EL DENGUE
frankskioshi18 de Octubre de 2013
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INTRODUCCIÓN
Las enfermedades infecciosas constituyen la primera causa de muerte en el mundo, tanto en adultos como en niños. Más de 13 millones de personas mueren anualmente por enfermedades infecciosas emergentes y reemergentes, tales como la malaria, la tuberculosis, el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), la fiebre hemorrágica producida por el virus Ébola, el síndrome respiratorio agudo grave (SARS), la infección por el virus del Nilo Occidental y el dengue.
El virus del dengue (DENV, acrónimo oficial) pertenece al serocomplejo dengue, género Flaviviridae. Este serocomplejo está conformado por cuatro serotipos denominados DENV1, DENV2, DENV3 y DENV4. Los cuatro serotipos circulan periódicamente en áreas endémicas e hiperendémicas y, sin distinción alguna, todos causan la enfermedad conocida como dengue.
Esta enfermedad es transmitida por mosquitos hembras del género Aedes (especies aegypti y albopictus), distribuidos actualmente en todos los países tropicales y subtropicales del mundo, lo que permite que circulen, cada vez con menos restricciones ecológicas, tanto el virus como el mosquito.
La circulación del DENV entre humanos y mosquitos se presenta cuando el mosquito se alimenta con la sangre de un individuo virémico. Así, el mosquito al ingerir sangre humana infectada, favorece la infección de las células epiteliales de su intestino; luego, las partículas virales producidas en estas células, son liberadas al hemocele y hacia algunos órganos del mosquito, como las glándulas salivales, las cuales se convierten en órganos de reservorios para el virus.
La infección en el humano se presenta cuando este mosquito infectado pica nuevamente para alimentarse, liberando saliva y virus. Luego de cuatro o cinco días, el paciente desarrolla fiebre y dolores generalizados, y se puede detectar virus en la sangre (viremia); después, hay un periodo de disminución de la fiebre y de recuperación que no deja secuelas. Sin embargo, durante la infección, otros pacientes desarrollan cuadros clínicos más graves, como hemorragias y choque hipovolémico, que pueden dejar secuelas o incluso causar la muerte. Por ello, en el presente trabajo monográfico, hablaremos sobre todo lo que concierne al dengue, tanto desde su aspecto individual hasta su aspecto como agente patógeno para nuestra salud.
CAPÍTULO I: HISTORIA DEL DENGUE
Una enfermedad similar al dengue fue descrita en China en el siglo III durante la dinastía Chin (aproximadamente 265-420 d.C.). En los siglos VI y X, correspondientes a la dinastía Tang (610 d.C.) y durante la dinastía Song (992 d.C.), se hicieron reportes de casos similares. La gente de ese tiempo llamaba a la enfermedad “agua venenosa” debido a la asociación de fuentes fluviales e insectos voladores. La descripción clínica incluía fiebre, exantema, artralgias, mialgias y manifestaciones hemorrágicas. Luego de casi siete siglos, aparecieron casos similares en las Guyanas Francesas y Panamá, en los años 1635 y 1699 respectivamente. Un siglo después surgieron varios casos en El Cairo, Filadelfia, Sevilla y muchas otras ciudades. Se sugirió entonces sobre la posibilidad de una pandemia, dándose el primer registro histórico de la diseminación de una enfermedad similar al dengue en 1788. Interesantemente, esta coincidió con el auge de la navegación comercial. Una segunda pandemia se dio desde África hasta la India y de Oceanía hasta América, desde 1823 hasta 1916.
El término “dengue” se originó en América entre 1827 y 1828, a raíz de una epidemia en el Caribe que cursaba con fiebre, artralgias y exantema. Los esclavos provenientes de África identificaron a esta entidad patológica como dinga o dyenga, homónimo del Swahili Ki denga pepo, que significa Ataque Repentino (calambre o estremecimiento) provocado por un “espíritu malo”.
El primer reporte de fiebre hemorrágica del dengue o síndrome de choque por dengue, se describieron en una epidemia ocurrida en 1954 en Filipinas. En algunas investigaciones se detallan que la primera epidemia de dengue clásico, del siglo XX, en América, comprobada por laboratorio, ocurrió en la región del Caribe y en Venezuela en los años 1963-1964, donde el virus DENV3 fue el serotipo circulante. Años antes, entre 1953-1954, en situación no epidémica, se había descrito en Trinidad y Tobago al virus mencionado. Entre los años 1968-1969 otra epidemia afectó algunas islas del Caribe, aislándose los serotipos de DENV2 y DENV3. En 1977 el serotipo DENV1 fue introducido en América a través de Jamaica, el que se diseminó por la mayoría de las islas del Caribe causando epidemias y también afectó a algunos países centroamericanos (Belice, Honduras, El Salvador, Guatemala, México) y sudamericanos (Colombia, Venezuela, Guyana, Suriname), abarcando incluso a Texas en EEUU.
