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TEORIA GENERAL DE LA OCUPACION, EL INTERÉS EL Y DINERO


Enviado por   •  26 de Febrero de 2018  •  Ensayos  •  4.316 Palabras (18 Páginas)  •  221 Visitas

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INTRODUCCIÓN

Los principios teóricos de la economía clásica son cuestionados por diversos economistas. Una de las más severas críticas a la teoría ortodoxa, fue llevada a cabo por John Maynard Keynes, uno de los economistas más influyentes del siglo XX. Sus ideas fehacientes lo llevaron a plasmar, su obra más destacada, La teoría general de la ocupación, el dinero y el interés, en ella Keynes hizo una variación general de la economía, observada principalmente durante la Gran Depresión en los años 30.  

El contenido de su obra se centra principalmente en su agudísima crítica hacia los principales postulados clásicos, y segundo a la búsqueda de fundamentos teóricos distintos a los que ofrece la ortodoxia, uno de los principales temas que aborda Keynes, es la alta desocupación registrada durante la Gran Depresión.

En el presente trabajo se pretenderá hacer un análisis aproximado de la obra de Keynes, en su conjunto; su crítica a la ortodoxia y su quehacer económico, a sabiendas que se trata de  uno de los más destacados pensamientos de la economía moderna.

TEORIA GENERAL DE LA OCUPACION, EL INTERÉS EL Y DINERO

En su obra la teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, Keynes replantea el modelo clásico bajo críticas fehacientes que deja sin muchos fundamentos a la teoría ortodoxa, surgiendo la necesidad de proponer una nueva explicación a los postulados económicos.

Inicialmente Keynes expone su crítica hacia dos de los postulados fundamentales del modelo clásico:

  1. El salario real es igual al producto marginal del trabajo
  2. La utilidad del salario real es igual a la desutilidad marginal del trabajo

El primer postulado obedece a que los empresarios se verán motivados a contratar mano de obra en el punto en que su productividad sea igual al salario real, la única forma de que aumenta el empleo; la capacidad de contratar más mano de obra es cuando el salario real disminuye. Este postulado es aceptado por Keynes. No obstante niega el segundo postulado de que el salario real existente es un mínimo por debajo del cual  no podrá contratarse más mano de obra que el empleado en la actualidad, ya que para él una disminución de la oferta de mano de obra disponible no estará afectada por un nivel mínimo de salario real. De ser así habría desocupación voluntaria ya que todos aquellos que estén sin ocupación, aunque deseosos de trabajar, retirarían su oferta del mercado.

A su vez Keynes postula otra y más importante objeción, está surge con el supuesto de que el nivel general de los salarios reales  están directamente determinado por el carácter de los convenios de los contratos que celebran trabajadores y empresarios. Si bien la teoría clásica supone que los trabajadores tienen siempre la posibilidad de reducir su salario real,

aceptando, una rebaja en el nominal, Keynes niega este supuesto aduciendo que los trabajadores no pueden modificar a su voluntad el precio de su fuerza de trabajo.

Los postulados clásicos admiten la existencia de una desocupación friccional, así como este, también estos son compatibles con una desocupación voluntaria. Sin embargo estos postulados niegan la existencia de una tercera que se llamara la desocupación involuntaria, Keynes la define como: “Los hombres que se encuentran involuntariamente sin empleo cuando, en el caso de que se produzca una pequeña alza en el precio de los artículos para asalariados, en relación con el salario nominal, tanto la oferta total de mano de obra dispuesta a trabajar por el salario nominal corriente como la demanda total de la misma a dicho salario son mayores que el volumen de ocupación existente.” Lo que quiere decir que en un determinado nivel de salario, hay personas que no encuentran empleo, a pesar de estar dispuestos a trabajar a un nivel de salario dado.  

Mientras que de acuerdo a la teoría clásica tal desocupación no puede existir, esta desocupación aparente,  aseguran debe ser en consecuencia resultado de una pérdida temporal del trabajo del tipo de “cambio de un trabajo por otro” o de una demanda de factores altamente especializados, o del efecto de la cláusula de inclusión de un sindicato sobre la ocupación libre. Por eso en una conclusión más contundente esta desocupación visible tiene que ser consecuencia de que los factores no empleados se nieguen a aceptar una remuneración menor a su productividad marginal.

PRINCIPIOS DE DEMANDA EFECTIVA

Los clásicos sostenían  que el volumen de ocupación estaría determinado por la intersección de la función de demanda global y la función de oferta global, porque es en este punto donde las expectativas de ganancia del empresario alcanzan el máximo.  

Por otra parte la doctrina clásica defendió severamente su conocida  ley de Say y con ella su premisa fundamental de que “la oferta crea su propia demanda” con lo que a continuación cito textualmente del libro.

“… la doctrina clásica que se acostumbraba expresar categóricamente con el enunciado de que la “oferta crea su propia demanda” y el cual sigue siendo el sostén de toda la teoría ortodoxa la oferta crea su propia demanda” debe querer decir que , f  (N) y (N), son iguales para todos los valores de N, es decir, para cualquier volumen de producción y ocupación; y que cuando hay un aumento en Z (=(N), correspondiente a otro en N, D (= f (N) crece necesariamente en la misma cantidad que Z. La teoría clásica supone, en otras palabras, que el precio de la demanda global (o producto de las ventas) siempre se ajusta por sí mismo al precio de la oferta global, en tal forma que cualquiera que sea el valor de N, el producto D adquiere un valor igual al del precio de la oferta global  Z que corresponde a N. Es decir, que la demanda efectiva, en vez de tener un valor de equilibrio único, es una escala infinita de valores, todos ellos igualmente admisibles, y que el volumen de ocupación es indeterminado, salvo en la medida en que la desutilidad del trabajo marque un límite superior. (J. M. Keynes, 1936, pág. 34)[pic 1][pic 2]

Para el pensamiento clásico entonces, la demanda no establecería ningún obstáculo para alcanzar el nivel de empleo N deseado y este aumentaría hasta su máximo tope, es decir; hasta acabar con la disponibilidad de fuerza de trabajo que exista en el mercado. De esta manera, el cumplimiento de la Ley de Say garantizaría que la economía siempre alcance el nivel de Pleno Empleo.

Para Keynes, así pues este planteamiento no es válido y afirma que para que la competencia entre los empresarios condujera siempre a un aumento de la ocupación, la oferta en conjunto dejaría de ser elástica, es decir que un aumento en la demanda efectiva ya no fuera acompañado por un crecimiento de la producción, lo que implicaría entonces que la demanda efectiva se haría mayor que la oferta, lo que supondría para las unidades productivas un incremento en sus ventas, incremento de sus ganancias como estímulo a la producción y por ende un incremento de la ocupación, equivalente a una ocupación plena.

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