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Sistema Cardiovascular


Enviado por   •  14 de Febrero de 2014  •  2.381 Palabras (10 Páginas)  •  310 Visitas

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CÉLULAS DEL CORAZÓN

En el caso específico del corazón, y tomando en cuenta los referentes anteriores el corazón es un tejido muscular de control involuntario, de histología estriada.

Tipos de células cardiacas

Cuando evaluamos el corazón encontramos cuatro (¿seis?) tipos de células que son: Las células P, las transicionales, las de tipo Purkinje y las miocárdicas que son las encargadas del trabajo contráctil.

1. Células P (nodales)

Son las células que se encargan de ejecutar la función de marcapaso, se encuentran en mayor abundancia en los Nodos Sinusal (NSA) y Auriculoventricular (NAV), cabe referir que como el que define el inicio de los potenciales en el corazón es el NSA es en él, donde vamos a encontrar la mayor cantidad de éste tipo de células. Las células P, solo pueden estar en contacto con otras células de tipo P o con células de tipo transicional.

2. Células Transicionales (células T)

Son de mayor tamaño con respecto a las células tipo P aunque no más grandes que las encontradas a nivel del miocardio. Dado a que son loas únicas células que hacen contacto con las células P, son las encargas de ayudar a la propagación del impulso nervioso desde el NSA hasta las aurículas y el NAV, encontrándose así en grandes cantidades en éste último.

3. Células tipo Purkinje (o de conducción)

Éstas células son más alargadas que las fibras miocardicas de los ventrículos. Tienen la propiedad de conducir los impulsos nerviosos a gran velocidad e igualmente tienen a diferencia de las otras células la propiedad de marcapaso. Se ubican entre el sistema Has de Hiz y las fibras de purkinje.

4. Células del miocardio (miocardiocito contráctil)

El músculo cardiaco, esta formado por células alargadas y ramificadas que se unen unas a otras de forma irregular mediante los discos intercalares, cuya función es la de facilitar la conducción de los potenciales eléctricos que se desarrollan a nivel del corazón, el músculo se denomina estriado por que presenta estrías transversales que son visibles a la luz del microscopio.

Las proteínas contráctiles que encontramos en el tejido muscular cardiaco son las mismas que se observan en el tejido esquelético, con la diferencia de que el sistema T (formado por los túbulos transversos) y el retículo sarcoplásmico no se encuentran tan bien organizados como si lo están en el músculo esquelético. Así mismo, la organización de éste sistema presenta pequeñas variaciones ya que encontramos un mayor número de sistemas de túbulos transversos a nivel de los ventrículos así como un retículo sarcoplásmico distribuido de forma irregular a todas las fibras musculares que hacen parte del miocardio.

Dada las actividades metabólicas que desarrolla el corazón que son apreciablemente elevadas, encontramos que en cada miocito hay un gran número de mitocondrias que aproximadamente ocupan el 40% del citoplasma de la célula. La fuente de energía que requieren las células cardiacas esta dada por los ácidos grasos que se transportan por medio de lipoproteínas a través de la sangre, igualmente este tejido tiene la propiedad de almacenar los ácidos grasos en su citoplasma en forma de triglicéridos.

5. Endocrinas

6. ¿Células madres pluripotanciales o en hibernación?

Células madre cardiacas y cardioblastos: ¡Mira en tu corazón!

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Ramón Muñoz-Chápuli

Catedrático del Departamento de Biología Animal, Universidad de Málaga

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Pasados los años sorprende releer lo escrito, sobre todo cuando lo que se escribió pretendía tratar sobre “lo último” en ciencia. A veces incluso incomoda, cuando se comprueba que lo que se escribía con la pretensión de actualidad estaba naciendo obsoleto. Viene esta reflexión de la relectura del artículo «Cardiomioplastia celular: células madre para la reparación del corazón», aparecido en el número 86 de Encuentros en la Biología (marzo de 2003). En aquel artículo señalábamos las grandes expectativas despertadas por el tratamiento del infarto de miocardio con células obtenidas de la médula ósea del propio paciente. Desde entonces (¡y sólo han pasado tres años!) han sido muchos los descubrimientos y muy abundantes las sorpresas en torno a este tema. Estas novedades obligan, al menos, a volver a tratar el tema desde las páginas de Encuentros en la Biología.

Empecemos por situar la cuestión. El corazón es ese órgano en el que simbólicamente residen sentimientos y voluntades, y el que físicamente nos mantiene vivos. Durante mucho tiempo se consideró que el corazón era un órgano terminalmente diferenciado y, por tanto, no susceptible de regeneración. Las estimaciones de la tasa de proliferación de los miocardiocitos eran diversas, pero los estudios más cuidadosos la situaban en el 0,0005%. No puede sorprender, por tanto, que en los casos de una muerte masiva de miocardiocitos a causa de un infarto no fatal se produzca un tejido cicatricial rico en tejido conectivo, pero sin capacidad contráctil. El rendimiento del corazón queda pues inevitablemente disminuido tanto en este caso como en otros que implican un deterioro de la pared cardiaca.

¿Cómo sería posible recuperar funcionalmente esa parte dañada del corazón? En principio podemos distinguir dos grandes alternativas de terapia celular que implican, respectivamente, el implante en el corazón de distintos tipos de células extracardiacas o el recurso a las propias células del corazón. La primera alternativa, la que hasta ahora se ha ensayado en humanos, es la que tratábamos en su momento en nuestro anterior artículo sobre la cardiomioplastia, por lo que no nos extenderemos ahora sobre ella, salvo para señalar las novedades que desde entonces se han producido. Esta posibilidad trata de explotar la capacidad que tienen determinados tipos celulares de diferenciarse en miocardiocitos para repoblar con ellos la zona infartada. La posibilidad de obtener algunos de estos tipos celulares del propio paciente y expandirlos en cultivo evita los problemas de rechazo inmunitario. Los tipos celulares que pueden utilizarse con este fin son:

- Células madres embrionarias: son fácilmente expandibles en cultivo y se diferencian en miocardiocitos

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