FACTORES CONTRIBUTIVOS DE SUFRIR EVENTOS ADVERSOS LOS PACIENTES CON DIABETES Y ENFERMEDAD RENAL EN ALICANTE Y MADRID ENTRE FEBRERO Y MAYO DEL 2010
Juanita Esmeralda Cucunubo CucunuboDocumentos de Investigación5 de Septiembre de 2021
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FACTORES CONTRIBUTIVOS DE SUFRIR EVENTOS ADVERSOS LOS PACIENTES CON DIABETES Y ENFERMEDAD RENAL EN ALICANTE Y MADRID ENTRE FEBRERO Y MAYO DEL 2010
Estudiantes:
Juanita Esmeralda Cucunubo Cucunubo
Ivana Vanesa Peñaranda Rojas
Victoria Liñeiro Mejía
Asesor:
Mery González Delgado
Fundación Universitaria del Área Andina
Facultad de Ciencias de la Salud y del Deporte
Escuela de Posgrados en Salud
Especialización en Auditoria en Salud
Bogotá
2021
FACTORES CONTRIBUTIVOS DE SUFRIR EVENTOS ADVERSOS LOS PACIENTES CON DIABETES Y ENFERMEDAD RENAL EN ALICANTE Y MADRID ENTRE FEBRERO Y MAYO DEL 2010
TRABAJO DE GRADO COMO REQUISITO PARCIAL PARA OPTAR POR EL TITULO DE ESPECIALISTA EN AUDITORIA EN SALUD
Autores:
Juanita Esmeralda Cucunubo Cucunubo
Ivana Vanesa Peñaranda Rojas
Victoria Liñeiro Mejía
Asesor:
Mery González Delgado
Fundación Universitaria del Área Andina
Bogotá
2021
Tabla de contenido
Introducción 4
Planteamiento del Problema 6
Justificación 8
Objetivos 10
Marco Teórico 11
Marco Legal 13
Marco Conceptual 14
Cronograma 15
Recursos 16
Presupuesto 17
Referencias 18
Introducción
Teniendo en cuenta que la seguridad del paciente, es un componente de la calidad asistencial y el cual ha adquirido una gran relevancia en los últimos años tanto para los pacientes y familias como para los gestores y profesionales que desean ofrecer una asistencia sanitaria segura efectiva y eficiente. Así mismo, la calidad de la atención es una prioridad para las principales organizaciones internacionales de salud como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Unión Europea, el Consejo de Europa y para diversas autoridades sanitarias, sociedades profesionales y organizaciones de pacientes.
El Ministerio de Salud y Protección Social (MPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el 2008 definieron la seguridad del paciente como “la ausencia o reducción, a un nivel mínimo aceptable de riesgo de sufrir un daño innecesario de la atención sanitaria”. (Organización Mundial de la Salud 2008). Otra definición, acuñada por el Instituto de Medicina de Estados Unidos, se refiere a: “conjunto de elementos y metodologías basadas en evidencia científicamente probada, para minimizar el riesgo de sufrir un evento adverso en el proceso de atención de salud o mitigar sus consecuencias”. (Instituto de Medina de los Estados Unidos – OMI).
Como se puede observar, la seguridad está fuertemente relacionada con la calidad y es una de las dimensiones más valorada actualmente en las organizaciones sanitarias; como prueba, su incorporación en los objetivos estratégicos de los distintos servicios de salud. Entre éstos, se encuentran la implantación de sistemas de gestión de riesgo asistenciales. Por ello, los profesionales de la salud y en particular, el personal de enfermería, juega un papel importante en la continuidad de los cuidados y la seguridad del paciente. Con lo cual, la calidad de la atención en el paciente que se somete a tratamiento de sustitución renal es una prioridad, ya que, en la actualidad, la enfermedad renal crónica (ERC) es un problema de salud pública mundial, debido a que se encuentra dentro de las principales causas de morbimortalidad ya que se presenta desde edades tempranas.
