Final Trabajo Práctico
Maia1123Informe16 de Noviembre de 2015
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Trabajo Práctico
“Derechos Humanos”
Asignatura: Política
Profesora: Anabela Ejsmut
Alumnos: Cardozo González, Melina
Cova, Alan
González Carucci, Macarena
Jofré, Estefanía
Kiszkiewicz, Carolina
Salas, Franco
Curso: 5° Humanidades
Ciclo Lectivo: 2015
Introducción
En este trabajo vamos a hablar del tema: antisemitismo y los horrores de la Segunda Guerra Mundial.
Al nombrar a la Segunda Guerra Mundial ya todos tenemos idea de que hecho histórico estamos hablando. Al hacer referencia a éste, nos remontamos al año 1939 cuando varios países de Europa empiezan un conflicto bélico que luego se fue expandiendo por varios países más, hasta llegar al continente americano. Esta guerra fue una de las más cruentas en la historia de la humanidad, dejando un gran saldo de víctimas y devastaciones en todas las ciudades europeas. Lo que más caracterizo a este hecho fue la puesta en marcha del conocido Holocausto, donde se discriminaba a los judíos, por parte de los alemanes, sin razón alguna. Esta idea fue llevada a cabo por Adolf Hitler, führer alemán que mostraba un gran desprecio hacia estas personas. Durante toda su duración en la guerra, Hitler fue exterminando a los judíos llevándolos a cámaras de gas o haciéndolos trabajar en campos de concentración.
Nosotros queremos mostrar cómo fue desarrollándose este hecho a lo largo de los años que duro esta guerra. Esperamos que sea de su agrado este trabajo.
El antisemitismo, en sentido amplio del término, hace referencia a la hostilidad hacia los judíos basada en una combinación de prejuicios de tipo religioso, racial, cultural y étnico. En sentido restringido, el antisemitismo se refiere a la hostilidad hacia los judíos, definidos como una raza no como un grupo religioso, concepción moderna que habría surgido a mediados del siglo XIX como una derivación del racismo y del nacionalismo, diferenciándose así del "antisemitismo religioso" anterior que algunos historiadores prefieren llamar anti judaísmo, y cuya expresión más desarrollada sería el anti judaísmo cristiano.
Especialistas suelen distinguir tres épocas claramente diferenciables en la historia del antisemitismo, que ha dado lugar a tres tipos de naturaleza bien distinta:
- Antisemitismo religioso o anti judaísmo: el cristianismo, comenzó como movimiento dentro del judaísmo, demonizó al judío a través de libelos y fomentó durante siglos el odio antijudío por toda Europa. Además de la hostilidad religiosa, se produjeron las conversiones a la fuerza, que dieron lugar al fenómeno del marranismo. Las persecuciones tuvieron un carácter local. Muchos judíos que fueron expulsados se instalaron en tierras del Islam, donde corrieron distinta suerte según los lugares y épocas, desde la tolerancia legal como un grupo social inferior hasta eventuales persecuciones y matanzas, pero en general no sufrieron el acoso como los europeos.
- Antisemitismo racial o antisemitismo: Esta es la forma más letal. A fines del siglo XIX, cuando los prejuicios religiosos comienzan a quedar desacreditados, surge en Alemania y después en Francia una nueva fase del antisemitismo –el antisemitismo por antonomasia–, esta vez vinculado a la noción de raza y a la construcción de las naciones, sin connotaciones religiosas, sino nacionalistas y racistas. Este tuvo su máxima expresión durante el nazismo.
- Antisemitismo ideológico o neo antisemitismo: Tras conocerse el Holocausto, el antisemitismo tradicional, basado en la raza o en la religión, había desaparecido. Según algunos autores, surge entonces un nuevo antisemitismo, que estaría asociado a la nueva izquierda post-sesentayochista y al mundo islámico, y se centra en la legitimidad del Estado de Israel y del conflicto territorial en Oriente Medio. Aunque no todo el anti sionismo es antisemita, este concepto ha servido como refugio de un nuevo antisemitismo.
