La mujer detrás de la ciencia

La mujer detrás de la ciencia

Luisa Román

Universidad Nacional de Colombia, Sede Manizales

24 de Junio de 2020

Introducción

     En un mundo patriarcal, en donde se limita el rol de la mujer, dándole poca importancia y credibilidad ante una posición en la sociedad, más si se trata ser científica. Probablemente cuando se escucha hablar de los científicos, todo rodea a específicamente un género, entonces de ser así, ¿Qué papel juega la mujer en la historia de la ciencia? Para analizar este entorno se tendrá que desmontar los prejuicios y estereotipos.

Superioridad predestinada

     En una relación subordinada, la cual presenta al hombre y a la mujer en circunstancias donde uno solo es el que demuestra una superioridad, sin importar  hasta donde pueda llegar, todo buscando delimitar la misma especie, la cual  hace parecer que  “el macho es por naturaleza superior y la hembra inferior; uno gobierna y la otra es gobernada; este principio de necesidad se extiende a toda la humanidad” (Aristóteles, s.f)  

     Con esta afirmación, Aristóteles muestra el papel dependiente que se le dio a la mujer, la cual solo puede desempeñar en ciertas tareas ya predestinadas. Se cree que su misión es ser reproductoras y por lo tanto, se deben encargar de la crianza. Por otra parte, se da la idea de que el hombre debería ser el encargado de proveer e ir en busca del poder y una posición en el entorno. Dando un contraste diferente, pero se cree que jamás puede ser de forma contraria, ¿Por qué tanto el hombre como la mujer deben de seguir estos estereotipos?

     Estas ideas arraigadas, siempre busca cual rol debe seguir el hombre y la mujer, atribuyendo comportamientos que deberían emplear cada uno de los géneros, esto se posiciona en el momento que la misma comunidad lo acepto como su verdad absoluta, aceptando de forma natural la inferioridad,  limitando el desarrollo personal.

Transformación ideológica y moral

     En la religión católica, se empieza a transfigurar a la mujer y al hombre, aquí muestra como la misma iglesia se encargó de que la imagen femenina sea relacionada con el pecado, que con el paso del tiempo han influido en el propio desarrollo de la superioridad del hombre ante la mujer.

     Para esto, la iglesia necesitó ingeniarse esa escena perfecta, dónde se simplificara el verdadero valor que la mujer podía contribuir, dónde obtenía un rol secundario y cohesionador al interior de la familia. Este concepto solo llevaba a una idea sobre lo doméstico, influyendo en su misma educación, que se basaba en moldear los principios, tratando de implementar el valor cristiano, adiestrando este lado del género para que se convirtiera en su razón de vida, sin poder tener más opciones dentro de sus metas u objetivos.

     La evolución sociocognitiva hizo que las instituciones, los preceptos, la moral y la cultura relacionaran los estereotipos femeninos que ‘corregían' la conducta.  Aunque es de recalcar que no todas las mujeres se sienten o se sentían inconformes con ello, pero aquellas que si se sienten limitadas y son cuestionadas en la ciencia, tienen pocas probabilidades de mantener su posición. Pero la misma mujer acepto aquellas directrices de ese entonces para no faltar a sus ideologías.

     Para erradicar esa idea en torno a la masculinidad, se debe empezar por entender que ser científico parte del tipo de educación. En la época tener acceso a la educación superior era solo para personas de clase social alta y que en su preferencia fueran hombres, todo estaba limitado por ideologías sexistas y clasistas, impidiendo el desarrollo requerido para ser participe en la ciencia, ya que no se acercaba a ser una opción equitativa para los dos sexos, ni siquiera en la participación indirecta de esta y si alguna mujer lograba involucrarse debía ser por cuenta propia.

Inferioridad dentro de la ciencia

      No solo la iglesia participó e implementó la idea de que el varón era superior, pues dentro de la misma ciencia y los mismos científicos se encargaban de hacer sentir inferior al género contrario. Durante la cronológica de la historia, la mujer no fue importante, ni siquiera para sus inicios y no fue la opción para muchos científicos, como es demostrado por el naturalista Charles Darwin (1809-1882), pues en su obra “El Origen del Hombre” (1871) donde el científico da a entender que la superioridad es natural en el hombre ante la mujer, sin embargo, a él no le molestaba la idea de que las mujeres estuvieran involucradas en la ciencia, pero creía que esta era cosas para hombres.

     Se entiende que el desempeño femenino en este ámbito de investigación y la divulgación del conocimiento, no suele ser tan representativo, ya que se ha visto una fuerte confianza hacia el hombre que hacía la mujer, esto se ve reflejado en el aumento poco significativo dentro de la ciencia, “según datos de la UNESCO de 2018, menos del 30% de las personas dedicadas a la investigación científica en el mundo son mujeres” (García, 2020, p.1). La poca visibilidad que presentan en la ciencia hace que no se genere interés de las niñas y jóvenes, la cual “solo un 7%  de las niñas se ve como científicas en el futuro (…) además, los Premios Nobel de Química, Física, Fisiología y Medicina han sido obtenidos por 599 hombres, frente a las 17 mujeres que lo han logrado”  (Corporación de Radio y Televisión Española, 2019). Por lo tanto, atraerlas a que sean parte de los distintos campos del conocimiento suele ser un verdadero reto.

     Así mismo, para ese entonces las contribuciones eran inequitativas, siendo los hombres mejor beneficiados, sin embargo, no existía buenas condiciones de trabajo para la mujer. Entonces participar en la ciencia no era lo suficientemente rentable, causando la disertación por este campo. Solo las aficionadas lograron mantenerse, pero les costó el poco reconocimiento que iban a obtener.

Desempolvando la historia y la ciencia

     A pesar de todo, entre toda esa discriminación existieron muchas mujeres que cambiaron el concepto de que el hombre es el único capaz de realizar verdaderos descubrimientos y así mismo, que la mujer no es solo una ayudante, entre esas mujeres encontramos a Marie Sklodowska Curie (1867-1934), ganadora de dos veces nobel, haciendo reconocer que la mujer tiene las mismas capacidades, que estás podían ser parte de la historia.

     Pero no solo Marie Curie, rompió ese estigma, aunque los ejemplos de la historias de las científicas son muy pocas, Sin importar como sea vista, muchas hicieron que sus aportes fueran fundamentales en todas las épocas, de estas mujeres escondidas en la historia encontramos a Hypatia (370-415 d.C), desarrolló instrumentos de astronomía, como el astrolabio con el que midió la posición de las estrellas, ganándose la enemistad de los hombres en su época, Sócrates (s. V d.C) señala que:

Cayó víctima de las intrigas políticas que en aquella época prevalecían. […] formando parte de una fiera y fanática turba, cuyo líder era un tal Pedro (Pedro el Lector), la aprehendieron de camino a su casa, y arrastrándola desde su carro, la llevaron a una iglesia llamada Cesareo, donde la desnudaron completamente, y la asesinaron con tejas (la palabra griega original, ostrakoi no deja claro si se trató de tejas o de ostras). Después de desmembrar su cuerpo, llevaron sus restos a un lugar llamado Cinaron, y allí los quemaron. Este asunto dejó caer el mayor de los oprobios, no sólo sobre Cirilo, sino sobre toda la iglesia de Alejandría. Y seguramente nada puede haber más lejos del espíritu cristiano que permitir masacres, luchas y hechos de este tipo. (Historia Ecclesiatica. Libro VI, capítulo 15)

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