ENSAYO SOBRE “DE HAPPENINGS Y PERFORMANCES.”
Jhovanny CedanoApuntes26 de Mayo de 2018
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“DE HAPPENINGS Y PERFORMANCES.”
Mtra. Natividad Norma Medero Hernández
“Si hemos inaugurado o hemos de inaugurar una nueva etapa histórica llamada "Postmodernidad", no es algo absolutamente seguro; mas, de lo que sí podemos estar ciertos es del efecto que la asunción del punto de vista Postmoderno por parte de filósofos, historiadores, publicistas, autoridades y poderes fácticos varios está teniendo sobre la realidad que pretenden definir. Esa quiere ser mi perspectiva ante la Postmodernidad: tener en cuenta sus aportaciones novedosas pero, sobre todo, la influencia que han tenido sobre la propia realidad”[1].
Se apela tanto al happening como al performance, entre otras manifestaciones fenoménicas, para referir enunciados visibles de lo que se denominó como posmodernidad que, para algunos autores, resulta evidencia de un cambio epocal[2], mientras que para otros se revelará como neoestetización o “dominante cultural”[3]. Así encontramos diferentes visiones al respecto. Ahora bien, de lo que si se puede estar seguro es que existe como fenómeno socio-cultural que es necesario atender, para los fines de estas líneas, en tanto “... desborda los recipientes del arte”[4].
Dada la intencionalidad de este ensayo es indispensable una reflexión que de alguna manera aporte una sistematización de lo que al respecto se ha publicado en Cuba, o que se pudo encontrar en virtud de la colaboración de algunos colegas. Resulta importante hacer algunas precisiones que se piensan y se sienten pertinentes, como es el caso de: ¿Qué entender por happenings y qué por performances?.
Hace algunos años se publicó un trabajo de Tadeusz Pawlowski[5] con el título de “El performance”[6], donde el autor se propuso presentar los objetivos artísticos y sociales del performance; con ese fin se aproxima, según su punto de vista, al contenido y la esencia del mismo. Para lograrlo establece la relación entre happening y performance y en esta dirección afirma: “...el performance se desarrolló en cierta oposición al happening”[7], despliega entonces un análisis donde compara y contrapone los rasgos correspondientes a ambas tendencias del arte contemporáneo construyendo sus criterios acerca del performance. Más recientemente salió a la luz un ensayo de Glenda León[8] en el que la autora afirma que: “ happening y performance son por tanto, la misma cosa. Al cambiar las circunstancias cambian con ellas las preferencias, y por tanto las discriminaciones”[9]. En este caso, más que asumir uno u otro criterio es preferible apelar a algunas conceptualizaciones instrumentales que permitan clarificar el asunto. Para lograrlo es necesario tener en cuenta que todo término tiene una connotación semántica y esta a su vez depende de la época y contexto en el que este sea empleado. Una palabra puede incluso sugerir disímiles significados a objetos, fenómenos o acciones humanas.
Entonces, desde esta perspectiva los Happenings refieren acciones devenidas eventos según afirman la mayor parte de los textos consultados, y que son consumados por una única vez. Estos se desarrollan por regla general al aire libre, y los participantes ejecutan unas instrucciones desconocidas hasta el momento para ellos, aún cuando el artista-creador tenga esbozada con claridad la idea inicial (que bien puede ser un guión). La sorpresa desempeña en este caso el papel esencial.
Se encuentra toda una variedad de aproximaciones conceptuales al respecto. De todas las que se tuvo a manos se seleccionan las que se refieren a continuación:
- Según M. McLuhan es: “Una situación repentina sin argumentos”
- Jean-Jacques Lebel dice que: “El happening es ante todo un medio de expresión plástica. Al colocar físicamente a la pintura en (y no, a la manera de Pollock, por encima de) su verdadero contexto subconsciente; el happening efectúa las transmisiones, introduce al testigo directamente en el acontecimiento... es un arte plástico, pero su naturaleza no es exclusivamente “pictórica”; es también cinematográfica, poética, teatral, alucinatoria, social, dramática, musical, política, erótica, psicoquímica”.
- Mientras que Michael Kirby afirma que el Happening es: “Una forma teatral concebida premeditadamente, en la que elementos alógicos, inclusive la actuación no subordinada a modelos, se organizan en una estructura dividida en compartimientos”.
