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Vida Nueva


Enviado por   •  22 de Mayo de 2022  •  Reseñas  •  1.738 Palabras (7 Páginas)  •  38 Visitas

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Vida nueva

Sonó el despertador y por un momento dudé en pararme de la cama, debido a que siento que hoy sería un día caótico para mí, y eso se debe a que será mi primer día de escuela en un país completamente nuevo, lo cual me pone mucho de nervios porque soy alguien que nunca ha podido socializar como las demás personas. A veces quisiera cambiar por completo mi manera de ser, pero por más que lo intento, algo en mi interior me lo impide. Pero, en fin, no ahondaremos en mi personalidad ahora; no hay tiempo.

Hace una semana me mudé a Japón. Pese a que mi mamá pertenece a este país y desde que tengo memoria me acercó a su cultura, el venirnos a vivir para acá me causa un conflicto enorme, y peor aún porque el dejar atrás mi vida en Canadá, los recuerdos de mi padre fallecido, entre otras cosas, me parece lo más difícil del mundo. Solo espero que todo salga bien… lo único que quiero es que mi madre esté tranquila y por ello mismo debo mantener una actitud positiva, especialmente porque no quiero preocuparla después de lo que sucedió con papá, pues, aunque ella trate de disimular, puedo darme cuenta de que no se encuentra bien, entonces no quiero darle molestias.

Procedí a ponerme mi uniforme y enseguida bajé a comer algo, aunque sinceramente no tengo apetito a causa de los nervios que estoy experimentando en este momento. Me lavé los dientes y me despedí de mi madre.

Al llegar a mi nueva escuela, me dirigí hacia la oficina del director para darme la bienvenida; me encaminó al que sería mi salón de clase y me presentó con el profesor, el cual me invitó a entrar al aula. Había un bullicio enorme que de pronto cesó, e inmediatamente todos posaron sus ojos en mí; mis nervios aumentaron. El maestro me hizo presentarme y lo único que pude decir fue: “Buenos días. Mucho gusto, mi nombre es Langa y seré su nuevo compañero. Vengo de Canadá y espero llevarme bien con todos ustedes”.  Acto seguido, se me indicó tomar asiento. Al acercarme a mi lugar, me percaté de que mi compañero de mesa sería un joven de cabello rojo, que parecía estar absorto en sus pensamientos mirando hacia la ventana. Decidí no prestarle mucha atención, por lo que me senté en mi silla y cuando la arrastré, el chico sacudió la cabeza y volteó a verme, sonrió ligeramente moviendo su mano para saludarme, pero sin emitir palabra alguna. Cuando quise corresponder su saludo, el profesor pidió que guardáramos silencio y dio inicio a la clase.

Las horas pasaron y llegó el momento del receso. Todos salieron, incluso el chico del cabello rojo, de quien por cierto, no sé su nombre todavía. Yo no supe qué hacer y pensé en quedarme en el salón, pero antes fui al baño y aproveché para dar una vuelta rápida por la escuela. Pasé por un pasillo y pude ver a ese chido de nuevo, estaba solo y encima de lo que parecía ser una tabla de skate, intentando hacer una especie de truco que por más que luchaba, no lograba ejecutar a la perfección. Me oculté para que no me viera, pero ya era tarde, notó que estaba ahí y dijo “¿hola?”, entonces no tuve más remedio que salir de mi escondite y corresponder su saludo. Sin dudarlo me preguntó que si quería almorzar con él, a lo que respondí afirmativamente. Primero fuimos a la cafetería por algo de comer y regresamos al lugar de antes. Extendió su mano hacia mí y dijo alegremente: “Reki, me llamo Reki. Mucho gusto… y lo siento, ¿me podrías repetir tu nombre? Es que cuando te presentaste en clase yo estaba en otro mundo, lo siento”. Le dije mi nombre y después nos sentamos en el suelo para poder comer antes de que el descanso terminara.

Reki y yo estuvimos charlando por un rato y pude conocerlo un poco mejor. Es una persona muy alegre, amable y risueña; habla mucho. Me cayó muy bien. De todo lo que hablamos, me comentó que le encanta practicar skate, pero hay un truco que no le sale del todo bien y debe practicarlo porque en la noche asistirá a lo que parece ser un sitio en donde se reúne gente con ese mismo pasatiempo. Me platicó tanto de eso que, a decir verdad, me llamó mucho la atención, especialmente porque en Canadá, solía practicar snowboard, deporte que posee cierta semejanza con lo que hace Reki. Se lo conté y él se levantó, me dijo que me parara y eso hice, entonces me preguntó que si a mí me gustaría aprender a andar en skate, lo cual me tomó por sorpresa y estuve a punto de decirle que no, pero se me vino a la mente mi padre y supongo que aquello me dio la valentía para decir que sí.

Timbraron para regresar al salón, pero antes de irnos, quedé con Reki de vernos después de la escuela para una lección de patineta. La idea me entusiasmó bastante y de repente me encontraba en un parque con mi nuevo amigo. Lo primero que hizo fue darme una demostración de su habilidad con la patineta. Verlo me dejó boquiabierto y lo disfruté mucho a pesar de que estaba siendo un mero espectador. Después de ello comenzó a introducirme a lo básico que tengo que saber antes de aprender a usar la patineta. Me sorprendí de lo bien que explica y lo que aprendí con tan solo un rato. Lo siguiente que pasó fue que empecé a usar con mucho cuidado su patineta y poner en práctica lo aprendido hasta el momento, aunque aún me falte mucho por saber.

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