Tema- HPV- Salud Psicologia.
Victoria DiezTrabajo12 de Octubre de 2016
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Dentro de la temática salud reproductiva y sexual, en este informe, se trabajará específicamente sobre el virus de papiloma humano (VPH o HPV en inglés). Este tipo de infección corresponde a una de las causas más frecuentes en relación a las Infecciones de Transmisión Sexual (Ministerio de Salud de Argentina).
Según el Ministerio de Salud de Argentina, el Virus de Papiloma Humano consiste en un virus ADN que afecta células epiteliales (cutáneas y mucosas) y es una causa necesaria para que se produzca cáncer cérvico-uterino. Es necesario mencionar que este tipo de infección se puede presentar bajo dos tipos: bajo riesgo (que no implica riesgo de contraer cáncer) y alto riesgo (que produce lesiones pre-malignas y malignas). En cuanto a la transmisión de este virus, se puede decir que se da por el simple contacto, no es exclusivamente a través de relaciones sexuales.
El cáncer cérvico-uterino es la segunda causa de muerte por cáncer en las mujeres a nivel mundial. La incidencia mundial de éste tipo de enfermedad es del 530.000 casos por año y, además, del total de cánceres relacionados al virus de papiloma humano, el 94% afecta a mujeres y el 85% de estas mujeres vive en países subdesarrollados.
En relación a la importancia de esta problemática para la salud pública actual, es necesario mencionar que según las estadísticas del Ministerio de Salud de Argentina se presentan 4000 casos de cáncer cérvico-uterino y 1800 muertes por año a causa de esta enfermedad. Cabe destacar que la distribución de la infección en cuestión no se da de manera homogénea en la Argentina, sino que las zonas con menor nivel de desarrollo socio-económico y las provincias del Norte aparecen como las más afectadas. Además, dentro de una Resolución lanzada por el Ministerio de Salud se incluye un porcentaje de prevalencia de infección por VPH global (de todos los tipos en lo que se presenta) en la Argentina de un 16.6%.
De esta forma, se puede decir que es un tema relevante ya que afecta a una gran parte de la población argentina y del mundo. ¿De qué población estamos hablando? De la población sexualmente activa, es decir, mujeres y hombres desde, aproximadamente, 14 a 60 años. Así, se puede decir que, según la resolución anteriormente mencionada, la infección por VPH será contraída, en algún momento de la vida de, al menos, la mitad de las mujeres y hombres sexualmente activos y por lo menos el 80% de las mujeres la habrá contraído al llegar a los 50 años de edad.
Ahora bien, ¿cuáles podrían ser los determinantes sociales de la salud que se encuentran en relación con la temática en cuestión?
En primer lugar, se puede proponer como un determinante de esta problemática el hecho de que, como se menciona en la primer Encuesta Nacional de Salud Sexual y Reproductiva que se realizó en el año 2014, a pesar de que la mayoría de la población encuestada tiene un conocimiento acerca de los tipos de anticonceptivos existentes, el 94% de las mujeres mencionaron el uso de anticonceptivos de tipo hormonal en primer término y en segundo término el preservativo con un 87%.
De este modo, el hecho de la elección de un método anticonceptivo de tipo hormonal es correcto en tanto la prevención de un embarazo no deseado pero no lo es frente a las Enfermedades de Transmisión Sexual.
En segundo lugar, y en consonancia con lo que se expuso en los párrafos anteriores, se podría plantear un nuevo determinante social de la salud: el desconocimiento del VPH como virus y precursor del cáncer, así también como su transmisión. Es importante mencionar que la falta de información se relaciona, por un lado, con el hecho del desconocimiento del uso del preservativo como barrera frente a un posible contagio de ETS (enfermedades de transmisión sexual) y por otro lado, falta de educación en torno a cómo se transmite en particular este virus ya que al ser por simple contacto puede que el punto de contagio se encuentre, si se trata de un contacto sexual, por ejemplo, en zonas que el preservativo no cubre.
Esto se relaciona con el hecho de que las zonas más afectadas son las de menor desarrollo socio-económico, por lo tanto, se podría inducir que se trataría de zonas más “precarias” en las que la información o educación sobre la sexualidad y los cuidados que se deberían tomar no son suficientes. Asimismo, se podría decir que la falta de educación también abarcaría el hecho de instaurar como costumbre para el cuidado de la salud el control médico, aunque sea una vez por año.