Por su parte, sería oportuno considerar a los performances como aquellas acciones que se realizan para hacer visible al arte, dentro del afán desacralizador de la neovanguardia, frente a las industrias culturales en la sociedad de masas ya no solo en relación a sus lenguajes sino también en relación con la idea del espacio del arte y del propio artista. En tal sentido designa “(...) una tendencia artística de muy largos antecedentes poco difundidos, a la que hemos traducido poéticamente como ARTE- ACCIONES por parecerse a la palabra atracciones, al mismo tiempo sugiere literalmente que-el-arte-acción-es”[10].Richard Schechner[11] en su valoración, a partir de un análisis lingüístico, lo ve como algo derivado del término to perform que en su forma sustantiva y verbal significa generalmente: “lograr, desempeñar, ejecutar con éxito, hacer algo según una norma que de la posibilidad de destacarse o sobresalir; así se emplea, por regla general, en relación con actos de la vida cotidiana: el sexo, el juego, los ejercicios profesionales, los negocios, entre otros. Pero que visto en función de su objeto de investigación se utiliza, además, para referir actuación, representación, realización de una acción en el escenario; mostrar un espectáculo que puede implicar a todas las manifestaciones del arte: una puesta teatral, una danza, un concierto o una propuesta de realización plástica.
DE HAPPENINGS.
Los happenings, como se señala con anterioridad, resultan acciones pero que aparecen en tanto eventos únicos, aún cuando se puedan repetir en alguna que otra ocasión o por varios días. Así, sería el caso de visitar en un momento dado un lugar específico, invitar a un amigo con el fin de rememorar un acontecimiento determinado, detenernos a observar algunos semblantes que por cotidianos o familiares se nos hicieron imperceptibles. Sólo que aún así, estas acciones comunes, cotidianas que emergen como algo extraordinario en lo ordinario en forma de determinados eventos, requieren de conocimientos y habilidades que son las que nos dan la posibilidad de ajustarnos a una intencionalidad.
El origen del happening podría remontarse, en la contemporaneidad, a la influencia del dadaísmo[12], y particularmente al surrealismo[13], en el llamado Teatro de la Crueldad de A. Artaud. Se sustentó en la práctica misma del collage en su sentido más abierto –en tanto utilización de fragmentos u objetos como de acciones y personas- más tarde considerado como collage en acción. El happening establecía una relación estrecha con el público que asistía a dichos eventos o espectáculos y a los que se les daba la posibilidad de participar directamente de los mismos.
Sin embargo, el antecedente directo de los happenings lo encontramos en, la Black Mountain College, una escuela de arte experimental estadounidense, donde John Cage[14] se propone defender un “arte que no sea algo diferente a la vida sino una acción en la vida”. Se realiza en forma de evento que se despliega a partir de la superposición de varios de estos siguiendo lo inesperado y lo nunca visto. Entre sus participantes, además de Cage, podemos citar a Robert Rauschenberg, el pintor; los músicos David Tudir y Jay Watt; la bailarina Merced Cunningham y los poetas Charles Olsen y Mary Caroline Richards. En 1952 logra Cage una obra totalmente innovadora, donde pone a una persona a leer un texto, al tiempo en que otra baila y una tercera produce sonidos, todo ello después de un mínimo ensayo. Este evento anunció un futuro de colaboración ilimitada entre artistas y más aún, la fusión de horizontes diversos a partir de cuestionar las fronteras de las artes.
En su concepción y desarrollo intervinieron, básicamente, tres medios expresivos: el plástico-visual, el musical -ya fuesen ruidos o sonidos- y el teatral; cierto es que en ocasiones incorporaron olores y sabores. No fueron solamente meras improvisaciones puesto que el artista-creador, en muchas ocasiones, preparaba un guión en el que se indicaban el escenario y las acciones, aunque siempre dejaban la libertad para el uso de situaciones espontáneas y para que los detalles quedaran a la libre elección de los actores-espectadores.
Ahora bien, para la mayor parte de los autores es al arte de Allan Kaprow[15] al que se identifica con el término Happening en tanto fuera el elegido por él, mientras que otros artistas, que cultivaron el género, optaron por otros como es el caso de Oldenburg que lo asume como performance; Brecht en tanto evento -suceso imprevisto-; para Beuys significó acción, entre otros. Kaprov, además, resaltó con insistencia la conducta común: mirar atrás la propia huella después de caminar por el desierto, atender la preparación de una comida- y además escribió sobre esos acontecimientos, que fueron manejados con otros términos como es el caso del environment o el land art.
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