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El Yaguarete Analisis De Proyecto

6 de Julio de 2014

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Introducción

El objetivo de este trabajo es presentar un panorama general de la situación poblacional

del yaguareté en la Argentina y evaluar posibles escenarios y soluciones

para la crisis que enfrenta esta especie. El conocimiento de su situación poblacional todavía

es escaso y desparejo. Para las Yungas y el Chaco existen relevamientos de su presencia.

Yaguareté

Características:

Es un carnívoro felino del género Panthera y la única de las cuatro especies actuales de este género que se encuentra en América. También es el mayor felino de América y el tercero del mundo, después del tigre y el león. El yaguareté es el felino de mayor tamaño del continente americano. Puede pesar entre 70 y 130 kilos, y desde el lomo al suelo mide 80 centímetros. Su pelaje tiene un color de base amarillo anaranjado, salpicado de rosetas negras dispuestas irregularmente. La región ventral es blanca. La subespecie que habita en la Argentina es la de mayor tamaño.

Acá se encuentran las características:

http://www.taringa.net/posts/imagenes/2100252/El-yaguarete.html

http://www.animalesenpeligro.com.ar/el-yaguarete

Nombre

El yaguareté ha recibido diferentes nombres, de acuerdo con los grupos humanos a lo largo de América. Para los araucanos es nahuel para los tobas, kiyué; en guaraní, yaguá eté. También se lo (lama jaguar, tigre, tigre americano. su nombre científico es Leo oncapalusuis (Ameghino). Pertenece a la clase de los mamíferos, orden carnívoro y familia felidae. t..a legislación argentina prohíbe totalmente la comercialización de ejemplares vivos o sus restos para vender pieles o realizar trofeos.

Sus crías

Los cachorros nacen después de unos 100 días de gestación. Pueden ser entre uno y cuatro, aunque lo más común es que sean dos. La madre les prodiga cuidados por dos años, hasta que los cachorros se independizan.

Por qué está en peligro

El hombre ha perseguido al yaguareté desde mucho tiempo atrás, dado que to consideró peligroso para el ganado o para su propia vida. Además, su piel ha sido siempre un trofeo valioso. Actualmente el mayor problema se debe a la profunda alteración de los ambientes naturales donde vivía el yaguareté, debido a la explotación agropecuaria o de energía.

Para conocerlo..

Avanza sin ruido, esquivando cada rama como si la conociera desde hace años. Tan rápido, que su tránsito por el sotobosque se confunde con miles de destellos de luz y sombra que las copas, mecidas por el viento, proyectan sobre el suelo. Sin embargo, no corre, no tiene por qué. Sólo lo hace al cazar, en brevísimos y contundentes trechos. Casi nunca para huir. Es un yaguareté, el más respetado de los animales salvajes donde quiera que le toque vivir.

Aca se encuentra para conocerlo:

http://www.ecojoven.com/dos/12/yaguarete.html

¿Por qué conservar al yaguareté?

Existen muchos argumentos por los cuales se debería asegurar la conservación de las poblaciones

de yaguareté que habitan en el país (Miller y Rabinowitz, 2002). Primero, el yaguareté,

también conocido como jaguar o tigre americano, es un símbolo con un alto valor

cultural para los pueblos indígenas y demás habitantes del norte del país, donde se encuentra

presente en la mitología, los cuentos y las leyendas tradicionales, así como también

en el arte gráfico. Es una imagen fuerte que, en destinos turísticos como Misiones,

Salta y Jujuy, ayuda a atraer a personas de todo el mundo. Perder al yaguareté puede significar

perder una pequeña porción del mercado ecoturístico, costo que podría superar varias

veces los de las ocasionales pérdidas de animales domésticos causadas por este felino.

En términos ecológicos, su extinción significa perder un proceso ecológico clave de

la selva: la depredación. Existe evidencia científica del importante rol que cumplen los

depredadores en las comunidades donde habitan (Terborghet al., 1999, 2001). Además de

su importancia económica y ecológica, el yaguareté, en combinación con otras especies,

sirve como especie indicadora de ambientes en buen estado. También puede servir como

especie focal o bandera para guiar esfuerzos de conservación. Por ejemplo, el Paisaje de

Conservación de la Biodiversidad del BAAP (Di Bitettiet al., 2003) fue diseñado considerando

al yaguareté como una “especie paraguas” (ver recuadro “El yaguareté como ‘es-

pecie paraguas’”) y asumiendo que, al conservar esta especie, muchas otras, con menores

requerimientos de espacio, podrían ser conservadas. Además de estos argumentos principalmente

prácticos, hay razones éticas y estéticas por las cuales se deberían hacer mayores

esfuerzos por conservar esta especie. Sin embargo, al analizar la situación de conservación

del yaguareté, no se debe olvidar que en la percepción de algunos argentinos, especialmente

pobladores rurales de áreas con presencia de este felino, el yaguareté es una

plaga, un peligro que debería erradicarse, a pesar de que no hay evidencia sustancial de

que así sea.

