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Trabajoi Final De La Materia En Gestión

Jesus_196523 de Mayo de 2015

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MAESTRIA EN DOCENCIA MEDIA SUPERIOR Y SUPERIOR

MATERIA: GESTION DE CONOCIMIENTO

ALUMNOS:

Enseñar bien es permitir que el alumno aprenda de manera rápida, agradable y completa.

Juan Amos Comenio.

INTRODUCCIÓN

La Violencia Familiar es un problema social, afecta a un alto

porcentajes de familias de cualquier comunidad, en todos los niveles

económicos y culturales. Se trata de relaciones que implican un abuso

de poder de parte de quien ejerce maltrato.

Estos abusos pueden ser emocionales, físicos, sexuales, financieros o

socioambientales. La persona abusiva desarrolla su comportamiento en

privado, mostrando hacia el exterior una fachada respetable,

insospechable, educada. La conducta violenta es compatible con

cualquier aspecto, capacidad, inteligencia, actividad, profesión, etc.

Inclusive en aquellos cuyo desempeño familiar, institucional o

comunitario para el afuera sean aparentemente insospechables.

DETERMINACIÓN DE NECESIDADES DE APRENDIZAJE (DNA) EN EL DESARROLLO DE UNA METODOLOGÍA PARA LA INTRODUCCIÓN DE UN SISTEMA DE GESTIÓN DE LA INFORMACIÓN Y EL CONOCIMIENTO DE LA VIOLENCIA FAMILIAR.

I. Caracterización de la familia y de una familia que sufre violencia familiar.

La familia es un grupo de personas unidas por vínculos de parentesco, ya sea consanguíneo, por matrimonio o adopción que viven juntos por un período indefinido de tiempo. Constituye la unidad básica de la sociedad.

En la actualidad, destaca la familia nuclear o conyugal, la cual está integrada por el padre, la madre y los hijos a diferencia de la familia extendida que incluye los abuelos, suegros, tíos, primos, etc.

En este núcleo familiar se satisfacen las necesidades más elementales de las personas, como comer, dormir, alimentarse, etc. Además se prodiga amor, cariño, protección y se prepara a los hijos para la vida adulta, colaborando con su integración en la sociedad.

La unión familiar asegura a sus integrantes estabilidad emocional, social y económica. Es allí donde se aprende tempranamente a dialogar, a escuchar, a conocer y desarrollar sus derechos y deberes como persona humana.

En una época en que se privilegian las características individuales y se ha hecho y exacerbado el culto al mito del individuo aislado, quizá no resulte redundante recordar que el ser humano no existe solo, sino en permanente convivencia e interacción con los contextos en que está inmerso. De estos contextos, sin duda, la familia es el primero en orden de aparición y de importancia, el más significativo y, por lo tanto, el medio ecológico primordial de todo individuo.

La familia está en constante inter fase, por un lado, con su contexto, con la sociedad, de la que es uno de sus miembros y, por el otro, con los individuos que integran su propia estructura. Aunque muchas veces se piensa sólo en términos de una sociedad formada por individuos, no debe olvidarse este imprescindible organismo intermedio, que es más que la suma de los miembros que lo componen.

Ante el macro contexto social, la familia es el filtro o intermediario, modulador inevitable, entre aquel y las personas que la integran.

En lo histórico, la familia es responsable de los primeros procesos de aprendizaje. A ella se debe la internalización de normas y reglas, propia del proceso de socialización, siendo estructura proveedora del cuidado de los hijos, que es la síntesis equilibrada de las funciones nutritivas y normativas parentales.

