La Nutrición del Adulto Mayor

[pic 1]

    Nutrición del Adulto Mayor

                                                Alumnos:   Pier Sanhueza        

                                                                  Pamela Soto

                                                               Constanza Vega

                                               Profesor: Marcelo Fernández Salamanca

                                               Asignatura: Nutrición Humana

                                                Fecha: 13 de Octubre de 2017

Introducción

En esta etapa de la vida el adulto mayor, se muestra más vulnerable a las deficiencias nutricionales, por cambios fisiológicos: anorexia del envejecimiento, cambio fisiológico en el sistema renal, sistema inmune, cambios biológicos, como lo son en el sistema digestivo, cambios físicos, como por ejemplo cambios en el peso y composición corporal, cambios psíquicos y sociales, de ahí la importancia de mantener una ingesta adecuada de nutrientes de acuerdo a la edad, sexo, a la actividad física que desarrolla y a las patologías presentes, todos ellos enfocados a detener la sarcopenia.

La proporción de personas mayores a 60 años está aumentando de manera rápidamente que en cualquier otro grupo etario. Se estima que el año 2050 alcanzara los 2.000 millones de personas en el mundo.

En chile, según la segunda Encuesta Nacional Calidad De Vida en la Vejez 2010, los mayores de 60 años representan el 13% de la población, pero el año 2020 alcanzara el 20%.

El adulto mayor, presentan una pérdida de interés de la comida, debido a problemas sensoriales, estreñimiento, falta de apetito, y a que la sensación de hambre se reduce y se sacian más rápidamente.

Para lograr una longevidad satisfactoria, se debe tener un envejecimiento de buena salud, estilos de vida satisfactorios, mantenimiento de las reservas funcionales, prevención de enfermedades, y una sociedad más amigable con el adulto mayor.

Desarrollo.

Requerimientos nutricionales.

 A continuación, se presentan las recomendaciones de los nutrientes críticos que están asociados al envejecimiento del cuerpo de un adulto mayor.

Energía. Las necesidades energéticas son menores en el adulto mayor, en relación con la disminución del metabolismo basal, y la actividad física que acompaña el envejecimiento. Se ha determinados una reducción del 5% del gasto energético (300-600 kcal), por lo cual, se han propuesto ecuaciones predictivas para el cálculo estimativo de los requerimientos energéticos como la de la OMS de 1985, que considera GER (gasto energético en reposo) en función del peso, sexo y edad.

Varones > 60 años = 13,5 x peso (kg) + 487

Mujeres > 60 años = 10,5 x peso (kg) + 596

A estos valores, se le aplican distintos coeficientes, por actividad física en 24 hrs y por sexo.

Proteínas. La recomendación en adulto mayor seria 1,2-1,5 g/kg/d que corresponde al 15%-20% del total de la ingesta calórica. De esta forma, el rango de distribución de macronutrientes para las proteínas, en la alimentación del anciano se establece entre un 10% y el 35% de la energía. Es importante destacar que aquel consumo de proteínas debe ser percibido entre el 50% y el 60% de alto valor biológico(25-30g), tales como lácteos, huevos, carnes, pescados, legumbres en combinación con cereales, etc.

Hidratos de carbono. Los hidratos de carbono deben asegurar en la alimentación la fuente de glucosa que evite cetosis en el individuo. La RDI establece una recomendación mínima de 130 g/d para mantener la función cerebral. En la alimentación normal del adulto mayor, los CHO deben aportar entre el 45% y el 65% de la energía en su alimentación diaria. Se recomienda que el mayor aporte de este macronutriente sea en alimentos con alto contenido en CHO complejos, tales como cereales, legumbres, verduras y hortalizas.

Grasas. La ingesta de grasas es importantísima, como fuente de energía de ácidos grasos esenciales, tales como acido linoleico, alfa linolénico y de vitaminas liposolubles. Se establece las mismas recomendaciones para el adulto mayor, que para la población adulta. El 30%-35% de la energía de la dieta, debe aportarse en forma de lípidos, siendo lo más importante respetar la relación entre ácido linoleico y alfa linolénico, que el consumo de grasa saturada no debe sobrepasar el 10% de energía de alimentación diaria.

Fibra Dietética. En el caso del adulto mayor, se recomienda consumir 30g en el hombre, y 21g en la mujer, siendo la fibra un componente esencial de la alimentación, también para otras funciones, preservar el tránsito intestinal, previniendo los problemas más comunes de estreñimiento.

Agua. Las personas mayores, están en permanente riesgo de deshidratación, por la disminución de agua corporal total, la sed y la menor capacidad de concentrar orina, hace que en ocasiones se usen diuréticos de forma crónica, que reducen la forma voluntaria de ingesta de agua. Se recomienda que la ingesta de agua, bebidas y aguas de los alimentos, en varones entre los 51 y 70 años, sea de 3,7 L/d y si es mayor de 70 años sea de 2,6 L/d. En el caso de las mujeres, entre los 50 y 70 años, se recomienda tomar 2,7 L/d y en mayores de 70 años 2,1 L/d.

Vitamina B12. La insuficiencia de esta vitamina puede causar anemia microcítica, neuropatías, ataxias, glositis y demencia. La necesidad nutricional es de 2,4mg/d.

Folatos. La recomendación es de 400ug/d, insistiendo en la ingesta de alimentos ricos en folato, tales como jugos de naranja, vegetales de hojas oscuras (espinaca), maní, frutillas, porotos, leguminosas secas y espárragos. Deficiencia de folatos en el adulto mayor, puede causar aumento de los niveles de homocisteína.

Vitamina A. La recomendación establece en 900ug y 700ug en varones y mujeres respectivamente. Algunos carotenoides como el licopeno y la luteína tienen funciones antioxidantes de gran interés en la protección cardiovascular.

...