No Existen Malos Profesores

INTRODUCCIÓN

“No existen los malos alumnos, solo malos profesores.”

El siguiente informe tiene como objetivo evidenciar las situaciones que muchos estudiantes experimentan a lo largo de su etapa escolar, específicamente las relaciones que se generan con sus profesores, y cómo su método de enseñanza genera impacto negativamente en sus alumnos; ya sea educación media o básica.

Al mirar hacia el pasado y recordar el colegio, siempre habrá algún sentimiento que emerja inmediatamente, si bien puede recordarse con cariño o con un tanto de hostilidad. Pero, además del compañerismo ¿qué otro factor puede hacer que la experiencia escolar sea agradable o desagradable? La respuesta a esta interrogante es bastante simple, los profesores.

Según la defición del diccionario: “Con el término de Profesor se designa a aquella persona que se dedica a la enseñanza de una determinada ciencia o arte.” ( desde definición ABC) Pero considero que no es una opinión aislada que un profesor es mucho más que eso, es la persona que se encarga de formar poco a poco de pulir las habilidades intelectuales de sus alumnos en base a sus conocimientos o trato personal.

Por este motivo es fundamental que un profesor genere confianza y seguridad a sus alumnos, les permita equivocarse y les demuestre que es un ser humano como todos; Obviamente generando una relación asimétrica ya que como es de conocimiento universal un profesor o tutor cumple un rol de autoridad, por lo mismo no puede ponerse a la altura de las personas que está a punto de enseñar.

A continuación se darán a conocer lo tipos de profesores que no logran generar respeto, empatía ni admiración por parte de sus estudiantes, de hecho factores cruciales a la hora de querer que alguien aprenda algo.

A partir de una pequeña encuesta informal se dedujo que los profesores que se presentarán a continuación son los profesores que pocos, -por no decir menos- estudiantes desearían tener al frente en una sala de clases diariamente.

“La actitud de un docente generalmente se refiere a su disposición, aunque hay también otros factores. La actitud abarca el nivel de entusiasmo, inventiva, predisposición a ayudar y conocimiento del contenido. Todos estos juegan un rol importante en el rendimiento general en el aula.”

Al comenzar a analizar que un alumno que ingresa a primero básico y termina la enseñanza media, en rigor, nos damos cuenta que ha cursado alrededor de doce años donde diariamente se sienta a escuchar lo que algún docente le presenta, por lo tanto, en promedio el número de personas que de algún modo u otro influyen en su educación llega a un número considerable.

Como se mencionó anteriormente el aula de clases crea un espacio fundamental en la vida de un alumno, donde gasta largas horas de su tiempo en ella. Además, el nivel de concentración que implica estar escuchando una clase depende mucho de interés del estudiante. Sin embargo, existen muchas conjeturas en este tópico ya que lo ideal sería que un alumno que está dispuesto a aprender será responsable y pondrá atención a clase porque sabe que le conviene, no obstante, está comprobado que existen muchos casos en que el alumno por más esforzado y responsable que sea no disfruta la estadía de aprendizaje debido a la manera en que el profesor expone una determinada materia. La causa de esta interrogante podría originarse en que los alumnos en general crean automáticamente expectativas sobre lo que les gustaría o no aprender de un curso, y si el profesor no las cumple en un nivel que se considere óptimo, logrará que el proceso de retroalimentación se vea interrumpido y se torne poco eficiente.

Los tipos de profesores que normalmente los alumnos preferirían evitar desde el punto de vista personal son:

-Profesores sumamente exigentes donde no existe el espacio para el error: Todos tenemos claro que no es posible que un “buen profesor” sea tan considerado que no envíe absolutamente ningún tipo de trabajo extra a la casa, es lógico, los estudiantes también deben trabajar en su aprendizaje autónomo.

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