Llamamos nutritivas a aquellas funciones primarias que hacen a la satisfacción de necesidades de los hijos. Alimento, amor, abrigo, etc., que son, en general, gratificantes para ambos, padres e hijos, e imprescindibles para la supervivencia, al menos durante el período de dependencia infantil. Llamamos normativas a aquellas funciones relacionadas con el ajuste de la realidad, con el aprendizaje e incorporación de reglas que los hijos necesitarán saber para manejarse exitosamente, no sin actitud crítica, en el mundo en el que les tocará vivir. En general apuntan más al futuro que al presente. Son en general frustrantes para padres e hijos porque están más ligados a la espera o al “no”, que al “sí”, o a la satisfacción, y son por esto más vulnerables. Tienen además la particularidad de requerir de la acción conjunta de ambos progenitores, pues de lo contrario el excluido podrá convertirse en “saboteador” voluntario o involuntario de la norma. Se podría decir que la calidad de la crianza y de la socialización resultante está en relación con una adecuada proporción de ambas funciones. Los desequilibrios importantes de este balance saludable generan disfunciones y patologías bastante específicas. El aumento de lo normativo o la disminución de lo nutritivo llevan a conductas inhibidas, en general. El aumento de lo nutritivo o la disminución de lo normativo llevan al descontrol y a la violencia.

En la actualidad, la familia resulta ser el contexto privilegiado de toda la conducta. Lugar de recíproca continencia y asistencia emocional, afectiva y normativa; pero sobre todo fuente de refuerzos positivos y negativos de aquel aprendizaje, que lo afianzan o lo modifican. Finalmente se presenta al mundo exterior, al que repite como un modelo de escala.

Las familias en las que aparece la violencia familiar tienen una organización jerárquica fija o inamovible, además sus miembros interactúan rígidamente, no pueden aportar su propia identidad, deben actuar y ser como el sistema familiar les impone.

Las personas sometidas a situaciones críticas de violencia familiar presentan un debilitamiento de sus defensas físicas y psicológicas, lo que conduciría a un incremento en los problemas de salud. Muchas padecen de depresión y enfermedades psicosomáticas.

También estas personas muestran una disminución marcada en el rendimiento laboral. En los niños y adolescentes tienen problemas de aprendizaje, trastornos de personalidad, etc.

Por lo general las personas que viven afectadas por la violencia familiar, como se criaron dentro de este contexto, tienden a reproducirlos en sus futuras relaciones.

La violencia es un fenómeno que siempre ha existido desde el inicio de la humanidad, y así, como sobre otros muchos fenómenos, se encuentran multitud de conceptualizaciones.

La Organización Mundial de la Salud (2002) recoge en su definición: el uso intencional de la fuerza física o el poder contra uno mismo, hacia otra persona, grupos o comunidades, que tiene como consecuencias probables lesiones físicas, daños psicológicos, alteraciones del desarrollo, abandono e incluso la muerte.

La violencia como otro tipo de acción desarrollada por las personas, se clasifica en función de las características de aquellos que cometen dichos actos. Basándose en esto, la OMS (1999) distingue tres tipos: violencia dirigido a uno mismo, violencia interpersonal y violencia colectiva.

La violencia interpersonal está dividida a su vez en dos subcategorías (OMS, 2002): la violencia familiar y de pareja y la violencia comunitaria. La violencia familiar y de pareja contempla la violencia ejercida entre los miembros de la familia y, por lo general tiene lugar en el hogar. Incluye otras formas de violencia como: el abuso infantil, la violencia de pareja y el abuso o maltrato de ancianos. La violencia comunitaria, es un tipo de violencia que sucede entre personas que no tienen relación.

Centrándonos en la violencia familiar, entendemos por esta todo acto de violencia que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada entre los miembros de una familia (OMS, 2002). Corsi (1994) la define como cualquier forma de abuso, ya sea físico, psicológico o sexual que tiene lugar en la relación entre los miembros de una familia.

Análisis del Macro Contexto.

Existen diferentes fuerzas que influyen en el comportamiento de la familia, entre los factores extra familiares, la disponibilidad y acceso que la familia tenga a servicios básicos y a los recursos de la comunidad, repercuten significativamente en la calidad de los cuidados que se le brinden al menor.

En el aspecto económico por lo cual las familias deben tener varios trabajos para poder subsistir, trabajando sus miembros desde temprana edad. Las mujeres con frecuencia se ven obligadas a trabajar lejos de sus hijos y su domicilio. Los hombres por lo general trabajan en diferentes empleos y se dedican de igual manera a “olvidar” sus problemas con el alcohol y ahí es en donde empiezan los problemas de violencia.

En el aspecto social, la familia se encuentra inmersa en un entorno problemático, los integrantes de la familia carecen de habilidades sociales que les permita poder tener una convivencia sana con los demás participantes

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