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Adulto Mayor


Enviado por   •  25 de Agosto de 2013  •  1.636 Palabras (7 Páginas)  •  292 Visitas

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CUIDADO DE LOS ADULTOS MAYORES

La familia es una institución universal de la cultura que ha resistido el paso del tiempo. Sin embargo, sus formas varían, tanto desde una perspectiva histórica como geográfica, cultural, económica: no es lo mismo una familia rural, que una familia urbana, una familia toba que una familia criolla. Es importante tener en cuenta y ser respetuosos de esta diversidad, tanto a nivel individual como de los grupos familiares. La familia es transmisora de normas, de valores, de pautas, de sistemas de representación. El cuidador domiciliario deberá siempre intentar trabajar teniendo presente el contexto familiar, aún cuando el adulto mayor viva solo.

Recordemos también que una familia desinformada o alejada se convierte siempre en una usina de angustia o de desconfianza. El cuidador domiciliario no deberá juzgar a la familia ni hacer alianzas, a excepción de que exista sospecha de abuso o malos tratos, lo que requerirá la urgente derivación a profesionales expertos en la temática.

El grupo familiar ante la necesidad de ayuda de un cuidador domiciliario

La familia, en el momento que solicita la ayuda del cuidador, atraviesa un momento especial. Algunas de las vivencias por las que puede atravesar la familia son:

 Se sienten rebasados por la responsabilidad.

 Se sienten desvalidos en la tarea de cuidados, sin recursos (tanto materiales, instrumentales o de conocimientos).

 Sienten soledad para enfrentar la crisis de envejecimiento de sus padres.

 Se sienten culpables por sentir circunstancialmente fastidio ante los padres.

 Están enojados con algún otro miembro de la familia que no asume la cuota de responsabilidad y compromiso que le corresponde.

 Están necesitados de continencia afectiva (quieren que los comprendan, justifiquen, que les den una solución).

 Necesitan información y asesoramiento.

 Están deprimidos y angustiados por el propio envejecimiento y el de sus mayores.

Si bien las vivencias señaladas en el punto anterior pueden aparecer en cualquier familia, describiremos brevemente algunos tipos de familias con los que se puede encontrar el cuidador domiciliario, que responderán de manera distinta ante la incorporación de su presencia:

1. Familias epileptoides

2. Familias esquizoides

3. Familias hipocondríacas

4. Soluciones o respuestas adaptadas

1. Familias epileptoides:

Son familias “unidas”, con vínculos “pegoteados”, sin autonomía, con roles fijos. Los duelos son largos. Sus miembros tienden a conductas de sobreprotección. Este tipo de familia puede entrar en una etapa de desorganización y fuerte movilización afectiva. Los familiares pueden competir con el cuidador. Tal vez el adulto mayor no quiera recibir ayuda, ya que son familias que se resisten a cambios.

2. Familias esquizoides:

Son familias “desunidas”, con afectividad y comunicación pobre. Tienden al abandono y existe gran distancia emocional entre sus miembros.

Estas familias suelen depositar en la figura del cuidador un exceso de responsabilidad, y tienen una historia de autonomía precoz, de desafectación.

3. Familias hipocondríacas:

Son familias en las que la enfermedad y la muerte ocupan un argumento central en la manera de relacionarse. Suelen realizar demandas al cuidador domiciliario relacionadas sólo con el cuidado físico de la persona. En estos casos se debe estar atento ante riesgos relacionadas con la automedicación.

4. Soluciones o respuestas adaptadas:

Se trata de familias con roles diferenciados, con buena capacidad de identificación, con sentimiento de pertenencia familiar, con roles flexibles, capacidad de escucha y de aprendizaje, que dan respuestas adaptadas a la nueva situación.

En estos casos el cuidador domiciliario tiene espacio para el ejercicio de su rol, acompañando y nunca supliendo a la familia.

También pueden existir situaciones particulares que se deberán tener en cuenta como:

•La respuesta del cónyuge o de otro miembro de la familia: En los casos de parejas que conviven, ante el proceso de fragilización de uno de ellos pueden darse dos respuestas posibles: que sea de afecto y reparación, o de fastidio y hostilidad.

Si el vínculo entre la pareja fue muy intenso y tendieron a vivir replegados, el deterioro de uno de los miembros puede desembocar en “deterioro en cadena” del otro cónyuge. Lo mismo puede suceder cuando conviven hermanos solteros, viudos sin hijos que desarrollan vínculos de gran dependencia recíproca.

• Diferencia de edad entre los cónyuges. La diferencia de edad, negada en etapas previas, puede generar angustia y confusión ante la irrupción de un proceso de deterioro. Pueden así producirse actitudes negadoras y de suma exigencia para con el adulto mayor.

• Nuevas configuraciones familiares. La familia postmoderna del Siglo XXI. Así como hablamos del proceso de envejecimiento a nivel individual, también las familias se han envejecido. Se las llama “familias verticalizadas” y tienen la particularidad de coexistir muchas generaciones de pocos miembros.

Los hijos de los adultos mayores suelen ser también adultos mayores, aparece con mayor frecuencia el rol del bisabuelo. Observamos además el pasaje de la familia extensa a la familia nuclear, y la aparición de familias “ensambladas”.

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