El Modelo Biomédico

El Modelo Biomédico

La medicina comenzó a tener un auge en la sociedad a comienzos del siglo XIX desde el momento en que comenzó a basarse en un método reduccionista y dualista, en un modelo biomédico ya que a partir de este es que se hicieron los mayores descubrimientos en la medicina, además de que se regía o bueno se rige según una visión cartesiana en la que el cuerpo humano es considerado una máquina que puede analizarse desde el punto de vista de sus partes, y la enfermedad es el funcionamiento defectuoso de los mecanismos biológicos que se estudian desde el punto de vista de la biología celular y molecular, en donde la tarea del médico es intervenir, física o químicamente, para corregir las disfunciones de un mecanismo específico.

De esta manera y basando sus investigaciones en esta “revolución cartesiana” es que muchos científicos como William Harvey que  logró explicar el fenómeno de la circulación sanguínea,  Claude Bernard y sus experimentos que permitieron conocer más a fondo casi todas la estructuras del cuerpo humano, o Pasteur que demostró claramente la correlación existente entre las bacterias y la enfermedad y gracias a esto dio con la teoría de los gérmenes, y la medicina occidental tuvo bastantes cambios en relación a su estructura y forma de atender y dar con los resultados a los pacientes.

Podría decirse que en especial Louis Pasteur fue el que desencadenó una gran cantidad de investigaciones y descubrimientos que ayudó a avanzar a la medicina, como por ejemplo en el campo de la cirugía, aportando el hecho de que los microorganismos no solo afectaban a la evolución de una enfermedad, sino que también podían afectar la infección de las heridas quirúrgicas y esto conllevó al descubrimiento del método antiséptico y posteriormente el aséptico, en el que todo objeto que entre en contacto con la herida había de estar totalmente libre de bacterias.

El primer adelanto significativo fue la aparición de gran cantidad de medicamentos y vacunas para combatir las enfermedades infecciosas. Primero fueron las vacunas contra las enfermedades causadas por bacterias-fiebre tifoidea, tétanos, difteria y muchas más- y luego las causadas por enfermedades virulentas. Este gran descubrimiento les dio pie a los médicos para que pudieran controlar todas esas enfermedades tropicales que eran la causa de muerte de la mayoría de personas en esas épocas. El descubrimiento de la penicilina en 1928 anunció el comienzo de la era de los antibióticos, que luego con los catalizadores bactericidas y la amplia gama de fármacos psicoactivos ayudaron a controlar muchos de los síntomas de las enfermedades, pero que luego lastimosamente desencadenaban efectos secundarios o podían agravar la enfermedad.

Junto con los adelantos en la biología realizados en el siglo XIX, también se hicieron en el campo de la tecnología, como por ejemplo el estereoscopio, aparatos para tomar la presión sanguínea, y entre muchos otros que se fueron desarrollando a medida que pasaba el tiempo.

Con todos estos avances tanto biológica como tecnológicamente la atención de los médicos se  fue desplazando del paciente a la enfermedad. En este punto de la historia las patologías se localizaban, se diagnosticaban y se etiquetaban según el sistema de clasificación y se les estudiaba en hospitales, en centros de diagnóstico, de terapia y de enseñanza. Y este hecho de la clasificación desencadenó la tendencia a la especialización lo que vuelve aún más reduccionista el tema de la medicina.

Si bien es cierto que el modelo biomédico ha arrojado resultados espectaculares pero es evidente que muestra cada vez más limitaciones. Es bien sabido que hoy en día se puede hacer trasplante de órganos y operaciones a corazón abierto, pero muchas de las enfermedades que se enfrentan con una tecnología de avanzada y carísima pueden preverse simplemente cambiando los hábitos alimenticios que privilegian las grasas y las proteínas y cambiando el tipo de vida sedentaria.

Este hecho de la prevención casi no tiene cabida en este modelo biomédico ya dentro de las facultades de medicina, lastimosamente, rara vez se discuten muchas cuestiones fundamentales para la salud como lo es la alimentación, el trabajo, la densidad de población y la casa, y por consiguiente hay muy poco espacio para la asistencia sanitaria preventiva. Y cuando un médico intenta meterse en este campo de la prevención se remite al esquema reduccionista, y sabiendo que este es tan limitado no se puede esperar mucho de los resultados. Con respecto a esto John Knowles, presidente de la asociación Rockefeller dice, “Aún no tenemos suficientes datos sobre los mecanismos biológicos básicos de la mayoría de las enfermedades para dar una orientación clara a las medidas preventivas”.

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