Para reorganizar la composición dentro de la Segunda Guerra Mundial, el régimen nazi usó el transporte ferroviario como método para sacar por la fuerza a integrantes de grupos étnicos del territorio en que vivían. Las autoridades alemanas usaron los sistemas ferroviarios de todo el continente para transportar, o deportar, a los judíos de sus hogares, principalmente hacia Europa oriental. Una vez que habían comenzado a asesinar a judíos en centros de exterminio especialmente construidos, los funcionarios alemanes deportaron a los judíos a esos centros en tren y, cuando no se disponía de trenes o las distancias eran cortas, en camión o a pie. Para las deportaciones, los funcionarios ferroviarios alemanes usaban vagones de ganado que partían desde todos los países ocupados por la Alemania nazi con un destino concreto: los campos de exterminio a donde llegaban después de varios días de viaje en condiciones infrahumanas, generalmente las autoridades alemanas no les daban agua ni comida a los deportados durante el viaje, aunque tuvieran que esperar varios días en ramales ferroviarios a que pasara otro tren. El amontonamiento en los vagones, unas 50 personas en cada uno, cerrados, soportaban intensos calores en verano y temperaturas muy bajas en invierno. Aparte de un balde, no había ninguna instalación sanitaria; el hedor de la orina y el excremento se sumaba a la humillación y el sufrimiento de los deportados. Al carecer de comida, agua y permanecer de pie en los vagones durante los días que duraba la deportación a los campos de concentración y exterminio nazi muchos de los deportados morían antes de que el tren llegara a su destino. Los guardias policiales armados que acompañaban los transportes tenían órdenes de dispararle a cualquiera que intentara escapar.
Los prisioneros eran inducidos a llevar dinero en metálico que posteriormente sería robado para los bolsillos de muchos nazis como las arcas del régimen nazi. Pero el expolio a las víctimas no quedaba aquí; una vez llegados a las estaciones de los campos de exterminio se les obligaba a dejar sus maletas en los andenes y personal especializado se encargaban de abrirlas y separar todos los objetos de valor que serían reutilizados para su venta en Alemania.
Por supuesto las tropas que se encargaban de vaciar poblaciones de los territorios ocupados jamás informaban a los prisioneros del terrible destino de estos transportes para evitar problemas y solamente se les decía que serían conducidos a campos de trabajo y labores agrícolas en otros territorios ocupados, trataron de presentar las deportaciones como un "reasentamiento" de la población judía en los campos de trabajo del "Este". En realidad, el "reasentamiento" en el "Este" se convirtió en un eufemismo de transporte a centros de exterminio y aniquilación en masa.
La campana solía sonar entre las 4 y las 5 de la madrugada, debían ocuparse de la limpieza personal, pero en muchas ocasiones se carecía de agua. Luego se distribuía un tazón de agua sucia a la que llamaban café, la cual siempre se encontraba caliente. El único momento de reposo era el de la comida que consistía en un plato de sopa y las denominadas porciones, que consistían en 300 g de pan de salvado o de serrín de madera. A medida que pasaba el tiempo y aumentaba el número de prisioneros en los campos, las raciones de comida iban disminuyendo. Para los hambrientos, cualquier cosa era comestible, ya fueran mondaduras sucias o patatas crudas; en algunos campos, incluso se dieron actos de canibalismo.
Los castigos corporales formaban parte de la vida cotidiana. Era casi imposible escapar a ellos porque todo estaba prohibido: aproximarse a menos de dos metros del alambrado, dormir con la campera o sin calzoncillos etc.
En general los niños pequeños eran asesinados inmediatamente por ser demasiado pequeños para trabajar. Si durante la selección, una madre llevaba a su hijo en brazos, los dos eran enviados a la cámara de gas, porque en estos casos se calificaba a la madre de no capacitada para trabajar. Si era la abuela la que llevaba al niño, era ella la asesinada junto al niño.
En el campo estaba prohibido beber agua, puesto que estaba contaminada, sin embargo los niños la bebían debido a la escasez de agua potable. La situación era especialmente grave para las mujeres embarazadas ya que al principio eran enviadas directamente a las cámaras de gas, sin embargo, también había partos clandestinos en el campo. En la mayoría de los casos las mujeres morían de septicemia. En cualquier caso, el recién nacido no tenía casi ninguna posibilidad de sobrevivir. Los médicos y sus ayudantes le arrebataban el niño a la madre, y lo asesinaban. Si el niño nacía rubio y de ojos azules, típico estereotipo ario, se le perdonaba la vida al niño y era llevado para germanizarlo por el contrario si era judío era ahogado al instante por los guardias del lugar. Si un niño llegaba a vivir más de 2 semanas sin problemas era registrado en el campo de concentración tatuándole su número de identificación en los muslos o nalgas.
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