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Violencia Simbólica


Enviado por   •  25 de Octubre de 2022  •  Ensayos  •  4.826 Palabras (20 Páginas)  •  193 Visitas

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VIOLENCIA SIMBÓLICA

Univ. Avigail Yobana López Gonzales

Universidad Mayor de San Andrés

Carrera de Ciencias de Comunicación Social

La Paz – Bolivia

RESUMEN  

El presente ensayo pretende contrastar la teoría a partir del concepto “violencia simbólica” de Pierre Bourdieu con datos de estudio de campo sobre el acoso sexual callejero en la ciudad de El Alto, Bolivia, para argumentar la normalización de este fenómeno, a partir de la educación en el seno familiar y la posterior interiorización y subjetivización en hombres y mujeres, que posibilita la legitimación de la dominación masculina y por ende de la violencia simbólica.

ABSTRACT

This essay aims to contrast the theory based on the concept of "symbolic violence" by Pierre Bourdieu with empirical data on street sexual harassment in the city of El Alto, Bolivia, to argue for the normalization of this phenomenon, based on education in the within the family and the subsequent interiorization and subjectivization in men and women, which enables the legitimization of symbolic violence based on male domination.

Palabras clave

Violencia simbólica, acoso sexual callejero, violencia normalizada, dominación masculina, El Alto.  

Keywords

Symbolic violence, street sexual harassment, normalized violence, male domination, El Alto.

INTRODUCCIÓN

El presente ensayo surge del interés en abordar una problemática cotidiana que se vive en la ciudad de El Alto: la normalización de acoso sexual callejero hacia las mujeres. Se parte del concepto de “violencia simbólica”, de la teoría de Pierre Bourdie, para establecer que el acoso callejero es un tipo de violencia que entra en esta categoría y, por ende, es normalizada. La investigación aborda el desarrollo de este tipo de violencia en el lenguaje, como estructura que rige el acceso a la expresión y a la forma de expresión, la educación impartida en los núcleos familiares, y la posterior interiorización subjetiva de esta violencia, en el pensar de hombres y mujeres, en la ciudad de El Alto.  

Los datos empíricos también dan pie al desarrollo de este trabajo. Como señalan estudios previos (Alianza por la solidaridad, 2019) 9 de cada 10 mujeres sufren este tipo de violencia y solo el 50 % la reconoce como tal debido a que se ha naturalizado y normalizado bajo la justificación de que no es violencia.  

Bolivia es un país en el que hasta 1995, el sistema sexo/género constituía con mayor potencia una de las bases de la desigualdad de los géneros, ya que no existía un proceso de institucionalización. De este modo se origina un sistema de poder que define condiciones sociales distintas, tanto para hombres como para mujeres. A raíz de esto la institucionalización del género como política de equidad comienza gracias al movimiento feminista desde las Organizaciones No Gubernamentales (ONG). Como resultado, en 1995 se promulga la Ley 1674, Ley contra la violencia en la familia o doméstica. Esta ley llegó a proteger a la mujer, hasta cierto punto, en el ámbito privado (constituye la vida y relacionamiento de la mujer en su núcleo familiar), pero la dejaba aún desamparada en el ámbito público (engloba las actividades laborales y de desempeño de funciones en las distintas instituciones por parte de la mujer). Como respuesta los diferentes actores sociales e institucionales llevaron el tema de ampliación de protección a la mujer a debate en la Asamblea Constituyente. En consecuencia, se logró que la violencia contra las mujeres se convierta en un delito de orden público. Así, en el país, se comenzó a tomar más en cuenta el problema latente de la violencia hacia la mujer y surgió el interés en el estudio de las teorías alrededor de la violencia simbólica.  

Para entender la categoría de violencia simbólica es necesario revisar la definición de Pierre Bordieu (1994):

“En ciencias sociales se utiliza para describir las formas de violencia no ejercidas directamente a los sujetos dominados de una visión del mundo, de los roles sociales, de las categorías cognitivas y de las estructuras mentales”. Constituye por lo tanto una violencia dulce, invisible, que viene ejercida por el consenso de quien la padece, y que esconde las relaciones de fuerza que están debajo de la relación en la que se configura. “ La violencia simbólica se utiliza para describir una relación social donde el “dominador” ejerce un modo de violencia indirecta y no físicamente directa en contra de los “dominados”, los cuales no la evidencian y/o son inconscientes de dichas prácticas en su contra, por lo cual son “cómplices de la dominación a la que están sometidos”. (Bourdieu, 1994. p. 11).

Entre los estudios que relacionan la categoría de violencia simbólica y acoso sexual callejero está por ejemplo el de Arias (2016) que concluye que “el acoso callejero es una forma de hostigamiento que se da en el espacio público, mayoritariamente hacia las mujeres, como una manifestación de violencia simbólica, ya que en la mayoría de los casos lo relacionamos con experiencias negativas que vivimos a diario en las calles y el transporte público desde temprana edad, éste se sigue ocultando y justificando tras el mal llamado piropo” (2016, p. 187). Otra investigación similar en el ámbito internacional señala que la naturalización de este tipo de violencia se da principalmente por la corta edad en que las mujeres son acosadas en espacios públicos, como es en el caso de la investigación de María Cristina Más Bator (2017) “Tan bonita y tan solita” Acoso sexual callejero: una mirada sociológica en la ciudad de Montevideo.  

Kaarina Valer y Susana Zapata (2018) mencionan que las expresiones más visibles de la violencia contra las mujeres son el feminicidio y la violencia física; sin embargo, este fenómeno tiene otras múltiples manifestaciones igualmente dañinas para la sociedad, como la violencia simbólica, entendida no como un tipo de violencia, sino como una manera continua de pensar y actuar que naturaliza y reproduce la subordinación y el maltrato, especialmente hacia las mujeres.

La violencia simbólica exteriorizada en el campo del lenguaje

Tomando en cuenta que para Bourdieu el término violencia no hace referencia solamente a la violencia física que se nota y que, por lo tanto, se puede tratar. Es así que nos adentramos a un nuevo concepto de violencia que va más allá de lo tangible, esto es, a lo simbólico. El modo que tiene Bourdieu de pensar el poder simbólico se relaciona con su modo de conceptualizar los diferentes sistemas simbólicos, arte, religión, ciencia, o el mismo lenguaje.  

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