Modelos Constructivistas

Ensayo sobre las teorías constructivistas del desarrollo del pensamiento del niño y su aplicación en el campo docente.

Comprender y dar una explicación de cómo el ser humano es capaz de aprender. ¿De qué manera se construyen los elementos que articulan los complejos conceptos que tan cotidianamente utilizamos? ¿En qué momento nos volvemos consientes de este proceso? Estas y otras interrogantes con respecto al conocimiento y la forma en la que lo procesamos han sido motivo de múltiples investigaciones sin llegar a una sola explicación de este fenómeno, sin embargo se ha logrado un avance en la comprensión a través de varias teorías.

La psicología moderna se ha encargado de tratar de buscar respuesta a estas incógnitas tanto en ámbito general, refiriéndonos al ser humano como objeto de estudio, como en las distintas etapas del desarrollo de este. Para objeto de este ensayo me enfocare en las teorías más relevantes del enfoque constructivista del desarrollo del pensamiento del niño.

El cómo aprenden los niños ha sido un cuestionamiento que todas las personas se han hecho en alguna ocasión desde los grandes filósofos que discuten sobre la teoría del conocimiento, pasando por los docentes que tratan de llevar un grupo hasta los papás “experimentados que no logran hacer que sus hijos entiendan algún concepto sin mencionar a los papás primerizos que se cuestionan cual será la mejor manera en la que se desarrollara el niño.

Y ¿en quien recae la responsabilidad de la formación de los niños?, si bien es cierto que no existe un solo ente responsable, el conocimiento y el desarrollo de los niños es la consecuencia de diferentes factores que se relacionan para brindar las condiciones ideales para que sea más sencillo la asimilación y creación del mismo.

Sin embargo uno de los principales actores dentro de la generación de las condiciones en las cuales se da el desarrollo del pensamiento de los niños es el docente.

El docente se convierte en la persona que actúa como mediador entre los procesos psicológicos superiores y el niño, esta relación de mediador podemos darle un enfoque más específico y convertirlo en guía. Sin embargo algo que no podemos negar es que la actuación de los maestros en los niños no ocurre sino hasta que estos han logrado cierto crecimiento y desarrollo, lo que implica que cuando llegan al docente los niños ya tienen un conocimiento.

De acuerdo a las teorías constructivistas este conocimiento se genera en la etapa en la que Piaget llama sensorio-motor, el neonato al nacer cuenta con respuestas propias que se dan sin un estímulo en específico, reflejos, estos a la vez funcionan como medio en el cual el nuevo ser se comunica e interacciona con su medio.

Estas interacciones conforme el niño crece comienza un proceso de discriminación en el cual logra control sobre sus reflejos conforme se desarrolla su cerebro y desarrolla habilidades más finas, todo esto desde la perspectiva constructivista obedece un modelo de causalidad en el cual el binomio consiste en el estímulo y la respuesta.

Conocer este enfoque constructivista-evolucionista como docente nos muestra que existe un enfoque primitivo, por llamarlo de alguna manera, en la forma en la que se puede desarrollar un nuevo conocimiento, podemos considerar que al estimular a nuestros pupilos de la manera adecuada obtendremos respuestas adecuadas, sin embargo estamos excluyendo un factor muy importante.

La forma en la que las primeras teorías constructivistas postularon sus principios obedecían a experimentos en animales de laboratorio en donde solo se valoraba el estímulo y la respuesta, a pesar de esto incluso estos investigadores se percataron de que existían condicionantes en el binomio estimulo-respuesta que podían condicionar el aprendizaje.

Estas condicionantes podían ser de lo más diversas dependiendo de la dirección en la que quería llevarse el aprendizaje, estas condicionante incluían, por ejemplo, la intensidad del estímulo, tanto positiva como negativa, el tiempo en el cual se obtenía la recompensa, la cantidad de esfuerzo que se le exigía a los especímenes entre otras condicionantes.

Traspolado en el ámbito infantil estas condicionantes se convierten en, por ejemplo, cuando se premia a los niños cuando logran algún movimiento por si mismos la primera vez, posteriormente ya no se le premia al lograr el movimiento de manera espontánea sino cuando se lo piden directamente los padres y en otras circunstancias se le premia cuando lo realiza en alguna forma específica.

Todos estos avances implican en el niño cierto grado de desarrollo, sin embargo algo en lo que los distintos teoristas concuerdan es que, si bien, se le puede brindar al niño las mejores situaciones y proporcionar los recursos óptimos que generen el conocimiento. Si el niño aún no posee el desarrollo suficiente en sus propias habilidades no será capaz de interaccionar con los recursos y situaciones y por tanto no se generara el conocimiento en el niño.

Conforme el niño desarrolla su corteza motora e integra sus reflejos comienza a desarrollar una habilidad sumamente importante que se convierte en la piedra angular de la construcción de conocimientos, me refiere al proceso de interiorizar los conceptos.

Cuando el niño logra interiorizar los conceptos, cerca de los 9 a 12 meses, comienza a elaborar redes con los pocos elementos que tiene y es entonces cuando estas redes pueden conjuntarse, estructurarse y convertirse en los primeros pensamientos del niño.

Es a partir de estos conocimientos primitivos que el niño es capaz de comprender su entorno y a la vez le permite el desarrollar entramados más complejos que lo inspiren a continuar aumentando su acervo de conceptos que le brinden un enfoque más amplio de la realidad a la que se enfrenta.

Como mencionaba en párrafos anteriores los condicionantes a los que se enfrenta el niño en el momento de la elaboración de conceptos son cruciales para; primero la elaboración de redes interconceptuales y después para que se puedan elaborar constructos más complejos.

Estos constructos son la materia prima con la que los niños llegan al aula de clase, en las etapas de Piaget el momento en el que el niño llega a las aulas es en la etapa pre operacional, y en la formación prescolar se continua con la construcción de conceptos que se traducen en habilidades que el niño explotara en su siguiente nivel de formación y, que dentro de su desarrollo, se convertirán en las bases para construir.

Abro un pequeño paréntesis en el escrito para explicar

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