En la década de 1980 la magnitud del dengue se incrementó, llegando en 1982 al norte de Brasil con los serotipos DENV1 y DENV4; en 1986 afectó Río de Janeiro con el serotipo DENV1, posteriormente, se presentaron brotes en Bolivia (1987), Paraguay (1988), Ecuador (1988) y el Perú (1990), en todas con el serotipo DENV1. Si bien hubo una comunicación del serotipo DENV4 en el brote del Perú (NAMRID), este hallazgo no fue confirmado posteriormente y el serotipo que circuló en 1990 en Iquitos y otras ciudades de la Amazonía correspondieron al serotipo DENV1.
EL serotipo DENV4 fue introducido en 1981 y desde entonces los serotipos DENV1, DENV2 y DENV4 han sido transmitidos simultáneamente en muchos países de América donde Aedes aegypti estaba presente. El serotipo DENV3 reaparece desde 1994 en Nicaragua, este serotipo constituye un riesgo importante ya que prototipos de este han sido asociados con la forma hemorrágica de la enfermedad.
En el Perú, los primeros reportes de brotes de un síndrome febril compatible con dengue clásico, fueron descritos en 1700, 1818, 1850 y 1876, aunque no se tuvo confirmación laboratorial.
CAPÍTULO II: DEFINICIÓN DEL DENGUE
El virus del dengue es un arbovirus (“arbo” acrónimo del inglés arthropod-borne, transportado por artrópodos) y pertenece al género de Flavivirus, familia Flaviviridae, un grupo de más de 68 agentes virales agrupados por su relación serológica y por la determinación de secuencias genómicas; al menos 30 de estos virus causan enfermedad en los humanos.
La familia Flaviviridae agrupa virus ARN de cadena simple en sentido positivo que se multiplican en células de vertebrados y de insectos vectores; su replicación lo realiza en el citoplasma y salen por gemación de las membranas internas. Esta familia está representada por tres géneros: Flavivirus (It flavus, amarillo), Pestivirus (It pestis, peste, plaga) y virus de la hepatitis C y G (gr hepato, hígado; también conocidos como hepatacivirus). El género Flavivirus reúne en su mayoría (55%) a virus asociados con enfermedades humanas y algunos patógenos de animales domésticos o de interés económico. Además, consta de más de 70 virus clasificados en diez grupos (o especies), entre ellos el virus dengue.
CAPÍTULO III:
ESTRUCTURA
DEL VIRUS
DEL DENGUE
El DENV es un virus icosaedro de 50 nm, aproximadamente, conformado por una membrana lipídica (obtenida de las células del huésped), sobre la cual se insertan las proteínas de membrana y de envoltura. El interior del virus contiene el complejo riboproteico conformado por la proteína de la cápside y el genoma viral que consiste en una única hebra de ARN de sentido positivo que codifica para un polipéptido único, que contiene tanto las proteínas estructurales, que harán parte de la partícula viral, como las proteínas no estructurales, que intervienen durante los procesos de ensamblaje y replicación del ARN genómico, entre otras.
1. PROTEÍNAS ESTRUCTURALES:
• PROTEÍNA C:
La proteína de la cápside, también conocida como proteína core o de cubierta, pesa 11 kDa, aproximadamente. Su estructura secundaria consiste en cuatro hélices alfa que cumplen diferentes funciones: las hélices 3 y 4 son hidrofóbicas y anclan la proteína a la membrana del retículo endoplásmico.
La hélice 1, ubicada en el extremo N-terminal de la proteína y orientada hacia el citoplasma, posee aminoácidos de carácter básico que se asocian y unen fuertemente al RNA genómico recién sintetizado; de esta manera, se forma el complejo riboproteico o nucleocápside que protege al RNA viral de la degradación y promueve la organización del RNA en el interior de la partícula viral en formación. La nucleocápside se estabiliza por la interacción de varios homodímeros antiparalelos de la proteína C, que rodean con gran afinidad y especificidad a la hebra de ARN viral.
La hélice 2 posee una naturaleza muy hidrofóbica que interviene durante el ensamblaje de la ribonucleoproteína y de la partícula viral. En el primer caso, actúa como una bisagra que favorece el acercamiento del ARN viral al resto de la proteína C anclada en la membrana del retículo endoplásmico. Por otro lado, la hélice 2 recluta pequeñas gotas lipídicas (lipid droplets), presentes en el citoplasma, que
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