En relación a las acciones efectuadas en torno a esta problemática se puede decir que la más importante es la inclusión de la vacuna contra la contracción del virus en el calendario de vacunación para las niñas de 11 años, nacidas a partir del año 2000. Esta acción se constató en la Resolución 563/2011, mencionada anteriormente, en la que, además, se explicita que esta inmunización debe ser incluida al Programa Nacional de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles con un carácter gratuito y obligatorio para las niñas de esa edad.
El propósito de la introducción de la vacuna reside en la reducción de la incidencia del cáncer cérvico-uterino en las mujeres de Argentina. En relación a este propósito, es necesario mencionar que con la introducción al calendario de vacunación se logró un abordaje integral en la prevención de la enfermedad en cuestión, en tanto que la vacuna es una herramienta de prevención primaria y, al mismo tiempo, permite una disminución en la incidencia de este tipo de cáncer cuando se aplica en la etapa pre-puberal (11 años aproximadamente).
Además, en el 2014 se lanzó desde el Ministerio de Salud y el ProNaCEI (Programa Nacional de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles) ciertos lineamientos técnicos en torno a la vacuna, así como también un manual del vacunar, mediante los que se pretende poder proveer un acceso a un diagnóstico precoz y un tratamiento oportuno de lesiones precancerosas (prevención secundaria y terciaria), así como también proporcionar la adecuada educación para la salud para disminuir el riesgo de contraer VPH (en conjunción con lo que se especificó en el párrafo anterior).
Además, en el año 2009 desde el Ministerio de Salud de la Nación se lanzó el Programa Nacional de Prevención de Cáncer Cérvico-Uterino el cual se propone como objetivo principal poder mejorar los programas provinciales existentes sobre el HPV y cáncer de cuello de útero estableciendo estrategias de prevención para poder consolidar los criterios de acción y, al mismo tiempo, vislumbrar las necesidades de cada provincia con el fin de reducir el nivel de incidencia y de mortalidad de esta enfermedad en el país.
Un año antes a este programa, en 2008, se propuso un proyecto de ley desde el Senado de la Nación para que se declare como interés nacional la prevención y el control de la infección por VPH así como también poder ocuparse del diagnóstico, tratamiento y propagación de enfermedades que estuvieran vinculadas al virus, así como del virus propiamente dicho. Es importante destacar que, dentro de este proyecto de ley, se incluye un artículo para especificar que se trabajará en conjunto con los Ministerios de Educación y el de Desarrollo Social para la aplicación de la ley.
De esta manera, se podría decir que las acciones que se pretenden llevar a cabo se encuentran dentro del campo del Modelo Social-Expansivo ya que la orientación fundamental del efector se sitúa en torno a una función protectora y promocional en tanto que las acciones fundamentales se encuentran orientadas a la protección y a la promoción de la salud: se busca dar prevención en tanto la aplicación de vacunas y mejoramientos en relación a la infección en sí, pero también se busca promover sobre el virus en sí, poder educar a la población para reducir la incidencia de la problemática. Esto se puede ver en el último proyecto de ley mencionado, en el cual se pretende trabajar en conjunto con otros Ministerios para poder dar a conocer el virus y las maneras de prevenir su contagio.
Asimismo, se podría decir que se trata de una estructura interdisciplinaria en tanto se pretende incluir al ámbito escolar en función de poder distribuir la información necesaria.
Por último, y tomando en cuenta los ítems expuestos en los párrafos anteriores, se puede decir que el campo de acción está claramente posicionado en torno al proceso de salud-enfermedad ya que el foco está puesto en prevenir, por un lado, con la vacuna (prevención primaria), el diagnóstico precoz (prevención secundaria) y un tratamiento oportuno (prevención terciaria) y, por otro lado, en promocionar la salud.
Es importante mencionar que en ninguna de las acciones anteriormente mencionadas se incluye alguna contribución efectiva desde el campo de la psicología.
De este modo, se podría proponer, como posible contribución, incorporar intervenciones psicológicas en tanto se podría considerar a las infecciones por HPV y el cáncer cérvico-uterino como dolencias crónicas (ya que todavía no se ha encontrado una cura específica para estas afecciones) que necesitan la participación activa de la figura del psicólogo en el sistema de salud.
Ahora bien, ¿desde qué lugar podría posicionarse el psicólogo para proveer un soporte? Para comenzar, es necesario mencionar que las enfermedades crónicas son acompañadas por problemas de ansiedad y depresión. En una investigación realizada en México en el año 2010 se comprobó que mujeres que padecían la infección por HPV, que tuvieran o no malestar psicológico antes del estudio, presentaron ansiedad y depresión (téngase en cuenta que en el
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