Un Resumen de capitulo 1 al 8 de politica,planificacion y gobierno
ayelencaminoResumen16 de Julio de 2017
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http://www.trabajosocial.unlp.edu.ar/uploads/docs/2_carlos_matus_politica__planificacion_y_gobierno_.pdf
Capitulo 1: La Planificación como un problema de hombres
¿Estamos caminando hacia donde queremos? ¿Sabemos lo que queremos? ¿Hacemos lo suficiente para alcanzarlo? ¿Nos arrastran o conducimos? ¿Yo gobierno mi destino? ¿Mi país gobierna su destino?
Estas interrogantes disparan al blanco de la planificación y apuntan al centro del concepto de “Plan”. Planificación es intentar someter a nuestra voluntad el encadenado de acontecimientos cotidianos que, al final, fijan una dirección y una velocidad al cambio que inevitablemente experimente un país a causa de nuestras acciones. Pero no sólo de nuestras acciones. Los otros también intentan conducir, y a veces con más éxito que nosotros.
Nuestro destino se está construyendo incesantemente día a día, aunque no sepamos a ciencia cierta hacia donde nos conduce. De manera que quien enfrentarse al desafío de crear un futuro con su voluntad, poder y recursos, en cierto sentido navega contra la corriente, porque debe vencer una fuerza que contradice sus intenciones. Salvo que planifique para acelerar y acentuar las tendencias ya arraigadas en el sistema social, porque también se puede planificar a favor de la corriente. Pero ese no es el caso más común
Planificar, se trata de algo muy complejo, no solo por el número de variables que condicionan el éxito de nuestro propósito, sino además porque tales variables son difíciles de imaginar, enumerar y analizar. Es un proceso no reducible a una teoría bien estructurada y que requiere mucha experiencia, perseverancia y capacidad de aprendizaje en la práctica, además de fuerza y recursos para torcer el curso de los acontecimientos en la dirección deseada.
Todos somos responsables de mover o arrastrar la realidad hacia donde no queremos; pero, al mismo tiempo somos inconscientemente arrastrados en esa dirección que no deseamos. Todos conducimos el proceso de cambio situacional, pero sin capacidad de fijarle rumbo. Somos conductores conducidos.
Cada individuo reconoce su producción individual de hechos políticos, bélicos, económicos, sociales y culturales pero todos juntos, como agregado de productores sociales, no nos reconocemos como responsables de los resultados del sistema. Por eso hablamos de tercera persona de nuestro país. Decimos que marcha sin rumbo, y ocultamos que nosotros no le damos rumbo.
Nobel inventa la dinamita, pero no es responsable de las guerras. Einstein sienta los fundamentos teóricos de la teoría atómica, pero no es responsable del Hiroshima y Nagasaki. Un empresario sube los precios, pero no asume responsabilidad por la inflación. Sin embargo, ninguno de estos hechos podrían ocurrir sin nuestra participación.
Cuando decimos que planificar es intentar someter el curso de los acontecimientos a la voluntad humana, no dejar “que nos lleven” y tratar de ser “conductores” de nuestro propio futuro, nos estamos refiriendo a un proceso social. En este proceso social, el “hombre individuo” realiza un acto de reflexión superior y reconoce que solo la conciencia y fuerza del “hombre colectivo” puede encarnar tal voluntad humana y ponerse frente a la corriente de los hechos para desviar su curso hacia objetivos racionalmente decididos
la planificación surge como un problema entre los hombres: Primero, entre el “hombre individuo”, que persigue fines particulares y el “hombre colectivo”, que busca un orden y una dirección societal; y segundo, entre las distintas fuerzas sociales en que se encarna el hombre colectivo, que luchan por objetivos opuestos.
Si planificar es sinónimo de conducir conscientemente, entonces no existe alternativa a la planificación. O planificamos o somos esclavos de las circunstancia. Negar la planificación es negar la posibilidad de elegir el futuro, es aceptarlo tal como sea.
Si el hombre, un gobierno o una institución renuncian a conducir y se dejan conducir, renuncian a arrastrar y son arrastrados por los hechos, entonces renuncian a la principal libertad humana, que es intentar decidir por nosotros a donde queremos llegar y cómo luchar para alcanzar esos objetivos. La planificación es así una herramienta de las luchas permanentes que tiene el hombre desde los albores de la humanidad por conquistar grados crecientes de libertad. Cuando el hombre no conocía el fuego no tenía la libertad de elegir entre el frío o el calor; cuando descubre el fuego, el hombre puede optar. En términos de planificación situacional podríamos decir que es capaz de convertir una variante en una opción.
