooperación y/o conflicto.

La teoría contra la practica esta es una disputa que pareciera no tener fin y que siempre está presente en cualquier discusión académica acerca del estatuto de la teoría y sus relaciones con la práctica. De acuerdo con un esquema tradicional existirían por una parte los teóricos y por la otra los prácticos. Estos últimos son los que producen la educación (alumnos, maestros, directivos, supervisores, gestores, políticos, etc.). Para los teóricos, el mundo de la escuela es un objeto de investigación para los otros es un lugar de trabajo. Unos van a la escuela para estudiarla, explicarla, interpretar lo que allí sucede. Los otros van allí con otro interés (los alumnos va a aprender, los maestros a enseñar, el director a cumplir con su función de dirección, etc.). Esta distinta relación con el fenómeno educativo produce visiones diferentes. El que mira la escuela como objeto, podría decirse que la mira de lejos. Mientras que el que está allí todo el día la ve de cerca. Muchas veces la teoría llega a constituir una especie de glosario o listado de definiciones de conceptos. Por lo general, la teoría funciona como marco, es el famoso marco teórico de los manuales de metodología de la educación que no debe faltar en ningún proyecto o informe de investigación (o memoria, o tesis académica).

La teoría no es más ni menos que el lenguaje con el que hablamos de las cosas sociales. En un sentido lato, todo el mundo tiene una teoría del mundo social. Todos saben qué es el poder o qué es el conflicto o qué son los intereses. Todo agente social sabe distinguir en una relación social quién tiene más poder. Todos saben cuál es la función de la escuela y qué es un maestro y qué es la autoridad pedagógica. Pero se trata de un saber, la mayoría de las veces aproximado. Este saber es útil y eficiente sin necesidad de ser sistemático y coherente. Sobre todo, no precisa ser formulado verbalmente. La absoluta mayoría de nosotros vive o vivió intensas experiencias escolares en forma directa, es decir, como alumno o bien como padre o madre de niños escolarizados. Por lo tanto, todos sabemos acerca de esta importante cuestión. Sin embargo, el saber del experto (del sociólogo de la educación, o del profesor o el pedagogo) es distinto del saber o de la teoría del hombre común. El hombre común no necesita dar una respuesta formal y coherente cuando se le pregunta por la definición o el concepto que está detrás de las palabras que usa para ubicarse en el mundo en que vive. El experto, en cambio, debe tener un lenguaje responsable.

Lo fundamental a retener aquí es que la teoría no es más ni menos que el lenguaje que hablamos. Éste puede ser más o menos rico o más o menos sistemático. Y es esta riqueza y/o sistematicidad del lenguaje lo que nos permite ver o no ver ciertas cosas sociales. La teoría no es sólo el conocimiento acumulado en la historia de una disciplina, sino también el instrumento para hacernos nuevas preguntas e incluso para cuestionar el conocimiento heredado. La teoría no ha sido hecha para ser enseñada y aprendida, sino para ser usada para formular y responder preguntas acerca de los fenómenos socioeducativos.

La educación por lo general nos referimos a un conjunto de prácticas sociales desarrolladas por agentes determinados (maestros, alumnos, etc.) en contextos específicos (la institución escolar, la secretaría de educación, etc.). Por lo tanto, la educación, como objeto social es un conjunto de prácticas y relaciones sociales de agentes sociales que actúan en un campo específico. La tradición sociológica hace una distinción analítica entre los agentes y el conjunto de reglas y recursos que facilita y al mismo tiempo determina sus prácticas y productos. Por un lado estaría la subjetividad del agente social, es decir individuos dotados de conciencia, intenciones y propósitos, que se proponen objetivos, elaboran estrategias, tienen y defienden intereses, etc.

Además tienen conocimientos, esquemas de percepción y entendimiento de la realidad, criterios de distinción entre lo bueno y lo malo, lo bello y lo feo, actitudes, predisposiciones, inclinaciones

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