La frecuencia con la que pacientes ingresados sufren un evento adverso oscila, según los estudios retrospectivos, entre un 4 y un 17% y alcanza el 31% en estudios prospectivos. Las reacciones a los medicamentos son, por lo que sabemos, el Evento Adverso más frecuente (19%), seguido de las infecciones nosocomiales de herida quirúrgica (14%). Un 50% de estos Eventos Adversos podrían haberse evitado según estos estudios. En diálisis, hasta 9 de cada 100 pacientes sufren un evento adverso mensualmente. (J.J. Mira, 2012).
En el caso de evento adverso en atención primaria existe mayor variabilidad y las cifras de frecuencia de evento adverso oscilan entre el 2 y el 76% del total de consultas. La mitad de estos eventos adversos están relacionados con la medicación. En un reciente estudio prospectivo realizado con pacientes diabéticos tipo 2, la actuación profesional estuvo en la génesis de un 6% de los eventos adversos y los problemas de comunicación médico-paciente ocasionaron un 59% de los eventos adversos identificados.
En las encuestas a pacientes se observa también variabilidad en las cifras, oscilando la frecuencia de eventos adversos cuando se pregunta por hospitalizaciones recientes entre un 6 y un 13%. En estas cifras influye el tipo de pregunta que se formula.
En atención primaria en España, un 6,2% dijo haber sufrido un evento adverso y un 17,6% de los pacientes adultos y el 13,7% de los pediátricos solicitó segunda consulta por complicaciones o reacciones inesperadas con su tratamiento. En dos estudios sucesivos realizados en Adelaida (Australia) un 4,2 y un 6,5% de los pacientes, respectivamente, informaron haber sufrido un evento adverso que les había ocasionado algún daño o lesión. (J.J. Mira, 2012)
Existen diversos estudios que determinan los factores de riesgo relacionados a los eventos adversos por la Diabetes y Enfermedad Renal. Uno de ellos son las infecciones del angioacceso en la que los factores de riesgo descritos son el tipo de acceso vascular, número de hospitalizaciones, estado nutricional, número de revisiones y la zona de residencia. Otro tipo de evento adverso son los eventos cardiovasculares y los factores de riesgo como la edad, y la desnutrición. En otro estudio realizado en Nigeria en el que se tomó a la hipotensión intradialítica como evento adverso se asoció como factor de riesgo la nefropatía diabética.
El objetivo de esta investigación es analizar los factores contributivos para la presentación de eventos adversos en pacientes diabéticos y con enfermedad renal en los hospitales de Alicante y Madrid entre febrero y mayo del 2010.
Planteamiento del Problema
La seguridad del paciente, dimensión esencial de la calidad asistencial, implica desarrollar estrategias para reducir el daño innecesario al paciente asociado a la asistencia sanitaria, y se ha subrayado como una necesidad de la práctica clínica, para lo cual es necesario que el paciente también sea consciente de los riesgos inherentes de la práctica clínica.
Según estudios iniciales de Holley sobre los eventos adversos y errores médicos en pacientes con enfermedad renal, reportaron una tasa de error de 1 en 733 tratamientos y observaron eventos de acceso, errores de medicación, coagulación del circuito y caídas de pacientes como uno de los eventos más comunes.
Se evidencio que los pacientes con enfermedad renal presentan altas tasas de morbilidad y mortalidad persistente, a pesar de los prometedores avances técnicos desarrollados durante los últimos 15 años. En Europa, las tasas de supervivencia de los pacientes con enfermedad renal entre 2002 y 2006 fueron de 78,7% después de un año y 65,8% después de 2 años; sin embargo, la supervivencia mejoró en un 10% con relación a los pacientes con enfermedad renal en 1997 a 2001. Esta mejora, a pesar del aumento en la edad y la prevalencia de la diabetes, se debe principalmente a la importancia relativa de la calidad de la atención.
Según numerosos estudios se ha documentado que un mayor riesgo de muerte y hospitalización se asoció con niveles más bajos de adecuación en diálisis, aumento de la anemia, valores más bajos de albúmina sérica, y uso de un acceso vascular diferente a una fístula arteriovenosa (FAV) para hemodiálisis.
En consecuencia, las guías de práctica clínica, como la Enfermedad Renal “Outcomes Quality Initiative” (KDOQI) o la Guía Europea de Buenas Prácticas (EBPG) fueron desarrolladas con el fin de mejorar la calidad de la atención y los resultados de los pacientes de hemodiálisis.
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