Didactica

Es de suma importancia la concepción que el docente tenga de su propia labor y de su papel dentro de la sociedad en la que está ubicado. La práctica docente es ante todo una práctica social. Su cabal comprensión implica abordarla desde los niveles del análisis social, escolar y de aula. Su posible transformación supone rescatar para ella una dimensión más amplia que la del salón de clase. Esto nos lleva al examen del concepto de sociedad y a la relación de ésta con la educación, así como a concretar esto en el análisis de la escuela y del aula.

Las diferentes concepciones sobre sociedad que existen han generado diversas concepciones de la educación, que perciben la problemática docente en forma totalmente divergente.

Se considera a la sociedad como una asociación humana heterogénea con intereses distintos (políticos, económicos e ideológicos), que a su vez condicionan modos distintos de educación e instrucción, sostiene que la educación y la ciencia están comprometidas y son expresión de los conflictos sociales. Con esta óptica, la sociedad está supeditada al devenir de un proceso histórico en el que se dan contradicciones y conflictos.

Llevada esta concepción al campo educativo, se concreta en la búsqueda de formas diferentes de vinculación entre profesores y alumnos, y de éstos con la institución educativa en que tiene lugar. Así como el tipo de tarea que juntos emprenden. Es aquí donde el docente debe detenerse a reflexionar sobre su propia práctica docente y tomar una posición que es la que orientará su quehacer educativo.

La educación se experimenta simultáneamente como instancia enajenante y como posibilidad liberadora. Es importante para el educador recuperar su práctica transformadora y concientizadora, principalmente conservar para ésta éste carácter, además es una obligación permanente, examinarla rigurosamente para detectar los valores dominantes y mecanismo de represión para inhibir la toma de conciencia (profesores y alumnos), roles que han asumido inconscientemente, tales como el autoritarismo, el dogmatismo, el conformismo y la sumisión, los cuales impiden la realización de un acto educativo cuyo objetivo es la búsqueda de la verdad y la libertad.

La educación es un proceso de social y se divide en formal e informal, para fines didácticos llamaremos educación formal a los procesos que tienen lugar en la escuela, donde se concretan los proble¬mas de finalidad, autoridad, interacción y currículo que constituyen la problemática básica del docente y en los cuales se refleja la sociedad entera.

Para concluir, ya teniendo claro los conceptos anteriores y la estrecha relación entre escuela y sociedad, puedo decir que el docente no solo debe limitarse al cumplimiento de objetivos planteados en los planes y programas educativos, sino involucrarse a fondo en las situaciones que se

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