Usamos el término variante cuando el planificador se encuentra ante una alternativa en la cual no tiene el poder de decidir y la realidad decide por él
La planificación es una necesidad del hombre, y de la sociedad. Cada hombre es un gobernante de sus actos y allí construye y defiende su libertad. Pero también cada hombre, por acción u omisión, conciente o inconscientemente, decide para que el gobierno del sistema en que vive luche por ganar libertad de opciones o se entregue a las circunstancias. No sabemos si podemos conducir el mundo hacia donde queremos, pero no podemos renunciar a intentarlo. Y ese intento puede ser beneficiado por la planificación.
Capitulo 2; Necesitamos planificar?
¿Qué tipo de reflexión no es planificación?
la planificación se refiere al cálculo que precede y preside la acción
Llamaremos planificación al cálculo situacional sistemático que relaciona el presente con el futuro y el conocimiento con la acción. La reflexión que se inmediatista, tecnocrática y parcial no es planificación, y tampoco es planificación la reflexión que se aísla de la acción y deviene en manera investigación sobre el futuro.
Los 6 argumentos:
PRIMER ARGUMENTO: se necesita una mediación entre el futuro y el presente.
El hombre actúa produciendo actos acciones que revierten mas adelante sobre él mismo como efectos esas consecuencias también inciden sobre los otros hombres que coexisten con él en la situación, los cuales, a su vez, son igualmente productores de actos y acciones.
El mañana, construidos por todos nosotros, incidirá sobre mi o el OTRO abriendo posibilidades o enfrentándome a problemas. Ese mañana me afecta hoy, porque es hoy cuando puedo hacer algo para estar en condiciones de aprovechar las oportunidades de mañana o evitar los problemas futuros. Por lo tanto, el primer argumento que hace necesaria la planificación reside en que mi criterio para decidir que debo hacer hoy se refiere a si esa acción de hoy será eficaz mañana para mi.
Este argumento destaca la necesidad de prever las posibilidades del mañana para diseñar con anticipación la que debo hacer hoy. No debo esperar que el mañana ocurra, porque entonces actuare siempre tarde ante problemas ya creados u oportunidades que no puedo aprovechar.
Así como la luna se ve pequeña desde la distancia que la observamos, también nos parecen pequeños los problemas y oportunidades del futuro y, por consiguiente, con poco peso respecto a nuestras preocupaciones presentes. El hombre ahorra preocupaciones haciendo un descuento psicológico sobre los problemas futuros.
La exploración del futuro nos ayuda a decidir hoy más eficazmente.
SEGUNDO ARGUMENTO: se necesita prever cuando la predicción es imposible Lo que ocurrirá mañana generalmente no es predecible, porque el futuro no sólo depende de muchas variables cambiantes pero conocidas, sino de los hombres que crean esas variables como posibilidades que sobrepasan su propia imaginación e intenciones. Así, el futuro que nos afectará mañana e incide en la eficacia de nuestras decisiones de hoy depende, a veces en buena parte, de variables desconocidas e inimaginables que no podemos enumerar
Por lo tanto, el segundo argumento sobre la necesidad de la planificación descansa en la existencia de prever posibilidades para prever acciones, en consecuencia, ser oportunos y eficaces en la acción
TERCER ARGUMENTO: reacción veloz y planificada ante las sorpresas. Lo que ocurrirá mañana puede estar fuera del espacio de posibilidades que hoy puedo imaginar. Así, el mañana puede sorprenderme sin planes. En este caso se trata de prever como actuar mañana inmediatamente después de ser sorprendido ya que no puedo evitar las sorpresas completamente con mi cálculo predictivo y previsivo de hoy.
El tercer argumento se enunciar, entonces, como la necesidad de estar preparado para reaccionar veloz y eficazmente ante la sorpresa.
CUARTO ARGUMENTO: se necesita una mediación del pasado con el futuro
Si fallo en enfrentar las sorpresas con velocidad y eficacia, debo ser capaz de aprender de mis errores y pagar sólo el costo necesario de ellos. En consecuencia, debo prever la forma de aprender oportunamente del pasado reciente y poner ese conocimiento al servicio de los otros argumentos de este discurso. El cuarto argumento descansa, entonces, en la necesidad del aprendizaje de la práctica como mediación entre el pasado y el futuro.
QUINTO ARGUMENTO: se necesita una mediación entre el conocimiento y la acción.
existe la necesidad de reflexionar antes de actuar. Por esta vía surge el plan como un cálculo que precede y preside la acción
El quinto argumento sugiere, entonces, que entre la acción y el conocimiento de la realidad a su servicio, se requiere la planificación, aún como mero análisis del presente y para el presente.
SEXTO ARGUMENTO: se necesita coherencia global ante las acciones parciales de los actores sociales.
se necesita una acción central que persiga la coherencia global frente a las acciones parciales de los actores sociales, si es que queremos conducir el sistema social hacia objetivos decididos democráticamente por los hombres.
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