La situación del yaguareté en la Argentina

El yaguareté se distribuye actualmente desde el norte de México hasta el norte de la Argentina

(Medellín et al., 2002). En tiempos históricos, ocupó la mayor parte del centro y

el norte de la Argentina y, hoy en día, ocupa sólo entre un 10 y un 15% de su distribución

histórica (Perovic, 2002), como consecuencia de una drástica reducción poblacional que

ocurrió en los dos últimos siglos. En la actualidad sobrevive en pequeñas poblaciones en

el extremo norte del país, en las provincias de Salta, Jujuy, Formosa, Chaco, Santiago del

Estero y Misiones. En la Argentina, la especie está categorizada como en peligro de extinción

(Díaz y Ojeda, 2000).

La situación del yaguareté en las Yungas

Desde 1991 se desarrollaron diversos estudios en esta región, inicialmente para establecer la distribución

del yaguareté y la magnitud del daño que éste ocasionaba sobre las actividades humanas en

el noroeste argentino (Perovic 1993, 1998). Posteriormente, estos estudios se ampliaron y comprendieron

trabajos sobre dieta, ecología, manejos alternativos, biología de la conservación y ecología

de la comunidad de félidos (Perovic y Gato, 1999; Perovic, 2002 a y b). Como resultado de los datos

obtenidos durante estos trabajos sobre la base de huellas y avistajes en el Parque Nacional Calilegua

y alrededores, se estimó que el territorio de la especie abarcaba, aproximadamente, entre 140

y 145 km2 (Perovic y Gato, 1999). Sin embargo, estudios posteriores con datos obtenidos a través

del monitoreo de un individuo hembra con un collar satelital estimaron un territorio de 180 km2 (Perovic,

datos no publicados). Estos grandes requerimientos territoriales, comparados con estudios en

ambientes similares (e.g., Crawshaw, 1995), indican que la densidad es muy baja y evidencian una

situación poco alentadora para la conservación de la especie en las Yungas.

Las causas por las que se llegó a esta situación son diversas y varían regionalmente, aunque resultan

similares a las de toda su área de distribución y se pueden reconocer, entre las principales,

la pérdida y/o la conversión del hábitat, la caza (por diferentes motivos) y la falta de implementación

de las leyes vigentes. Tal vez, la principal causa de la disminución de la especie sea

la pérdida y/o la conversión del hábitat. Por ejemplo, en los alrededores del Parque Nacional Calilegua,

la conversión del hábitat natural a tierras bajo explotación agrícola removía alrededor

de 1.000 ha por año hasta, aproximadamente, 1998 y 1999 (Somma, com. pers.). Sin embargo,

esta actividad se vio fuertemente incrementada en los últimos años, ya sea para sumar nuevas

tierras para la agricultura (principalmente, para el cultivo de caña de azúcar, citrus y soja) o para

emprendimientos mineros (principalmente, gasoductos). La caza es otro de los factores que

impactan fuertemente sobre la especie en las Yungas. Aunque es realizada por diferentes motivos,

la de mayor incidencia es la realizada por los ganaderos a los que el yaguareté les depreda

el ganado. En las Yungas, la remoción de individuos fue, entre 1995 y 1999, de seis a siete animales

por año (Perovic, 1999), tasa superior a la de la repoblación de la especie.

En las Yungas existen alrededor de 200.000 ha protegidas entre los Parques Nacionales Calilegua y

Baritú, y varias reservas provinciales y privadas donde se encuentra la especie; sin embargo, esto

no alcanza para mantener una población viable. Recientemente se creó la Reserva de Biosfera de

las Yungas, con alrededor de 1.300.000 ha por lo que, con esta iniciativa, existe una buena disponibilidad

de hábitat para esta especie. Sin embargo, sin la implementación de las leyes vigentes la población

del yaguareté de las Yungas está en serio riesgo de desaparecer en los próximos años.

La situación particularmente

...

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